Así es la vida de un actor porno
El boricua Antonio Biaggi Dávila nos cuenta las interioridades de esta industria.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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¿Cómo es la vida de un actor porno?
Para el intérprete boricua Antonio Biaggi Dávila, reconocido en la industria pornográfica gay, su profesión es un trabajo en el que debe cumplir con una serie de responsabilidades como la de cualquier otro obrero, aun cuando sus ocho a 12 horas diarias de experiencia laboral estén vinculados a largas, sensuales y agotadoras jornadas de sexo.
El actor es hoy día una de las estrellas puertorriqueñas más famosas en la industria de material XXX, pero son pocos los que conocen al hombre detrás de las candentes escenas que para él no son más que un “hermoso desahogo artístico con el que me gano honradamente la vida”.
Pero, ¿quién es Antonio Biaggi? Pues, sepa que tiene 38 años y fue criado entre San Juan y Bayamón aunque, actualmente, vive en Miami. Su preparación académica es variada, pues posee estudios en arquitectura, un bachillerato en turismo y una vasta experiencia como estilista de jóvenes que participaban en concursos de belleza.
“Trabajé muchos años como guía turístico. Me encantaba mi trabajo. Y eso lo alternaba como mi faceta como estilista”, cuenta en entrevista con Primera Hora. Entonces, ¿cómo se inicia en la carrera de la pornografía? Su respuesta inmediata fue: “aburrimiento”.
“Estaba aburrido. Quería experimentar cosas nuevas y la industria de las películas ‘porno’ siempre me encantó. Y no por bella..., sino porque para mí esto es un desahogo artístico. Lo veo diferente a como la mayoría de las personas lo aprecia. Debe ser porque desde pequeño me gusta el teatro y la actuación”, reveló.
Su primera experiencia fue con la compañía Raging Stallion Studios. Envió fotos, llenó un formulario e hizo una prueba. Con ese estudio rodó la película Grunts (2008), cuya trama estaba centrada en un tema militar. El filme, de 12 horas de pietaje, constó de 40 escenas y tuvo 30 actores.
Cuéntame sobre la película.
Estaba de vacaciones en Grecia y ellos me volaron de inmediato hasta California al lugar donde se llevó a cabo la grabación.
¿Cómo fue tu primera vez en escena?
Hacía mucho frío. Recuerdo que me dio mucha vergüenza. No por lo que iba a hacer, sino porque estaba frente a un staff de unas 50 personas… Sentía una inseguridad terrible. Estaba desnudo, sólo con botas de soldado puestas, frente a todo el mundo. Aparte tenía que tener sexo frente a toda esa gente.
¿Cómo manejaste los nervios?
(Ríe) La escena era una orgía entre ocho hombres. Algo completamente fuera de mi comfort zone, porque en la vida real nunca había hecho una orgía. Sí, estuve en una relación de tres, pero esto era otra cosa. Y antes que preguntes, sí, hubo sexo de la primera. Así que como tenía muchas ganas de trabajar, lo hice y poco a poco se me fueron quitando los nervios.
A Biaggi le fue tan bien en Grunts, que firmó un contrato de exclusividad con los estudios, donde le pagaban hasta $3,500 por escena. Así las cosas, y con el futuro prometedor que le esperaba, debía decirles con urgencia a sus padres sobre su nuevo empleo.
“Se los dije porque no quería que se enteraran por otra persona. Me acuerdo que mami me dijo: ‘después que te cuides, adelante’. Y decirles fue lo mejor que pude hacer, porque mi papá es policía y en una intervención que hizo por un caso de violencia de género, entró al cuarto de los involucrados y allí tenían puesta la película en la que salí por primera vez”, relató al asegurar que su progenitor lo asumió con bastante naturalidad.
Seguridad en la industria
El actor asegura que los estándares en cuanto al tema de salud varían dependiendo el tipo de actuación. Explicó que las producciones XXX se dividen en dos rangos: los que utilizan condones y los que no, mejor conocidos como barebacks.

“Es un tema bien controversial por esa división. Por lo general, las producciones que usan condón son muy pocas y ahí no exigen pruebas o análisis físicos, porque hay una muy mala idea preconcebida de que como usas condón no hay riesgos. Y es todo lo contrario. Hay muchos. Además, el sexo oral tiene también sus riesgos de contraer enfermedades. En el bareback, aunque no se usa condón, te exigen pruebas de enfermedades de transmisión sexual mensualmente. Además, por los riesgos de contagio de VIH, todo el mundo toma el medicamento PrEP (Profilaxis Pre-Exposición)”, dijo.
¿Has tenido algún percance de salud en tu trabajo?
“Cuando trabajé para la industria del condón, sí. Me dio gonorrea y sífilis, y me enojó mucho porque ellos promueven que no hay riesgos porque se usa condón, cuando la realidad es otra. Es la parte hipócrita de la industria. Y tuve muchos problemas por eso. De hecho, eso me motivó a moverme a la industria bareback y nunca he tenido quejas o situaciones”, aseguró.
De actor a productor
Cuando el aburrimiento volvió a rondar su mente, quiso probarse como productor de películas pornográficas. Así nació Biaggi Productions, una empresa dedicada a producir vídeos sexuales a través del website www.biaggivideos.com.
“La dinámica es que el cliente paga una membresía de $19.95 al mes y le ofrecemos un vídeo semanal. Ahora, como estoy en calidad de productor he disminuido la participación en los filmes, pero siempre salgo, digamos, en uno de cada cuatro, porque los clientes lo esperan”, cuenta.
“Créeme que tengo mucho trabajo. Soy productor, camarógrafo, editor y el que tengo que buscar los talentos (modelos). De hecho, busco modelos todo el tiempo, por si alguien que lea este artículo está interesado”, dice al aclarar que el prospecto debe tener una apariencia latina y bien masculina pues, los clientes -la mayoría entre los 30 y 50 años- así lo piden.
Aunque se dedica a las filmaciones cortas, Biaggi probó suerte como productor de largometrajes y, actualmente, se encuentra en España grabando su segundo filme de esta categoría, Holly Fuck, que venderá en una edición limitada de 100 copias en octubre.