Hace del teatro su salón de clases
Doel Ramírez dejó su carrera universitaria en Química para dedicarse por completo a las tablas, primero como actor y ahora como director teatral.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Juana Díaz. Quien contempla la labor de Doel Ramírez, mientras actúa o dirige una pieza teatral, jamás imaginaría que se trata del mismo muchacho tímido que llegó a la Universidad de Puerto Rico en Cayey para estudiar Química.
Sin embargo, al probar de las mieles del aplauso por un papel magistralmente interpretado, este sureño criado en el barrio Pastillo de Juana Díaz convirtió las tablas en su motor de vida, hace más de 25 años.
A sus 44 años, el hijo de Migdalia Ramírez Correa y Elvin Doel Ramos Guzmán, es uno de los teatristas más respetados en Puerto Rico, con una cantera de obras que marcan su trayectoria de éxito.
Sentado frente al escenario del Centro de Bellas Artes Ada Mage Zayas, Ramírez, de Juana Díaz, abrió el libreto de su existencia para contar cómo surgió su amor por el teatro y la bendición de trabajar en la profesión para la que nació.
“Esto comenzó en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, que entré a estudiar Química. Ahí ofrecían cursos de teatro y decidí emprender la carrera. Yo era una persona que no me atrevía a hablar con la gente, era bien tímido. Entonces, dije: ‘Esta es la oportunidad perfecta para vencer la timidez”, recordó el artista que posee maestrías en Biología Ambiental y Liderazgo Educativo, respectivamente.
Fue a través de su papel del general Cataplum, protagonista de la pieza ‘La Farsa del amor compradito’, de Luis Rafael Sánchez, que Doel rompió con su timidez.
Aunque se mantuvo actuando por mucho tiempo, Ramírez entró en otra faceta del arte que lo enamoró. Se trata de la dirección teatral, oportunidad que llegó mientras tomaba una clase hacia esos fines.
“La UPR de Cayey, en un momento dado, hacía un festival del mismo sistema universitario y es cuando deciden en aquel entonces, escoger un estudiante de dirección para representar la universidad. Es mi primera experiencia llevando una obra de director a otro recinto y, a partir de ahí, me convertí en un director”, sostuvo.
Desde entonces, ha dirigido innumerables obras, entre estas, Bodas de Sangre, Yerma y La Casa de Bernarda Alba, del poeta y dramaturgo Federico García Lorca.
“Soy bien ‘lorquiano’, me encanta Federico García Lorca. Creo que Lorca, para todo director y actor, es como una plataforma, porque Lorca era poeta, músico, teatrero, era un todo en su época. Si uno mira Yerma, una obra que habla del maltrato hacia la mujer, si uno la pone en este tiempo, es exactamente lo mismo y él estaba bien adelantado a su época”, apuntó el artista quien se ha presentado en Colombia, Honduras, Argentina, Panamá, República Dominicana y Estados Unidos, mediante la Red de Teatristas Latinoamericanos Independientes.
Aunque le apasiona el drama, el teatrista juanadino está enfocado en el teatro educativo; labor que realiza desde la secretaría de Educación Ocupacional y Técnica.
“A veces, la gente piensa que hacer teatro para estudiantes es fácil, pero no es así. Me gusta porque se lleva un mensaje, es una manera de educar. Como no estoy dentro de un salón de clases, pues, la única manera que tengo de llegar a los estudiantes es a través de una obra de teatro”, explicó en cuanto al trabajo que ejecuta hace 15 años.
“Al principio, sentía como que este miedito, como todo director, pero ahora me siento como pez en el agua porque utilizo esa herramienta para educar a los estudiantes. Así que hemos impactado muchísimos estudiantes a través de toda la isla y son bien impresionantes los testimonios de muchos estudiantes después de una función de teatro”, agregó.
Con el teatro educativo, ha liderado obras como ‘Entre la escuela y el punto’, ‘La escuela de hoy’, ‘Vidas marcadas’, ‘Vida estudiantil’ y, ‘Salud mental’; escritas por Gerardo Rodríguez y producidas por el ponceño Ángel Rolón.
También incursionó en el cine con la película ‘Los Domirriqueños 1″.
“El buen amigo Eduardo ‘Transfor’ Ortiz, cineasta y director, me invitó a trabajar Los Domirriqueños 1 y, me enamoré, porque uno como actor quiere estar en la pantalla y hemos estado gracias a Dios y a él, pero nunca había estado ‘backstage’, en la producción, en la logística. Lo probé y me gustó”, reveló.
“A partir de ahí, hemos hecho unos cuantos proyectos, estuvimos hace poco con “Martita’, “En la lucha libre’, ‘Vico C’, que es mi bebé, tuvimos la oportunidad de ver la película completa, desde que se empezó a escribir hasta que se puso el último punto. Fue un éxito”, resaltó.
Adelantó que, uno de sus sueños es contar con un lugar propio para hacer sus trabajos, además de montar una academia y una compañía de teatro.
“No le metan miedo a sus hijos diciéndole que del teatro uno no vive. Tengo 44 años y llevo casi toda mi vida viviendo del teatro. Pero hay que tener disciplina, fajarse un poco más. Si se cierran cinco puertas, tienes que abrir 10, pero se puede”, concluyó.