Junior Álvarez: “El artista nunca deja de ser artista”
Tras su crisis de salud hace dos años, reconoció que no podía seguir el ritmo que lleva un actor.
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La promoción del próximo show del actor Junior Álvarez (1959) anuncia un adiós: “Totalmente Junior, La despedida”. Pero, realmente, ¿puede un actor retirarse cuando 45 de sus 65 años los ha dedicado al arte escénico?
La respuesta de Junior da dos perspectivas: “El artista nunca deja de ser artista; siempre piensa a través del arte, se expresa a través de arte, y eso es lo que he aprendido a hacer, y expresarme a través del humor y ser jocoso y ser irónico y sarcástico y utilizar las herramientas que tenemos en la comedia para uno decir las cosas. Ahora, que te retires de trabajar y de que tengas que hacer arte obligado para poder pagar las cuentas, ¡claro que se retira uno! Se retira un montón de gente, se retira todo el que se pueda retirar y sigue trabajando entonces por satisfacción propia y eso es lo que voy a hacer”.
Decirlo es más fácil que profundizar en las motivaciones que anteceden la decisión. Junior nunca ha sido bueno para las despedidas, dijo. Lo hacen llorar genuinamente, por eso le cuesta hablar del camino hacia el que se dirige, pero al mismo tiempo está convencido de que va en la ruta correcta.
¿Cómo se toma una decisión de retirarse con una vida artística de 45 años?
“La familia, las prioridades, la edad, donde ya hemos hecho lo que hemos logrado, y es el próximo paso que hay que dar. Hay veces que nos quedamos en un ciclo dando vueltas y dando vueltas y tratando de conseguir cosas que no hemos podido conseguir, y dándole vuelta y dándole vuelta y terminamos agotados, terminamos realmente sin darle importancia a las que cosas que hay que dárselas, y eso es lo que he hecho, darle importancia a lo que más importancia que tiene en mi vida, que es mi familia y mi salud.
Cuando su vida pendió de un hilo hace dos años debido a una grave complicación cardiaca, él no vio el túnel ni la luz que dicen se revela antes de morir. En cambio, le surgió la interrogante: ¿Quieres que se acabe todo en este momento? Entonces miró a su alrededor y encontró a su esposa, la actriz Magdaly Cruz, y a sus hijos, Alejandro y Gabriela.
“Uno piensa que la pregunta en ese momento es, ¿quieres seguir viviendo? Y no, esa no es la pregunta. La pregunta es, ¿quieres que se pare el dolor? ¿Quieres que se pare la agonía? Porque no queda nada, ni la peste a gasolina en el tanque, nada, y dije, ‘no, dame un año más con mis hijos’. Yo no pensé en lo que me quedaba por hacer, no pensé en la carrera, no pensé en nada, solo en ellos. Y en este momento, cuando ellos me dicen, ‘papá, ven’, no hay que pensarlo”, relató sin frenar las emociones que lo invaden.
La corpulencia y estatura de este hombre contrastan con la ternura que enmarca sus palabras.
Contó que tras su enfermedad reconoció que ya no podía llevar el ritmo de vida que típicamente lleva un actor. El trajín de lecturas, ensayos y puestas en escena consecutivas para poder vivir del arte, ya no lo puede llevar como antes.
“Nuestra industria es bien exigente en cuestión de tiempo, en cuestión del esfuerzo. Además, nuestro trabajo es trabajar con los sentimientos: Te tienes que agitar, te tienes que poner alegre, entonces es un juego de emociones encima de las horas de trabajo, y es algo que físicamente te agota. Y me di cuenta que realmente no podía seguir con el mismo ritmo, y me preocupaba eso, porque si no llevas ese ritmo, no te alcanza para pagar las cuentas”, compartió.
Si aún no me hubiese pasado nada (de salud), ya es mi ciclo. Ya va pasando tu momento, vienen unas nuevas generaciones con comediantes y actores extraordinarios. Entonces uno pasa más a una etapa de consejero, de estar ahí, compartiendo tu conocimiento, a pesar de que no tengo estudios formales de actuación, pero tengo mi propio estilo y tengo mi fórmula”
-Junior Álvarez, actor
Lo discutió con su familia, y su hija Gabriela -quien vive en Estados Unidos- le saltó con una invitación impensada: “Papá, ¿por qué no vienes acá conmigo”. Ese fue el inicio definitivo hacia la ruta del retiro.
La menor de sus dos hijos vino a Puerto Rico el pasado diciembre a sellar su compromiso con su compañero, quien es músico en Estados Unidos; se casarán el próximo abril y proyectan convertirse en padres para el 2025. La hija comprará una finca en el estado de Washington y quiere que su papá le colabore en el diseño y la construcción, con lo que sabe de ese oficio por legado del padre. Junior lo consultó con su esposa y de inmediato, le dio otro sí.
“Me retiro de esto como modo de sustento de mi vida, pero de que voy a seguir haciendo cositas, pues cuando aparezcan, pero no van a ser mi prioridad. No voy a estar llamando y diciendo, ‘estoy disponible’, ‘estoy aquí', no voy a hacer eso”.
¿Que ya no sean tantos los personajes para esta edad pesó en la decisión?
“No, porque es normal, y el que vive en un sueño de fama y de lograr cosas, pues eso le afectaría mucho, el sentirse que ya no es tan cotizado, que ya no lo buscan tanto. Yo estoy bien contento con mi carrera, he logrado muchas cosas, he trabajado con los mejores de mi país y con los mejores de otros países también. Me he ganado el respeto de mi gente, me he ganado el respeto de la industria. ¿Qué más en el trabajo? ¡Claro que podría hacer un película en Hollywood! Eso nunca lo he hecho, pero realmente no es lo que quiero hacer ahora mismo. Lo que he hecho en la actuación me satisface.”
Antes de iniciarse en la actuación para teatro (1978) con la compañía Nuestro Teatro, que dirigía Carlos Ferrari, y más adelante en telenovelas (década de 1980), este histrión debutó como modelo.
¿Cuál ha sido la mayor ganancia?
“La gente. Lo he dicho y lo voy a seguir diciendo: Esta carrera a mí no me llevó a triunfos ni me llevó a proyectos de películas, novelas, teatro, me llevó a gente, a mucha gente, y esa gente que encontré en esta industria, pues muchos de ellos también me encontraron y con algunos de ellos hice vida, con ellos hice carrera, con ellos crecieron mis sueños de aprender, mis deseos de superarme, y creo que eso es lo más grande que me llevo”.
De esa generación que lo sucede, el comediante Danilo Beauchamp es alguien que lo ha adoptado desde la admiración y el respeto. Lo consulta, lo hace parte de sus proyectos. Junior entonces le habló de su próximo retiro y de su deseo llevarlo de alguna forma al escenario. De ahí surgió, “Totalmente Junior, La despedida”, aunque el actor inicialmente lo pensó, como “Gracias por soportarme”.
El show de stand up comedy que presentará el 10 de agosto en el Coca Cola Music Hall será una especie de juicio en el que se verá cómo sus otras dimensiones entran en conflicto con la versión de él que quiere decir adiós. En ese proceso, sus amigos reales en el ámbito artístico, Marian Pabón, el mismo Danilo Beauchamp, Ángela Meyer, Marilyn Pupo, Francis Rosas, Jorge Castro, Jesse Calderón, René Monclova, Magali Carrasquillo y Ernesto Concepción, presentarán sus argumentos. Suzette Bacó no lo podrá acompañar para la ocasión, por otro compromiso previo.
“No se trata de cómo Junior se ve a él mismo, sino cómo los demás ven a Junior, así que yo me voy a dejar llevar. Voy a empezar mi cuento y voy a dejar que esos amigos que están en escena me corrijan, se metan cuando les dé la gana y hagan el cuento como es”, anticipó.
El libreto y la dirección corresponden a Mikephillippe Oliveros.
Tomando la idea del juicio, ¿cuál sería la argumentación final ante tu retiro?
“La dijiste horita, ¿realmente se retira un actor? Es un struggling, es una lucha que está en mi cabeza, que no se quiere ir, que le cuesta, y por eso es que lloro cada vez que digo que me voy, porque esta decisión cuesta, pero me espera mi hija, no tengo que pensarlo.
Me costó mucho trabajo pensarlo, jamás pensé que me iba a ir de Puerto Rico. Viví fuera por muchos años, pero viví en una edad que estaba más joven, donde sí quería lograr muchas cosas por Puerto Rico. Ahora lo que quiero es preservar lo que ya tengo en Puerto Rico y empezar a crear cosas nuevas. Nunca te retiras de nada realmente, porque necesitas un proyecto nuevo para vivir”
-Junior Álvarez, actor
Ese nuevo proyecto lo llevará muy probablemente a otro rol, un personaje aún desconocido: El de abuelo.
“Como dice el cuento del jíbaro puertorriqueño: Va un hombre pasando por la calle y ve a un viejito como de 90 años, y le dice, ‘mire, ¿para qué usted está sembrando ese palo, si usted no va a comer de ese palo?’. Y le contesta, ‘no, pero, ¿usted sabe cuántos aguacates me he comido en mi vida que no los sembré yo?’. Pues yo, como él, sigo sembrando, aunque no me coma una china o una piña de la mata que sembré, pero la siembro, porque seguramente alguien se la va a comer y puede ser mi hija o mi nieto”.