En 11 de febrero de 2012, una de las mejores voces del mundo de la mùsica se apagó para siempre, Whitney Houston fue encontrada sin vida en la suite de un hotel. Los paramédicos la encontraron sumergida en la bañera y a pesar de los intentos por resucitarla, ya nada se pudo hacer por ella.

De acuerdo con los exámenes forenses las causa de la muerte fue por ahogamiento accidental y los “efectos de la enfermedad cardíaca aterosclerótica y el consumo de cocaína”. Los resultados toxicológicos encontraron restos de varias sustancias en su sistema, incluidos Benadryl, Xanax y cannabis.

Lo que pocos, o más bien nadie sabía, es que al momento de su muerte la cantante se encontraba luchando contra sus adicciones y había intentando rehabilitarse.

De acuerdo con declaraciones del productor Clive Davis, quien dio la primera oportunidad musical a Houston, la muerte de la artista la soprendió por completo, sobre todo porque horas antes estuvo con ella y reveló que ésa se encontraba luchando para mantenerse limpia: “Estuve con ella 48 horas antes de su muerte. Nunca se me ocurrió que moriría dos días después”, dijo a Pagesix.

Davis también aseguró que la intérprete de “I Have Nothing”, incluso, le habría presumido los avances que llevaba en su rehabilitación y hasta le había compartido que quería grabar música nueva:  “Me estaba mostrando lo que había hecho en rehabilitación. Cómo había dejado de fumar, cómo se había aclarado la garganta de nicotina. Y ella quería empezar a ir al estudio. Nunca hubiera pensado que ella fallecería, que tendría ese horrible y prematuro final de su vida”, detalló.

Además reconoció que aunque muy pocos saben lo mucho que sufrió por su enfermedad, Whitney “estaba haciendo un valiente intento para dejar las drogas y rehabilitarse”, finalizó.