San Sebastián. - Cada vez que el pepiniano José Guillermo Cruz González toma el cordoncillo para crear una nueva hamaca, la mente lo transporta a la infancia, cuando observaba con admiración y entusiasmo a su abuelo materno, de quien heredó su pasión por esta labor artesanal.

Cruz González representa la cuarta generación de artesanos en su familia, originaria del barrio Robles, en San Sebastián. Actualmente tiene 57 años, pero si la memoria no le falla, comenzó a fabricar hamacas desde que tenía unos 11 años.

“Siempre que estoy bregando con las hamacas, mi base principal es mi abuelo, que fue el que más se esmeró en enseñarme, y siempre que estoy bregando en ellas, siempre estoy pensando en ellos. Y para mí, además de que es una tradición de tantos años, pues en mi mente, me los mantiene, los veo, y eso para mí es especial”, compartió el artesano esta mañana, desde el espacio que se le asignó en la 43 edición del Festival Nacional de la Hamaca, que este domingo inició con calor y lluvia fuerte, pero aún así fue constante el movimiento de público que se acercaba al Estadio Municipal Juan José “Titi” Beníquez.

“Cuando uno era pequeñito te forzaban a trabajar, porque ellos miraban esta industria diferente a como nosotros la vemos, y como me crió mi abuelo, don José González, don Ché, siempre me enseñaba que había que seguir la tradición; me desvié un tiempo un poquito, pero después volví a seguir la obra de familia”, detalló el artesano de hamacas, que además de mercadear sus piezas en este tipo de festivales, tiene una página en Facebook, @HamacasJoséCruz, que le permite llegar a los puertorriqueños en la diáspora. Los precios de las hamacas que diseña, dijo, comienzan en $65 y pueden llegar hasta $130, según el diseño.

Esa pasión nace de ver a mi abuelo y a mi abuela, mi mamá, que todos eran artesanos y se desvivían por hacer el trabajo día a día, y uno fue aprendiendo y de verdad que fue lo que inspiró la pasión”

-José Guillermo Cruz González, artesano de hamacas

El Festival Nacional de la Hamaca, dedicado a Víctor “Monty” Montañez, reunió esta vez 190 artesanos, 10 de estos dedicados a la confección de hamacas. Irene Cardona Morales forma parte del grupo de hacedores de este tipo de columpio tejido que regularmente se usa para descansar. También natural del Pepino, Cardona Morales comenzó en la artesanía de hamacas a los ocho años de edad, continuando el legado que inició la bisabuela materna.

“Esto para nosotros es algo que se lleva en la sangre, porque para bregar con esta artesanía, hay que gustarle, porque no es fácil elaborarla, pero después que le ponga mucha atención, la puedes hacer”, destacó Cardona Morales. Las hamacas que crea -con precios desde $80 hasta $400- se distinguen por que “son hechas aquí, en mi país, es nuestra cultura, nuestras raíces, y han venido desde nuestros antepasados”.

Los organizadores destcaron la calidad de las piezas exhibidas por artesanos representativos de nuevas y viejas generaciones.
Los organizadores destcaron la calidad de las piezas exhibidas por artesanos representativos de nuevas y viejas generaciones. (Alejandro Granadillo)

La mujer destacó que los últimos años se ha incrementado el interés por este tipo de artesanía. “Quieren que se le haga un taller para aprender la hamaca y nosotros con mucho gusto lo podemos hacer, porque es bueno que la gente aprenda a hacer y sepa el valor de nuestra cultura y siga adelante y no se quede atrás”, puntualizó Cardona Morales.

Este festival de tradición es organizado por la Casa Pepiniana de la Cultura, cuyo presidente Luis Joel Pérez Rodríguez, resaltó que esta edición reunió a una diversidad de artesanos de nueva y vieja generación, lo que resultó en una amplia variedad de exhibidores. No faltaron, sin embargo, las clásicas muñecas de trapo, las tallas de santos, las correas y sombreros en cuero, los dulces típicos y las figuras de Los Tres Reyes Magos en distintos materiales, entre mucho más.

La artista Vicky Ortiz Santiago, natural de Arecibo, particiba del festival por segunda vez y de inmediato destacó la organización. ”Tienen A+”, afirmó. “También el público que viene respeta mucho las artesanías y las artes; siempre es un festival exitoso para nosotros como artistas y artesanos”, agregó.

Las obras de esta joven dan una representación distinta, alegre, actualizada del arte popular, según se observó en su mesa de exhibición. “Me encanta plasmar lo que son las estampas puertorriqueñas, me encanta pintar lo que es la mata de plátano, la pámpana, la casita jíbara; me encanta pintar sobre el café, sobre el jíbaro, así que siempre que vayan a ver mi arte, lo van a ver lleno de cosas puertorriqueñas y sobre todo, bien colorido”, describió.

Me sorprende mucho que, sobre todo jóvenes trabajadores, aprecian el arte, y entonces vienen buscando arte accesible, que los represente a ellos, como lo mío es puertorriqueño y contemporáneo, están encantados”

-Vicky Ortiz Santiago, artista

Ortiz Santiago tiene además una galería virtual en su cuenta en Instagram, @vickydoingart, plataforma que usa como portafolio y herramienta de exposición y venta.

El festival incluyó un programa musical igualmente diverso dentro del requisito fundamental de promover la música tradicional puertorriqueña. Este domingo desfilarían por la tarima ACirc, El Show de los Mocosos, Ballet Folklórico Hermanos Ayala y como acto de cierre. Robert Burgos & Descarga Zasón. Pero fue la agrupación Rumbón Plena la que se encargó de comenzar a calentar el ambiente a golpe de panderos, repique que no cesó aún con la fuerte lluvia que cayó al mediodía.

No faltaron las figuras talladas en madera, así como otras artesanías tradicionales.
No faltaron las figuras talladas en madera, así como otras artesanías tradicionales. (Alejandro Granadillo)