Ramón Oller emprende en Puerto Rico una gira internacional con "Carmen"
La siguiente parada de este festival, producido por Waldo González y Javier Lugo, será Arecibo y luego Juana Diaz, para completar así el recorrido.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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San Juan.- Acompañado por un equipo de bailarines puertorriqueños, el coreógrafo Ramón Oller ha emprendido en la isla caribeña una gira internacional con la que llevará su montaje de "Carmen", con toda la "garra" y "visceralidad" de su danza contemporánea, a diversos países de Europa y América.
El gran estreno tendrá lugar hoy en San Juan, donde está prevista una única representación de esta obra dirigida por Oller, Premio Nacional de Danza en 1994 (España) y una de las más reconocidas figuras de la danza contemporánea española.
"'Carmen siempre será 'Carmen'. Es una obra emblemática, con una tremenda fuerza, que siempre estará vigente, con independencia de cualquier moda o tendencia", explicó hoy a Efe el coreógrafo (Esparraguera, Barcelona, 1962), que lleva cuatro meses trabajando intensamente con los bailarines de la compañía local Dramadanza.
Oller, que arrancó su carrera como actor siendo un niño, ya conocía a algunos de los integrantes de esta compañía, puesto que trabajó con ellos el año pasado, entre ellos a Cristina Piñero, que interpreta a la bella y temperamental protagonista que da nombre a este clásico de la ópera, así como a Miguel Santiago, que da vida al soldado don José del que se enamora la sevillana.
"Ella es espectacular, y él maravilloso también. A ambos los conocía, pero pasaron igualmente el correspondiente proceso de audiciones", explicó Oller, quien defendió que todo el equipo puertorriqueño con el que trabaja "es muy profesional".
Según explicó, Puerto Rico tiene bailarines por todo el mundo y, entre los que ha conocido a lo largo de su carrera, como con los que ha tenido oportunidad de trabajar estos meses en la isla -ya sea en la compañía o través de las clases que está ofreciendo en la School for the Performing Arts- "tienen muchísimas ganas de bailar, y nada que envidiar por el ejemplo a los de Cuba", referencia en la región caribeña.
"Aquí se trabaja con mucho rigor. Hay mucho talento; los bailarines son muy dúctiles y tiene una sensibilidad especial, en parte gracias al maravilloso folclore de la isla, que es muy rítmico y da un sello muy personal", aseguró el coreógrafo.
Ha tenido la oportunidad de trabajar esta producción durante cuatro meses, lo que le ha permitido "ser muy riguroso con el trabajo y exigir el máximo" a unos bailarines que "han dado la talla en todo momento, porque son muy talentosos y extraordinariamente trabajadores".
Tampoco este montaje es nuevo para el reconocido coreógrafo, puesto que lo llevó por todo el mundo con su propia compañía, Metros. En China, por ejemplo, estuvo más de un mes y medio, y en España se convirtió en la producción de danza contemporánea más taquillera de la historia.
La siguiente parada de este festival, producido por Waldo González y Javier Lugo, será Arecibo y luego Juana Diaz, para completar así el recorrido por algunas de las mayores ciudades de la isla caribeña.
"Después, la idea es llevar este montaje a Europa, donde ya tenemos cerradas representaciones en diversas ciudades, así como a Estados Unidos, con espectáculos previstos en California y Nueva York", explicó.
Y es que Oller tiene una vinculación especial con Nueva York: "Es como una casa a la que siempre quiero volver de vez en cuando para pasar alguna temporada, porque me permite estar en contacto con todo lo que es la danza a la que estoy más acostumbrado por mi formación como bailarín".
Añadió que "hay conversaciones en marcha para llevarla también a otros países del continente americano", como República Dominicana, pero no quiso avanzar más información.
"Es una obra universal, que atrae a todo tipo de públicos, aunque evidentemente cuenta con dos bailarines de flamenco, por lo que tiene un claro tinte español e hispano", explicó Oller.
"El público la recibe muy bien porque es de compresión fácil", al tiempo que "tiene una energía brutal, la energía de una danza con mucha garra y muy visceral".