Con las estrellas en sus manos Paul Anthony y Clark Ivor
Los estilistas puertorriqueños tienen una sólida carrera en Hollywood.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Algunos de los rostros más conocidos que vemos en películas, televisión o en alfombras rojas han sido embellecidos por los maquillistas y estilistas puertorriqueños Clark Ivor y Paul Anthony.
Su trabajo, pasión y dedicación de años les abrió puertas en la competitiva ciudad de Los Ángeles, donde actualmente su trabajo aparece continuamente en comerciales, sesiones de fotos, programas de televisión, series, películas, campañas publicitarias y editoriales.
Clark Ivor comenzó su carrera prácticamente por accidente en 1992, cuando ayudó a Pete Santiago en el desfile de moda en el que participaría Ivana Trump, en el muelle 4 del Viejo San Juan.
“Yo no era ni peluquero, ni maquillista, nada. Pete Santiago estaba a cargo de ese fashion show y lo estábamos ayudando con las pelucas. Le dije ‘ay, no quiero hacer pelucas. A mí no me gusta eso’. Y me dijo ‘pues vente para acá y mira si te gusta maquillar’. Se hizo un ojo y yo hice el otro. Al siguiente día fui su asistente y la primer mujer que maquillé en mi vida fue a Alexandra Malagón, que para entonces era la trigueña de 7Up, que para ese tiempo estaba bien pegada. Eso me inspiró y me motivó a querer estudiar”, recuerda Clark.
Pero fueron el trabajo y las prestigiosas revistas sus principales escuelas. En esos años, el experto trabajó con todos los artistas, numerosos programas de televisión, obras de teatro y todas las publicaciones que había. Roselyn Sánchez, quien para entonces era reina de belleza, fue la tercera persona en confiar en su talento y hasta el día de hoy es su principal clienta y amiga.
En el 2001, Clark fue a Los Ángeles a celebrar su cumpleaños, pero terminó quedándose una temporada. Luego le surgió una oportunidad de trabajar con Emilio y Gloria Estefan, tanto con la cantante como en el reality show que realizaron, Voces de América.
Tras cinco años en Miami, en el 2009 regresó a Los Ángeles, donde comprobó que ya se había consagrado como maquillista al ser llamado para audicionar para crearle una nueva imagen a Michael Jackson, el “Rey del Pop”.
“Tuve que firmar un acuerdo de confidencialidad que no podía decir nada de que iba a audicionar. Estuve dos meses trabajando en lo que sería su nueva imagen, buscando lay outs, revistas y todo. Me voy a México a hacer un catálogo de ropa en Playa del Carmen y me enfermo con la “maldición de Moctezuma”. Así que me tuve que quedar en la cama cuando todo el mundo estaba en unas pirámides. Estaba con fiebre en la cama y a mí me ha dado una cosa cuando me enteré que Michael Jackson había muerto. No sabía si llorar por Michael o por el trabajo que había perdido, porque ya me habían ofrecido un contrato. Pero eso me dejó saber que puedo llegar a donde yo quiera”, recordó el maquillista.
Aunque esa importante puerta se cerró, la de un mundo emergente se abrió, pues Clark fue contratado por las hermanas menores de las Kardashians, Kendall y Kylie Jenner, en 2012.
“Estuve dos años trabajando con ellas. Un día estaba limpiando en mi casa y suena el teléfono; al contestarlo me dicen ‘hola, soy Kim Kardashian’. ¡Kim Kardashian llamándome a mi teléfono! Hasta se me cayó la escoba. Su peluquero le había fallado y me dijo que le encantaba el trabajo que estaba haciendo con sus hermanas y quería saber si podía hacerla. Solté todo, me bañé, cogí todo el equipo y me fui. Hice todo fabuloso y al otro día me iba de viaje con Roselyn (Sánchez) y estando con ella en el aeropuerto me llama Kim otra vez y no pude hacerla porque me estaba yendo. Nunca volvió a llamarme ni ella, ni sus hermanas. Aprendí realmente que este mundo te quita las cosas por alguna razón, porque todo es movimiento y todo es perfecto. No me arrepiento, porque como sea trabajé con ellas y las conocí, pero realmente tienes que saber cuándo decir sí o no a un artista”, explicó Clark.
Amor al trabajo
Paul Anthony también ha aprendido en sus 27 años de carrera que la pasión y el amor con que se hace el trabajo es lo que aporta la diferencia en una carrera tan competitiva en la que hay que lidiar con tantos egos.
“No hay límites. Hay que amar y tener la pasión verdadera para esto, porque no se trata de mí, sino de la persona con la que estoy trabajando. Tu das el 100% de tu trabajo y tu energía; tienes que tener bien claro la intención y el propósito de lo que haces. Amo lo que hago, he crecido como humano, he conocido gente muy bonita, muy sabia que me han regalado sabiduría”, afirmó el estilista originario de Añasco.
Tras graduarse en 1990 de la escuela de peluquería Teddy Ulmo, en 1992 se mudó a Miami. Allí comenzó a hacerse un nombre y trabajar con artistas. Varios años después de abrir su propio salón de belleza en Miami, en 2009 Paul Anthony vivió seis meses en Nueva York, donde trabajó con el reconocido fotógrafo de moda Fadil Berisha.
Sin embargo, Los Ángeles reclamó pronto su talento por lo que se mudó a dicha ciudad, donde rápidamente su trabajo comenzó a verse en las alfombras rojas.
Actualmente una de sus principales clientas es la legendaria Jaclyn Smith, así como Dayanara Torres, Roselyn Sánchez, Cynthia Olavarría, Pili Montilla, Jeimy Osorio, Justina Machado y Elisabeth Rohm, entre otras.
“He aprendido mucho en Hollywood y sigo aprendiendo. Pero cuando trabajas con gente como Jaclyn Smith, Meryl Streep, Halle Berry, son personas que llevan mucho tiempo con sus maquillistas y peluqueros. Las Kardashians tienen cientos de maquillistas y peluqueros fabulosos y cambian constantemente, pero la relación que creo con mis artistas es única. ¿Por qué vuelven y me llaman y me contratan? Porque ellas sienten una conexión. No importa lo que hagas, quién eres, si eres el mejor, si no hay una conexión no te contratan. Eso lo he aprendido en Hollywood con personas que ya tienen un nombre”, destacó Paul Anthony, quien agradece a Añasco haberle dedicado unas fiestas patronales hace un par de años.
Son muchos los proyectos que Paul Anthony tiene en Los Ángeles, Nueva York y Filipinas. Por su parte, Clark recién se mudó a Puerto Ricocon el deseo de compartir lo que ha aprendido a lo largo de su trayectoria. Además de hacer su propia línea de maquillaje, desea abrir una escuela de cosmetología y hacer varios eventos en el que dará charlas para estudiantes y profesionales.
El primero se llamará “Face by Clark Ivor: The Ultimate Master Class”, que se celebrará en primavera.