La turbulenta vida de la cantante francesa Edith Piaf es un “manjar” para cualquier actriz. Pero, además, cualquier persona puede identificarse con alguno de los episodios claros u oscuros de la existencia de la reconocida intérprete.

La experimentada actriz puertorriqueña Ivette Rodríguez vuelve a deleitarse con la interpretación del personaje de “Piaf”, a la vez que reconoce su admiración por esta figura, quien se distinguió por su capacidad para “comenzar de nuevo” tras los embates de la vida.

“Con lo que más me identifico es con su filosofía de que siempre hay un nuevo comenzar. Esta vez, estudiando las canciones, noté cosas de las que no me había percatado. Veo que está presente ese abrazar a la vida en toda su expresión. Ese espíritu de que ahora me descalabré y sufrí, pero voy en busca de una nueva oportunidad. Ella pagó precios altos porque sus niveles de adicción la destruyeron, pero nunca se cerró al amor. Siempre que cerró un ciclo, vio un nuevo comenzar”, mencionó la actriz, quien en la década de los 90 había encarnado a la estrella francesa, y ahora regresa a los escenarios con Piaf, el musical, de Frank Marrero, a presentarse a partir del 7 de octubre en el Centro de Bellas Artes de San Juan.

Este proyecto representa un nuevo comienzo artístico para Ivette Rodríguez, quien se alejó de los escenarios para dedicarse a dar talleres en calidad de entrenadora de transformación personal. Después de vivir siete años en Miami, como parte de una transición personal, la actriz regresó a Puerto Rico hace un año. “Estaba atravesando mi divorcio y no me sentía preparada para volver. Tengo hermanos en Miami. En la transición pasaron siete años, pero sabía que volvería. Esto es una manera gloriosa de volver a Puerto Rico, con una producción grandiosa”, comentó a quien le emociona que sus hijos adoptivos, Anaya y Kiriel Marrero, la vean por primera vez en un escenario.

La actriz anticipó que interpretará 14 canciones junto con una orquesta, dirigida por Miguel Cubano. La dirección artística está a cargo de Gil René y las coreografías son una responsabilidad de Raúl de la Paz. La dirección vocal está a cargo de Aida Encarnación, mientras la producción es de Aníbal Rubio.