Vico Ortiz trae a escena su realidad como persona no binarie
El monólogo que presenta desde mañana es una de las tres piezas que convergen en la obra “La carta”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Las artes escénicas son para le actore puertorriqueñe Vico Ortiz una fuente de sanación, educación y simpatía, y desde esa perspectiva, han sido sus aliadas en el proceso de forjar una carrera en la televisión y el cine estadounidense como persona abiertamente no binarie.
Fue desde el arte que descubrió la identidad que mejor le representa, es decir, ni exclusivamente masculino ni femenino, sino que fluye entre ambas “energías”, y a partir de la realidad personal ha sabido utilizar sus vivencias para nutrir sus roles y cada vez traer más ante las cámaras y al teatro la diversidad de personas que aspira encontrar en todos los ámbitos.
Su trabajo más próximo es el estreno virtual de la obra “La carta”, inspirada en el cuento de José Luis González, texto que explora la puertorriqueñidad desde diferentes perspectivas migratorias. Elle interpretará un monólogo desde la disciplina del café teatro como una de las tres piezas que se entrelazan en la obra presentada por Boundless Theatre Company.
“Voy a estar tocando el tema de una persona no binarie que regresa a la Isla después de estar un poquito en la diáspora, y estaré tocando el tema de la discriminación, el abuso, la violencia, la salud mental”, anticipó Ortiz, hije del actor Gerardo Ortiz y la actriz Evelyn Rosario. Fue, precisamente, a través de las trayectorias artísticas de sus padres que se adentró desde pequeñe tras bastidores, dejándose cautivar por ese mundo creativo. “El proceso de crear historias y contarlas siempre ha sido algo super mágico y desde siempre supe que quería hacerlo”, comentó.
Para armar el monólogo junto con la diseñadora Karim Rivera, Ortiz se trasladó al café teatro Abracadabra, en Santurce, y desde allí se transforma en un personaje queer, que físicamente describe tan fabulose como desagradable. Tendrá, asimismo, la capacidad de exteriorizar “esos demonios internos” para sacudir a la sociedad en general como a quienes están a punto de cometer suicidio.
“Tomé algunos momentos que me han pasado a mí y los dramaticé, y también tomé historias que otras amistades me han contado, e hice investigación sobre los suicidios dentro de la comunidad trans, queer, no binarie, y ver qué era exactamente la razón primordial para lo que estes jóvenes han hecho esto”, detalló. “Pasa mucho que el miedo de la sociedad a nuestra existencia se queda en el miedo por la ignorancia y crece y se convierte en odio, se convierte en furia y lamentablemente se convierte en actos violentos físicos, donde personas trans y no binarie son asesinadas y en parte también veo que el suicidio en las personas jóvenes trans y adultes trans, también está en manos de la sociedad que le siguió sembrando en el cerebro que no merecen existir”.
El destino de este personaje será definido por el público, que a su vez tendrá al director Ismanuel Rodríguez como único testigo de que lo que se perfila para el final. La parte musical será representada por el equipo conformado por la actriz y cantante Nancy Millán y la diseñadora Pamela López desde el Teatro Tapia en el Viejo San Juan, mientras la disciplina de la danza recaerá sobre el talento del bailarín Omar Nieves y la diseñadora Omayra Garriga desde el Julia de Burgos Performance and Arts en Nueva York. Los boletos para “La carta”, que se presenta del 1 al 6 de junio desde la plataforma virtual de Boundless Theatre Company, están a la venta a través de la página www.boundlesstheatre.org.
El camino a la definición
Vico Ortiz se radicó en la ciudad de Los Ángeles, California, tras completar la escuela superior en Puerto Rico. Desde temprana edad sabía que su vida profesional estaría anclada en la televisión y el cine en Estados Unidos, por lo que realizó sus estudios en The American Academy of The Dramatic Arts.
Han transcurrido 12 años en los que ha figurado en los créditos de varias producciones, como “Everything Its Gonna Be Ok” (Freeform, Hulu), “Vida” (Starz) y “tuve un guisito pequeño” en “American Horror Story”.
Actualmente, dijo, está en un momento muy especial, en el que se acercan dos trabajos importantes, uno para HBO y otro para Amazon Prime Video, de los que todavía no puede dar detalles.
“Llevo 12 años audicionando, conectando, colaborando con diferentes personas que admiro y por ahí, por ahí, he llegado a donde estoy”, comentó en entrevista telefónica.
Su crecimiento como actore se ha dado paralelamente con su proceso de reconocerse bajo una identidad de género que mejor le representa. Su primer “coming out” fue como persona gay -hecho que fue abrazado por su núcleo familiar-, pero al tiempo de relacionarse con personas de la comunidad LGBTQ+, de comenzar a aprender y desaprender, reconoció en el término “no binarie” su mejor representación. Lo utiliza con el morfema “e” final para no limitarse a hombre o mujer.
Ese mismo lenguaje inclusivo, sobre el que profundizó en la serie web “These Thems” en inglés y más adelante, conoció en español por medio de La Sombrilla Cuir, le ayudó a introducir su nueva identidad a sus padres y hermano. “Tengo la suerte, el privilegio, la fortuna de tener una familia que están dispuestos, dispuestas, dispuestes a hablar conmigo y quieren saber más, quieren accesarme, porque al final del día, el lenguaje es una forma de expresarnos y accesarnos, tanto a nosotres mismes, como a otras personas”, expuso.
Le artiste temió que su nueva denominación se convirtiera en un obstáculo en su carrera, idea que se desinfló rápidamente. En su lugar reconoció la importancia de darle visibilidad en la industria del entretenimiento a personas como elle, cuyo físico tampoco persigue la imagen que socialmente se conoce para el género masculino o para el femenino.
“Comencé a conectar con artistas, filmmakers, que son queer, y estaban escribiendo historias sobre nuestra comunidad y le estaba yendo muy bien y ahí fue que comencé a conectar con la industria del cine, pero de gente queer. Ahí fue que dije, ‘Esto es superimportante y si me quedo callade, y me quedo en silencio y no digo nada, va a ser otro escalón donde no estoy viviendo auténticamente y no me voy a sentir cómode dentro de mi cuerpe. (Dije) que se joda, so, vamo’ allá”, contó del momento en que se abrió paso a sí misme.
“Mi llamado ahora como actore, activista y persona queer, es dar representación queer, sin que el personaje o su historia gire en torno a su identidad. Es solamente que este personaje exista en esta historia como cualquier otro, sea profesore, maestre, juez, secretarie, sea directore, pero que exista como cualquier otra persona en la serie”.
Ortiz tenía entre 17 y 18 años cuando dejó la Isla para radicarse en California, y todavía se pregunta qué habría pasado, en términos de su identidad de género, si no se hubiera ido. La respuesta hasta ahora es que llegar al punto de vivir libremente hubiera tardado un tiempo más.