Hay dos constantes en la obra literaria del autor chileno José Ignacio “Chascas” Valenzuela. Quizás son más, pero hay dos que sobresalen: La fijación que lleva por el género del suspenso y el misterio, y la preferencia por contar sus historias desde las voces de las mujeres.

Recién se presentó en Netflix la tercera y última temporada de la exitosa serie “¿Quién mató a Sara?”, que aún figura en el primer puesto del Top 10 de la plataforma de streaming entre las series más vistas “de habla no inglesa”, y ahora vuelve a las librerías con un nuevo acercamiento a la novela juvenil con “Mona Carmona y el enigma de la Sagrada Familia”.

Ambas historias las escribió simultáneamente, se levantan a la sombra del misterio y son mujeres las protagonistas. Son también los trabajos, entre audiovisual y literarios que mejor lo representan. “Hay una mezcla de policial con telenovela con melodrama con thriller, ese coctel que a mí siempre me ha gustado, por fin pude plasmarlo tal como yo quería en ‘Sara’ como en ‘Mona’”, expuso el guionista, que vivió un tiempo en Puerto Rico, donde todavía lo esperan sus “amigos de la vida”.

Su fijación con el suspenso y el misterio, o su obsesión, como también lo reconoce, lo traslada a su adolescencia en Chile, en la década de 1980, cuando no encontraba engancharse con los libros de Julio Verne o de Emilio Salgari, pero lo consiguió con la escritora Agatha Christie.

“Encontré una manera de seguir siendo lector”, dijo. Desde ese momento se aceleró su “pequeña obsesión” por los temas policiales y de crímenes, por cómo desarrollar e identificar pistas, o cómo hacer un truco para que la gente no lo descubra, aún estando allí.

“A lo largo de los años, me di cuenta que ese gusto personal mío, podía ser muy atractivo para generar mi propio contenido. Entonces, empecé a experimentar con algunas telenovelas, como La casa de al lado, Santa diabla, La familia de al lado...”, detalló.

Después de resolver el misterio en torno a su preferencia por el género del suspenso, Chascas hizo otra confesión, esta vez sobre por qué prefiere crear personajes femeninos sobre los masculinos.

Desde que tengo memoria, me han parecido más interesantes las mujeres que los hombres, siempre”, afirmó de entrada. “Creo que tiene que ver con el hecho de que las mujeres tienen muchas más capas que nosotros. Las mujeres pueden hacer muchas cosas simultáneamente y bien. Las mujeres tienen la capacidad de ser amigas de sus enemigas, cosa que yo como hombre, si me cae mal, no le quiero hablar, pero las mujeres pueden ser mucho más estratégicas, y, sobre todo, tienen una perspicacia y una capacidad de análisis que considero superior a la de los hombres”.

Partiendo de ese pensamiento, ‘¿Quién mató a Sara?’ hubiera tenido el mismo éxito si hubiera sido ‘¿Quién mató a José?, por ejemplo.

No, no lo creo. Las mujeres tienen muchas capas y yo necesitaba muchas, muchas capas, que cohabitan y se manifiestan de manera simultánea, y siento que una de las gracias de ‘¿Quién mató a Sara?’ es que este personaje central de ‘Sara’, que ya no existe, tiene todas estas capas que se van revelando poco a poco a lo largo de las tres temporadas y que me permiten crear un personaje supermisterioso y que al mismo tiempo nunca terminamos de conocer, y siento que eso no hubiese sido igual en el caso de que hubiera sido ‘José'. Hubiera sido mucho más concreta la presencia de ‘José', hubiera sido mucho más evidente.

Con la novela “Mona Carmona y el enigma de la Sagrada Familia” (Editorial Planeta), el autor mantiene la preferencia por las voces femeninas, no así con su próxima serie para Netflix, “Donde hubo fuego”, centrada en la cotidianidad de un grupo de bomberos al interior de un cuartel.

En esta nueva historia, además de complacer su anhelo por crear su propia heroína, como también lo hicieron los escritores Agatha Christie y Arthur Conan Duyle, se adentra en los misterios que guarda la grandiosa obra arquitectónica de Gaudí para introducir a una niña que descubre que su abuelo tiene una doble vida.

Contó que empezó a armarla desde el momento en que, en un viaje de trabajo a España, tuvo una tarde libre y aprovechó que no había fila para entrar a la Sagrada Familia y una vez adentro, aparte de casi desmayar por la majestuosidad ante sus ojos, escuchó a un guía hablar sobre los misterios en el lugar.

“Y yo, amante del misterio, cuando empiezo a escuchar que esto era como la cuna del misterio, salí de ahí y me compré todos los libros de la Sagrada Failia en la tiendita y durante muchos años sabía que alguna historia iba a escribir de ahí, porque era el escenario perfecto para una historia de misterio”. Finalmente la historia afloró en el 2020 mientras se duchaba a prisa antes de que su hija se despertara de la siesta.

“Tuve que salir a escribirla y ya no pude parar”.