Indiferente Cristina Soler a la fama y el poder
Se presentará como 'Matilde'en La Carreta.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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Cuando encarne a “Matilde” por primera vez este sábado, Cristina Soler contribuirá a que esta obra teatral de René Marqués siga siendo el clásico que ha sido durante décadas en las tablas puertorriqueñas.
Es que la vigencia de una puesta en escena no se debe solamente a su contenido. Los actores también aportan a esa “inmortalidad”.
En la medida en que no juzguen a sus personajes, los intérpretes ayudan a los espectadores a disfrutar la experiencia más rica de toda obra de arte: la multiplicidad de lecturas libres, independientes de la convención, la moda o la moral de una época en particular.
Y ésa es la premisa de la que parte esta actriz boricua mientras se prepara para la pieza, cuya única función será este sábado a las 8:30 de la noche en el Centro de Bellas Artes de San Juan.
En el texto, se sugiere que “Matilde” es una prostituta. Esta mujer de 35 años le ofrece a la adolescente “Juanita” (Alfonsina Molinari) una solución que, según ciertos sectores sociales, implica una inmoralidad.
“Yo entiendo que sí, que no juzgar al personaje es una contribución. Se trata de seres humanos que cometen errores, que no son buenos ni malos, porque yo creo que los seres humanos no somos buenos ni malos”, explica Soler.
“De cierta manera, ‘Matilde’ se acerca a ‘Juanita’ desde el amor y la compasión. Yo parto de esa humanidad. Yo no puedo hacer un personaje pensando en que es una villana, porque nadie lo es. Un ser humano que pudiera ser el más despiadado del mundo puede ser tierno, comprensivo, amoroso”, diserta la artista puertorriqueña.
Como no condena ni justifica a esta residente de La Perla, en San Juan, su interpretación se hace más transparente y así la audiencia puede darle a “Matilde” varias lecturas en relación con la realidad actual: la que defiende la decisión de “Juanita” como un derecho que tienen las mujeres, o la que aboga por el respeto a la vida sobre todas las cosas, entre otras.
El contenido de La carreta también tiene mensajes pertinentes a la sociedad puertorriqueña contemporánea. Cristina Soler destaca el que privilegia los valores inmateriales por encima de los materiales, y el que promueve el amor a la tierra: la que da sustento y la que es patria.
“La obra habla mucho de eso, del amor a la tierra, la que se cultiva y la que te ve nacer. Habla sobre la importancia de que los puertorriqueños conozcamos de dónde uno sale, qué uno hace por su tierra. Realmente, uno se va huyendo de uno mismo. Realmente, aquí es donde uno tiene que descubrirse”, diserta la actriz acerca de la emigración a Estados Unidos que se plantea en La carreta.
Ella, por ejemplo, hizo su maestría en Nueva York y ha viajado, pero prefiere mantenerse trabajando en Puerto Rico, donde está redactando un guión de cine y se encarga desde hace un año de los diálogos de los números de comedia de Locas de atar (Univisión Puerto Rico).
“Quedarme en Nueva York haciendo personajes de la latino woman, que es genérica, prostituta o drogadicta, no, gracias”, establece Cristina Soler.
La intérprete afirma que no critica a los colegas que se han ido a Miami en busca de progreso económico y/o fama. “Pero a mí no me interesa”, sostiene la esposa de Antonio Sotomayor y madre de Lara González Soler, de 15 años.
“Antes, yo le decía que sí a todo. Ahora, me gusta escoger. A lo que no me huele bien, digo que no”, acota.
¿Y qué tipo de proyectos no te huelen bien?
Aquellos en los que no hay armonía. Aunque no pensemos igual, yo busco trabajar con personas que tengan respeto y tolerancia, con gente alegre. No me interesa estar con gente que me esté diciendo qué hacer o qué pensar, ni con gente que se crea más que los demás.
De este modo, la artista aclara que no necesariamente rechaza libretos porque sean “livianos”. Por ejemplo, acaba de terminar su participación en Me la hice. “Es una obra muy simple, no tiene grandes méritos literarios, pero el público se ríe a carcajadas y yo creo que eso es valioso también, que funciona y que es muy válido”, expresa.
“Yo no necesito ser rica para ser feliz, ni ser famosa o estar en alfombras rojas o eventos o escándalos para tener el cariño de la gente”, sentencia la intérprete.