Da la pelea contra la gordura
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Hace dos semanas que Héctor “El Father” decidió hacer algo con su sobrepeso, por lo que ha iniciado una rutina de guanteo en la Escuela del Deporte, en Carolina, bajo la supervisión del entrenador José Bonilla.
El artista, que mide 5’7” y pesa 221 libras, tiene como meta perder 31 libras para alcanzar un peso de 190, y lucir así una nueva imagen.
Héctor “El Father”, además, practica la dieta Atkins basada en proteínas, grasas y ensaladas, ingiriendo así pescados, mariscos, carnes rojas y pollo.
No le preocupa, asimismo, las críticas a la dieta Atkins. Pues es de las personas que piensa que “todo en la vida es peligroso, hasta el matrimonio”.
El entrenamiento del solista está basado en una hora, y aunque lo disfruta asegura en entrevista con PRIMERA HORA que nunca ha considerado convertirse en boxeador, aunque es fanático de este popular deporte.
Para mostrar sus dotes boxísticos, el rapero vendó sus manos y se puso los guantes con la ayuda del entrenador José Bonilla.
Empapado de sudor, el solista –entre brinquitos cortos– lanzó varios puños hacia el cuerpo del púgil Jesús Pabón, quien logró conectarle por el costado del vocalista. Ambos estuvieron así varios rounds.
El intérprete de “Sola” lucía una camisa negra, pantalón negro con líneas rojas, y tenis negros y rojo, sin faltar en su ajuar deportivo su blinblineo al llevar puesto una sencilla cadena de oro con una cruz que, una vez subió al ring, se guardó dentro de su camisa.
José Bonilla, por su parte, comentó a este diario que el exponente de reguetón tiene habilidad para el guanteo, pero le ha ido enseñando poco a poco la técnica correcta de tirar los golpes.
“La condición física de Héctor no es muy buena y lo llevamos despacito. Él empezó con media hora para seguir entonces a una hora”, explica.
Seguro de su carrera y con taller
Para Héctor “El Father”, el hecho de no estar sonando mucho en la radio nacional —a diferencia de varios de sus homólogos—no significa que “esté apagado”.
“La gente siempre quiere hablar de uno y lo importante es que hablen de uno”, afirma el reguetonero que ha vendido 35 conciertos en varias ciudades de Estados Unidos (como parte de su gira “Most wanted”).
Mas se la pasa presentándose en cuanta fiesta patronal hay en la Isla para mantenerse cerca de sus seguidores.
“Mi gira de conciertos ha estado sold out. Si eso es estar apagado, prefiero estar apagado”, apunta.
Dirigiéndose a sus contrincantes en el género y a los que creen que está apagado, dice: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”.
“No tengo enemigos sino personas que no me conocen bien o que no han valorado mi amistad”, acota el cantante que lanzará en marzo un disco de éxitos.
Además, participa en el álbum “Versus”, cuyo contenido está basado todo en tiraera y participan varios raperos del patio.
Y en agosto presentará su segundo álbum en solitario, cuyo nombre todavía no lo ha seleccionado.
Le enorgullecen las tres nominaciones que tiene para los premios Lo Nuestro de la Música Latina 2008 que tendrá lugar el jueves 21 de febrero en el American Airlines Arena de Miami.
Compite en las categorías de Artista del año, Disco del año por su producción “Bad Boy Reloaded” y Canción del año por la letra “Sola”.
“Yo siempre estaba nominado por colaboraciones, no como solista. Y no fue hasta ahora que tengo mi disco (en solitario)”, explica emocionado.
Invertirá en franquicia de comida
Más allá de su pasión por el reguetón, Héctor “El Father” invertirá de su capital para crear el restaurante de comida criolla al que bautizará como Happy Father. Y para este paso empresarial contará con el apoyo de su mamá, Santia Román.
Cuenta que la decoración será original y el menú será confeccionado por ella y dos chefs. Además de concentrarse en los platos criollos, quiere tener como parte de las alternativas al paladar un plato de cada país en que se haya presentado.
No tiene reparos en que como parte del mobiliario que adorne el lugar colocar fotos de sus colegas Don Omar y Tito “El Bambino” con los que ha tenido cierta riña.
“Soy un negociante e inteligente. No puedo mezclar los problemas con la comida. Ahora, cuando me faltan el respeto, no me dejo faltarlo. Eso me lo enseñó mi papá (José Delgado) desde los seis años”, sostiene.