La mujer está presente en el teatro, pero no es suficiente
Una selección de actrices y directoras que conforman el Festival de Teatro de la Mujer comparten sus opiniones desde sus vivencias en las artes escénicas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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¿Es necesario que exista un festival de teatro que profundice sobre la presencia de la mujer en ese espacio artístico? ¿No es otra manera de marcar la falta de equidad en ese espacio creativo como en otros de la sociedad?
Lo ideal, dice la actriz y directora Cristina Soler, sería “aspirar a que estos festivales no sean necesarios”, sin restarle su aplauso a la iniciativa del productor Ulises Rodríguez y del Municipio de Bayamón por hacerlo realidad. Coincide en esa apreciación la actriz Norwill Fragoso: “Qué pena que tenga que pasar un Festival de Teatro de la Mujer para poder nosotras intensificar nuestra voz”.
Pero ya que existe, qué bueno, y deberían ser más constantes, advierte Blanca Lissette Cruz con la anuencia de sus colegas, porque es una oportunidad para visibilizar la presencia de la mujer en las diversas funciones que requiere la labor teatral, desde el escenario hasta tras bastidores. Este diario reunió a una directora y una actriz de cada una de las cinco producciones que conformarán el festival. Lynnette Salas y Yamaris Latorre por “El cuerpo perfecto”; Cristina Soler y Lucienne Hernández por “Las jevas de Bayamón”; Emineh De Lourdes y Blanca Lissette Cruz por “Torcidas”; Carola García e Isel Rodríguez por “Blanco temblor” y Norwill Fragoso y Alfonsina Molinari por “Shirley Valentín”.
“Es buen pretexto de podernos juntar un grupo de mujeres y privilegiar el rol de la mujer sobre todas las cosas en una sociedad donde hemos visto que los feminicidios son la orden del día”, reconoce Norwill, quien se estrena en la dirección para este festival.
“Creo que es importante esa visibilización en los diversos aspectos de lo que conlleva un montaje artístico teatral y que la gente se acostumbre también a que las mujeres podemos ser diseñadoras de luces, de escenografía, y de otros apartados”, agrega Carola García, que es autora, directora y protagonista de “Blanco temblor”. “Creo que también es importante visibilizar esa otra parte de la producción y del aspecto técnico y de la autoría, que está sucediendo y que no siempre tenemos ese espacio para podernos manifestar como un todo”.
Es además una ocasión para que el amplio grupo de mujeres que dará vida a las producciones se celebre y se reconozca de manera individual y colectiva, destaca la actriz Yamaris Latorre, dejando atrás los patrones patriarcales y paternalistas aprendidos a lo largo de la historia de la humanidad e incluyendo en el desarrollo del teatro.
El contenido de las piezas que subirán a escena a partir del 11 de marzo hasta el 10 de abril en el Teatro Braulio Castillo en Bayamón no será exclusivo de temas que afecten únicamente a las mujeres, sino de situaciones que tocan a las personas, independientemente del género.
Me parece muy esperanzador el que estemos todas, desde nuestros diferentes lugares, haciendo este trabajo para un público diverso y crear otra vez esas ganas por encontrarnos, porque también nosotras como artistas nos completamos cuando hay ese otre que nos mira”
-Carola García, actriz, autora, directora y profesora
La diferencia de género en las obras de teatro ha estado tan presente como en la sociedad misma, al fin y al cabo el teatro es un reflejo de lo que somos. “La mujer no entra al teatro hasta el Siglo de Oro Español y las que estaban, lo hacían bajo seudónimo y a escondidas”, apunta Lynnette.
Esa diferencia se refleja en situaciones como cuando un hombre escribe una obra de mujeres y representada por mujeres, indica Yamaris, o como señala Lucienne Hernández, puede darse cuando la figura masculina es la que escribe, tanto para personajes masculinos como femeninos. “Sí es diferente cuando la propuesta viene de un hombre. No es que sea menos o más, pero usualmente me podía pasar -y por eso empecé a escribir- que no me identificaba, o sentía que siempre estoy siendo la novia, y por eso quise escribir yo también para hacer otro tipo de personaje”, expone la actriz y guionista.
A Isel le ocurre que en sus clases de teatro tiene que hacer un esfuerzo mayor para reunir textos escritos por mujeres o donde la figura protagonista sea mujer. Aún así ha visto cómo eso ha ido cambiando a medida que se está levantado la voz sobre el trato igual hacia la mujer en la sociedad, se defienden sus derechos y se educa para erradicar la violencia de género.
“Yo pienso que lo que está pasando ahora es sumamente rápido si ves con la lentitud que por tantos siglos estuvimos muchísimo más pisás, que si lo ves del macro, pienso, ‘Wow, vamo’ embalás’. Claro, yo no quiero estar donde estoy anyway, yo quisiera que no hubiese pasado toda esa chavienda que nos tiene con un struggle (lucha), yo no quisiera el struggle, pero considero que vamos por ahí”, advierte la artista.
Si vamos a hablar del canon literario de nuestro País, hemos visto que lo patriarcal y lo paternalista está implícitamente y explícitamente expusto en la mayoría de los clásicos teatrales de nuestro País, nos guste o no nos guste”
-Norwill Fragoso, actriz
Aprovechar este festival como una herramienta para educar es un propósito que todas abrazan. Igualmente les satisface poder servir a las entidades que trabajan directamente a favor de las mujeres puertorriqueñas. Cada producción escogerá una entidad y previo a las funciones, los representantes de las distintas organizaciones podrán orientar al público que asista y recibir los donativos que se produzcan de forma orgánica.
“Es una oportunidad de que el teatro, que se ha dedicado a exponer y visibilizar problemas, también se dedique a cooperar con quienes están haciendo esa labor en la calle. Que sea menos hablado y más acción”, puntualiza Alfonsina.
Los boletos para todas las producciones del festival están a la venta en PRticket.