“¡Cuando mami sepa!”.

Los hermanos Jorge y Braulio Castillo, hijo, volvieron ayer a jugar como niños… sin saberlo.

El mayor de los Castillo supo hace unas semanas que sería parte de la obra por estrenar, Aquí no hay quien viva, y que en ese mismo elenco estaría su hermano menor, que después de 20 años retoma su pasión por actuar, y con quien nunca ha coincidido en el escenario.

Pero todo era un secreto para Jorge. Lo sabía la productora Ivonne Class, el director Gilberto Valenzuela y los demás compañeros de elenco: Cordelia González, Marisol Calero, Cristina Soler, Linnette Torres y Lizmarie Quintana, excepto él.

Braulio supo jugar tan bien el juego que en el almuerzo en el que su hermano le anunció que volvía al teatro local, llegó a cuestionar por qué no lo habían llamado a él.

“Lo fascinante de esto es que yo me entero y tengo que jugar que no sé nada y no le puedo decir nada a nadie, ni a mi mamá, porque queremos darle la sorpresa”, afirmó el mayor de los hijos del intérprete del legendario personaje “Renzo, el gitano”.

La sorpresa se reveló ayer en la mañana. Tanto Braulio como Jorge fueron citados por la producción para la segunda lectura del libreto de la obra original de Nel Simon (The Odd Couple) en la oficina de SJ Family Entertainment, en Puerto Nuevo.

Braulio llegó temprano y con los nervios de quien asiste a un “blind date”. Jorge, como es natural para alguien ha vivido fuera de la Isla por 20 años, se perdió en la ruta. La demora hizo crecer la expectación.

Pasadas las 9:30 a.m., la puerta del salón de conferencia -con Braulio, Marisol y Cordelia en el interior-, se abrió y se cerró de inmediato.

Jorge no cabía en sí mismo por la emoción. Volvió a abrir para enseguida abrazar y besar a su hermano con una alegría conmovedora.

“¡Lo sabía!”, expresó al confirmar que había algo tricky en torno a la reunión.

Braulio igualmente descargó su alegría, no solo por compartir el escenario con su hermano, sino porque otra vez lo tiene cerca.

“Ahora mismo no podría decir lo que realmente significa, porque no podría circunscribirme a algo específicamente, porque son tantas emociones pasando por la cabeza, por el corazón, tantas posibilidades de creatividad, tantas cosas que vamos a sacar de nuestra joda personal, que estoy muy contento y muy entusiasmado”, manifestó.

Jorge se mudó formalmente hace una semana tras hacer vida personal y profesional en Estados Unidos. Se casó, es padre de dos hijos, trabajó para la empresa privada, y recientemente se divorció. Nada de lo anterior minó su anhelo de retomar la actuación.

“Cuando joven traté de hacer lo imposible por no ser actor; me fui al ejército, pero me di cuenta que es lo que me gustaba. Fue lo que estudié y por 10 años antes de irme, eso fue lo que hice. Y cada vez que iba a un teatro me daba una nostalgia. Era como un pez viendo la pecera desde afuera y loco por nadar”, compartió.

Hace dos años, Jorge aceptó ser parte de la pieza 13 años sin sexo, que se presentó en Orlando, y allí rompió el hielo.

Aquí no hay quien viva subirá a escena el próximo agosto, en el Teatro Tapia. Las fechas de funciones y de la venta de boletos serán anunciadas próximamente.

En la comedia, Braulio y Jorge (“Henry” y “Michel”) también son hermanos, de origen francés. Ambos residen en el condominio donde también vive “Maritere” (Marisol Calero), una mujer divorciada hace seis meses que ya está lista para intentar de nuevo el amor. Hasta el apartamento de ella llegarán sus amigas y lo que surge de esos encuentros es lo que promete las risas entre el público.