En los pasados cuatro meses he erguido civilizaciones en Grecia y Babilonia, colonizado un planeta extraterrestre y construido vías ferroviarias a lo largo y a lo ancho de Estados Unidos. He explorado tenebrosas casas embrujadas, salvado al planeta de cuatro pandemias mortales, asesinado al shogun de Japón y escapado de peligrosos templos malditos como todo un Indiana Jones. También he resuelto misterios con la ayuda de Sherlock Holmes, navegado el Mediterráneo para complacer a los dioses romanos, perseguido a Jack el Destripador por las calles de Londres, traicionado a otros sobrevivientes del apocalipsis zombi y protagonizado batallas contra el Imperio Galáctico tras la destrucción del "Death Star".

He hecho esto y mucho más sin la necesidad de un televisor ni mucho menos un control en mis manos. Todas estas aventuras las he compartido con otros jugadores sentados frente a una mesa, armados únicamente de dados, cartas, fichas de madera, miniaturas de plástico, lápiz, papel y varios tableros de cartón.

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Contrario a lo que la mayoría de la población pudiese creer, los juegos de mesa no han pasado de moda en la era digital. Al contrario, actualmente gozan de gran popularidad en Estados Unidos y Europa, donde durante la pasada década cada vez han sido más los que salen al mercado. En ambos lados del Atlántico, los diseñadores estrella de estos juegos de mesa modernos son tratados con el mismo respeto que los más renombrados cineastas en el Festival de Cannes, mientras sus más recientes diseños generan gran expectativa en las convenciones que se realizan en varios rincones del mundo y donde decenas de miles de personas asisten para probar sus últimas creaciones.

En una entrevista con The Los Ángeles Times, Eric Hautemont, confundador de Days of Wonder –una de las casas publicadoras más reconocidas de la industria- estimó que el número de juegos de mesa que salen anualmente ronda los 1,000. El auge de Kickstarter y otras plataformas de recaudación de fondos a través del ciberespacio han contribuido grandemente a la multiplicación de esta cifra. Pero si es así, y el auge ha sido tan significativo, ¿dónde están todos estos cientos de juegos recientes? ¿Por qué no se ve a nadie jugándolos?

La principal la razón por la que su penetración en Puerto Rico resulta prácticamente invisible yace en la falta de disponibilidad a nivel local. Vaya a cualquier juguetería y encontrará los mismos juegos que se han estado vendiendo durante décadas: Operation, Connect Four, Sorry, Clue, Life y una docena de versiones de Monopolio. Si usted cree que los juegos de mesa se limitan mayormente a estos ejemplos, sepa que existe un océano de variedad allá fuera. El problema es que para sumergirse en él  tendrá que conocer a alguien que los posea en su colección, tener la suerte de encontrar una de las pocas tiendas especializadas que los venden, asistir a un evento que fomente el hobby o adquirirlos a través de Internet.

Cómo se entra al hobby

“No hay muchos lugares donde se juegan”, indicó Jorge Cortés, aficionado de los juegos de mesa, durante un break entre un partido de 7 Wonders y el inicio de uno de Cash n’ Guns realizados como parte del día de juegos de Pizza Cono, pizzería ubicada en la avenida Winston Churchill, en Río Piedras. “Esto aquí es una actividad especial. No hay muchas tiendas de juegos de mesa en Puerto Rico. Yo solo sé de dos o tres. La mayoría de las personas los consiguen en línea y luego se juegan entre amigos en las casas, no en un lugar público donde cualquier persona lo va a ver y le va a interesar. Si no tienes un amigo pues creo que es más difícil entrar a este hobby”, aseguró el aficionado de estos juegos que ha estado jugando desde que estaba en la high.  

Encontrar un negocio como Pizza Cono, que fomente este pasatiempo en Puerto Rico, es sumamente raro, pero precisamente eso fue lo que motivó a uno de sus empleados a organizar un evento mensual vía Facebook para atraer a los aficionados e incitar la curiosidad entre los que están en la periferia.  

“Yo tenía todos estos juegos de mesa, me había metido ya en el hobby y quería un sitio donde jugar. Lo tratamos de hacer una vez y funcionó”, explicó Víctor Rosario, empleado del establecimiento. “Los números de personas que han venido ha ido aumentando. He conocido a mucha gente que no conocía antes por medio de estos juegos. Al principio eran mis amigos nada más. Me ha ido bastante bien”, añadió.  

Como Víctor, también está Mario Vélez, un ingeniero de computadoras “con sangre de empresario” –como él mismo se describe-, que hace casi dos años abrió la tienda Paladin Books & Games en Isabela inspirándose en los locales que se encuentran en Europa y Estados Unidos que se dedican a la venta y enseñanza de estos tipos de juegos. Al igual que muchos de nostoros, Mario creció con los juegos tradicionales –Battleship, Candyland, etc.- pero fue gracias a unas amistades que descubrió los juegos europeos que expandieron sus horizontes. Su meta es que más personas los conozcan.

“Hemos descubierto que la mayoría de la población no conocía de estos juegos, así que ha sido un proceso de educación. Parte de lo que hacemos en la tienda es enseñarle a la gente a jugar estos juegos. La mayoría llegan a la tienda buscando cómics o juegos de cartas -como Pokemon, Magic Yugi Oh, que son más conocidos en la Isla- y poco a poco les vamos presentando otros juegos que no conocen”, manifestó Vélez, a la vez que apuntó a la falta de conocimiento general como el mayor factor que obstaculiza la propagación de este pasatiempo en la Isla.

“Me he topado con mucha gente reacia a aprender. No se atreven. El comentario más común que recibo es ‘Ay es que yo no sé jugar ese juego’, pero por supuesto que no saben jugarlo, es algo nuevo y nosotros queremos enseñarles a jugarlos. Para eso estamos aquí”, afirmó Mario, quien se contagió con esta fiebre a través del juego francés Dixit y los RPG (Role Playing Games) de Dungeons & Dragons.

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Más allá de la diversión

“Lo que me atrae de los juegos de mesa es que son juegos sociales que compartes con diferentes personas. Tienen un aspecto de suerte así que no siempre el que tiene más experiencia o el que es ‘mejor’ siempre va a ganar”, dijo Jorge Cortés, apuntando a dos de los mayores atractivos de este pasatiempo: cualquiera lo puede disfrutar y –más importante aún- promueve la interacción social y personal que sus hermanos digitales mayormente carecen.

“Además de la parte educativa, también hemos visto que (los juegos) sirven de apoyo comunitario”, aseveró Mario Vélez.  “Tenemos papás divorciados que no compartían mucho con sus hijos y ahora vienen a la tienda a jugar los juegos porque a ambos les gustó. Personas que eran adictos a las drogas y han dejado el vicio porque ahora tienen en que entretenerse y en que enfocarse. Ha sido una experiencia increíble y la reacción de la clientela ha sido impresionante”, indicó el joven ingeniero, quien procedió a enumerar otros beneficios del hobby.

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“Primero, crea amistades. Te ayudan en la creatividad, en el trabajo en equipo. Te ayuda a desarrollar tu pensamiento crítico y toma de decisiones. Te ayuda en inglés porque la mayoría son en inglés. Te ayuda en matemáticas. A los niños les ayuda en el desarrollo de ideas y destrezas. A todos estos juegos tú les puedes sacar tanto…”, expresó Vélez, con un entusiasmo palpable.

Para aquellos que deseen descubrir lo que ofrecen estos juegos de mesa modernos, Pizza Cono celebrará su próximo “Game Day” el 11 de julio de 12:00 del mediodía hasta que cierre el establecimiento a las 11:00 p.m. Mientras, Paladin Books & Games invita a los interesados en los RPG a su “Free RPG Weekend” este sábado 4 y domingo 5 de julio de 12:00 p.m. a 9:00 p.m. y el 21 de agosto estará celebrando su segundo aniversario con varias demostraciones de juegos de mesas, entre otras actividades. Fanáticos como Víctor, Jorge y Mario los esperan para servirles de guías.

“Hay muchos diferentes tipos de juegos. No es como los juegos que les enseñaban cuando eran chiquitos, como Monopolio, y esos otros. Hay mucha variedad y les puedo asegurar que hay al menos un juego que les va a gustar. Juegos sociales, juegos económicos o de exploración... no importa lo que quieras jugar ni cuántas personas quieran hacerlo, hay un juego para todo el mundo”, puntualizó Víctor.