Lily García y Magali Carrasquillo defienden la libertad de las vaginas
En roles de amigas estelarizan la pieza “Las vaginas son ateas”, como parte del Festival de la Comedia del Teatro Braulio Castillo.
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Por derecho, ninguna persona debe ser discriminada por raza, religión o creencia, sexo, idioma, condición económica, política... Lo mismo debe aplicar para las vaginas. Y del mismo modo que hay separación de Iglesia y Estado, debería haber un divorcio entre las mentes y las vaginas.
Sobre estos argumentos se sostiene la pieza de teatro “Las vaginas son ateas”, escrita por Lily García, quien además actúa junto con la actriz Magali Carrasquillo. La obra se presenta este fin de semana en el Festival de la Comedia del Teatro Braulio Castillo en Bayamón.
Lily García entra en la piel de “Julia”, una mujer “católica, apostólica y romana”, que está a punto de perder su matrimonio. Su amiga “María Socorro”, interpretada por Carrasquillo, la ayudará, pero no necesariamente para salvar su matrimonio. Ambas son mujeres de ciencia y desde ese conocimiento, “María Socorro” provoca un cuestionamiento en su amiga.
“La sexualidad no debe tener ni religión ni debe tener represión por nada, ni por creencias, porque la sexualidad es algo que debe disfrutrarse. Nosotros venimos de una cultura que nos cohibe bastante especialmente a las mujeres, porque los hombres pueden ser sexuales y en ese sentido es separar la vagina del resto de quien eres: puedes ser una mujer muy creyente, o no serlo, y que tu vagina sea libre de todo”, expone la dramaturga e intérprete.
Esa libertad sobre el cuerpo de las mujeres, no es tan así. Cada vez se legisla para limitar el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. En Estados Unidos, por ejemplo, hay 14 estados que lo prohiben y otros 12 imponen límites respecto hasta qué tiempo está permitido. Muchas veces las mujeres son señaladas por cómo deciden llevar su sexualidad, algo que en el caso de los hombres muchas veces se le celebra.
“En Estados Unidos las mujeres están perdiendo derechos reproductivos a cada segundo, cosa que parecía imposible que sucediera. Entonces, ¿Por qué los hombres tienen que meterse con las vaginas de las mujeres? ¿Por qué quieren regularlas?, ¿Por qué quieren hacer leyes? Nos pertenecen”, puntualiza Carrasquillo, entre la indignación, el coraje y hasta frustración.
Los varones deberían saber de vaginas, porque no saben nada. Ellos creen que saben pero no”
-Lily García, dramaturga, intérprete y coach de vida
La conversación que busca provocar la pieza puede parecer muy densa, pero ellas la llevan dentro del género de la comedia, con toda la picardía y sabiduría que las que experiencias de vida le permiten. Las dos intérpretes coinciden en que el proceso de ensayos, bajo la dirección de Miguel Vando, ha sido un deleite de risas y complicidad femenina.
“Se van a reír. Lo que perseguiría como dramaturga es que salgan riéndose, pero cuestionándose, porque cuántas veces tienes amigas de toda la vida y hay cosas que no hablan, por bochorno: ‘Contra, no quiero que ellas piensen’, aún con las hermanas (no las hablan), así que pienso que este es el momento para salir del clóset”, advirtió la autora de la obra.
Carrasquillo tiene la capacidad de conmover con un personaje dramático y también de destornillar de la risa con algún papel cómico. En este caso, se sirve de esa chispa y sabrosura que le brota en cada palabra, gesto o movimiento para hacer reír, pero también para estimular el pensamiento. “El arte no tiene que dar respuestas, el arte hace preguntas y lanza preguntas, y los personajes a lo mejor pueden tener su tesis, su manera de pensar, pero lo que buscan es generar una discusión, una comunicación importante”, subrayó la artista.
“Las vaginas son ateas” se presenta este viernes y sábado, a las 8:30 de la noche, y el domingo, a las 5:00 de la tarde. Los boletos están a la venta a través de PRticket.