La decisión de su retiro del teatro le provoca profundos sentimientos de tristeza y añoranza. Pero se mantiene firme en que es lo correcto.

La respetada actriz Ángela Meyer hizo público esta semana su determinación de decir adiós a lo que representa su pasión principal en el mundo de la actuación. Con el bagaje de una amplia trayectoria de presentaciones en este arte escénico, es inevitable que las emociones salgan a relucir. Pero el convencimiento de que es el momento idóneo para esta despedida, le infunde cierta serenidad.

“Es muy difícil retirarse. Yo quiero que tú sepas que yo tengo el corazón estrujado”, expuso con su natural franqueza la jovial artista en entrevista con Primera Hora en el Centro de Bellas Artes de Santurce (CBA), previo a sus ensayos para la comedia “Como coco”, que marcará el cierre de un ciclo en el teatro. El público tendrá, a su vez, la oportunidad de despedirla con sus aplausos en funciones el 7, 8, 9, 14, 15 y 16 de marzo en el CBA (San Juan), el 29 de marzo en el Teatro Juventud - Manuel González Izquierdo (Lajas), y el 6 de abril en el Teatro Ernesto Ramos Antonini (Barceloneta).

“Es muy difícil porque yo de pensar que en un momento dado va a bajar el telón y que me voy, no voy a volver más, a mí ya se me hace un taco en la garganta, así que me imagino que lloraré toda la noche porque pienso que se acerca ese momento del telón final”, expuso pensativa al anticipar lo que será esa última puesta en escena. No obstante, reiteró que no se trata de una despedida de los medios, toda vez que adelantó que seguirá con su segmento televisivo en Wapa TV.

¿Cómo está procesando el duelo de despedirse de los escenarios?

“Es muy difícil porque no hay consuelo que te haga procesarla. Yo sé que es lo que tengo que hacer, pero sé que me cuesta mucho. Lo que pasa yo negocié algo conmigo, y me dije ‘yo me retiro del teatro, no me retiro de la televisión’. De alguna forma es algo que me permite estar en contacto con el público. No es un teatro pero por lo menos me voy a quedar con mi sección en ‘Noticentro al amanecer’”.

La idea de poner una fecha a su despedida teatral demoró más de una década. “Esta decisión me tomó más de 15 años. Llevo más de 15 años diciendo que me voy, que me retiro, pero no tenía la fuerza para hacerlo. Pero ya toca el tiempo”.

La actriz, quien en una trayectoria de cerca de siete décadas en el mundo del entretenimiento también ha sobresalido como productora y presentadora, entre otras facetas, modera el segmento “Después de los 70” en el noticiario, dirigido a brindar consejos a la población de adultos mayores.

“Raymond (Arrieta) me dijo ‘ah, pues ahora te podemos llamar’. Pues mira, si me llaman para cruzar la cámara no me importa. Yo no tengo nada más que demostrar. Yo creo que ya he demostrado mucho en mi carrera, y lo que quiero es no perder ese contacto humano con mi gente, con mi clase, con mi profesión primaria, que es ser artista”, confesó en un encuentro en el que una vez más, hizo derroche de su característica simpatía y sencillez.

Desde niña, el mundo de los escenarios se convirtió en su segunda casa. Además del teatro, su sólido bagaje en la actuación incluye trabajos en telenovelas como “Anacaona”, “Marta Lloréns”, “Cristina Bazán”, “El ídolo” y “Tomiko”, entre tantas otras.

El amor por el mundo del entretenimiento corre por sus venas. Su madre fue la famosa actriz y cantante Margot Debén, hija del famoso mago Richardine, quien contaba con su esposa como acompañante en sus presentaciones. El mago Richardine II fue su tío.

¿Por qué retirarse del teatro?

“Nunca me voy a olvidar que (ellos) me decían ‘no permitas que el público te coja lástima, (es mejor) que te recuerden bien, que te recuerden en salud. Acuérdate que cuando la gente va al teatro, tú no sabes qué sacrificio hicieron para pagar esa entrada, entonces no le vamos a dar algo que sea doloroso ni triste’. Y eso lo tengo puesto aquí, ahora que me doy cuenta que ya no quiero viajar de noche, ahora que me doy cuenta de la peligrosidad que hay en la calle, que no quiero ser ese estorbo de, ‘mira, por favor, llévame a casa’ ”.

La artista planteó que si bien le han sugerido el uso de alternativas de transporte, reiteró que a estas alturas no le resulta cómodo depender. “Tengo 77 años. Veo bien porque me operé los ojos. Pero me siento muy insegura guiando de noche. Y de pronto, lo que en un momento es un favor, ‘mira Ángela, yo te llevo a tu casa después de la función’, se hace una carga cuando es una obligación todos los días”, enfatizó. “Dentro de tres años cumplo 80 años, y a los 80 años Dios permita que me sienta como me siento ahora, pero no quiero cruzar… no quiero cruzar esa puerta donde el riesgo y la vejez hagan que me tengan lástima. No quiero”.

Precisamente, ¿cómo ha abrazado esa vejez?

“Yo creo que cada edad tiene su esplendor, tiene su encanto, y la vejez es algo inevitable, pero la vejez es algo que tenemos que agradecer porque no todo el mundo llega a esta edad. Y es una edad en que si la miras en lo positivo, es una edad en que tú puedes dar de tu experiencia. Si lo miras en lo positivo, es tener muchos recuerdos bonitos de lo que uno ha sido. Lo que le pido a la vida y le pido a Dios y le pido a todo, es poder manejar el día que yo no pueda valerme por mí misma. Ese día me da mucho miedo que llegue, y ese día le pido a papá Dios que me lleve durmiendo. Así fue que murió mi abuelita. No quisiera pasar por una agonía larga, no sé si lo supiera manejar”.

La actriz también habló sobre el valor que representa el cariño del público. No lo da por sentado, ni permite que la haga adoptar una actitud de arrogancia ni caer en la tentación de la egolatría. La lección la aprendió de su abuelo en momentos en que cautivó con el éxito de su personaje de “Tomiko” en la telenovela homónima, en la década de los setenta.

“Lo aprendí a las malas porque yo en un momento me creí que era una estrella y mi abuelo me bajó, pero me dijo usted no es nadie”, relató. “Yo me fui de la casa, ofendida, de la casa de mi abuelo. ¿Cómo él se atrevía a decirme, si yo estaba haciendo ‘Tomiko’? Y tardé un año en volver, y volví gracias a la tristeza de mi abuelita que me decía ‘tu abuelo está muy triste porque tú no vas’. Y yo nunca me olvido que eran unas navidades y yo entré con la soberbia y me dijo ‘párese ahí, ¿usted qué es?’, ‘yo soy nadie’. No fue ‘nadie’. La palabra empezaba con ‘m’ y termina con ‘da’. ‘Soy tal’, y me dijo ‘ahora, puede pasar, siéntese que vamos a hablar’”, recordó en detalle sobre lo que inició el diálogo para enfatizar en el respeto que se le debe a los que apoyan su talento.

“Me dijo ‘el día que te creas que has llegado, ese día empieza tu fracaso, tú eres lo que eres por el cariño y el respeto del público que paga para venir a verte; no, tú no eres una estrella, y eso que no se te olvide nunca, Ángela del Carmen’”, recordó entre risas. “Me dijo ‘que yo nunca más tenga que oír que mi nieta está diciendo que ha llegado, que los actores y los artistas empezamos todos los días’. Así que le debo a mi familia mucho, le debo al público lo que soy, y creo que quiero irme devolviéndoles en amor y en agradecimiento todo lo que he sido gracias a ellos”.

Su retiro del teatro no implica que se mantendrá sin planes en otras facetas. De hecho, hace años que su tiempo lo ocupa en proyectos adicionales a los de la actuación. Uno de estos es su labor en el Programa Nuevo Amanecer, de Bayamón.

“Yo tengo mis días bastante llenos. Yo, gracias a Dios, y eso se lo agradezco al alcalde Ramón Luis Rivera Cruz de Bayamón, que cuando mi mamá se enfermó de Alzheimer, yo le dije ‘tengo que renunciar porque yo no quiero perderme esta etapa de mi mamá donde me va a necesitar mucho y que todavía me recuerda’, y él lo que hizo, que Dios lo bendiga, fue que me dijo ‘está bien, vete, pero me puso un contrato de servicios profesionales, o sea que yo nunca me he ido. Yo llevo 25 años trabajando con él”, dijo con agradecimiento, y expresó que en ese tiempo estudió consejería.

“Yo soy consejera en el proyecto Nuevo Amanecer. Yo trabajo con personas que tienen problemas de adicción a sustancias controladas. Hace ya cinco años que trabajo allí y estudié para eso. Con personas de violencia doméstica, Ley 54. Con personas con alcoholismo”, explicó con ilusión. “Bayamón tiene un programa que da servicio, da consejería y da ayuda a estas personas que tienen esos problemas, sobre todo en adicciones. Y esa parte me hace sentir muy útil, poder de alguna forma ayudar. Es como devolver en cariño y en agradecimiento lo que soy hoy en día como artista, que se lo debo al público”.

Para risas y reflexión

“Como coco”, la comedia teatral con la que Ángela Meyer se despedirá de las tablas, presenta la chispa que surge entre dos pacientes geriátricos en la sala de espera de un consultorio médico. René Monclova, Raymond Gerena, Sara Jarque y Danilo Beauchamp completan el elenco.

“Me hace mucha ilusión porque reúne muchas cosas”, manifestó complacida quien le da vida al personaje de “Elena”. “Lo primero es que a mí me gusta mucho la comedia, me gusta mucho hacer reír, ese ratito en que se desconecta la gente, pero sumamente importante, lleva un mensaje precioso”, resaltó. “En un mundo tan complicado en que los viejos empezamos a molestar, que nos echan hacia un lado, que no cuentan nuestras opiniones porque somos viejos, porque no tienen la paciencia, porque no manejamos la tecnología… si ellos supieran que la sabiduría no se la da la tecnología, la da la experiencia, pero creo que se van a salir del teatro con muy buen sabor de boca, como decimos, porque se han reído mucho, pero también se van a llevar un mensaje”, reflexionó sobre la puesta en escena. “Y es que no olviden que los viejos sentimos, padecemos amamos, soñamos y por tener una edad, no es justo que nos quieran separar de una sociedad”.

La actriz resaltó cuánta alegría siente con el elenco que la acompaña en esta aventura de despedida. “Me hace mucha ilusión, porque estoy con gente que yo quiero muchísimo y que admiro muchísimo”, puntualizó. “No es lo mismo hacer una obra donde eres una persona más, que son compañeros fenomenales, pero que quizás no hay esos lazos de cariño”, comparó. “Y yo quiero mucho a la gente que está en esta obra conmigo, y entonces es como estar con familia, que nos cuidamos más, nos divertimos más”.

Ángela Meyer resaltó cuánto hubiera deseado trabajar con otros colegas en una última función teatral. “Yo quisiera que fueran muchos más porque yo quiero a mucha gente, a un Ernestito Concepción, a una Suzette Bacó, Junior Álvarez, Braulio Castillo… Bueno, estaría todo el día diciendo con la gente que yo quisiera trabajar, pero nos iríamos a la ruina porque no se puede con tanta gente en escena”.

Los boletos están disponibles en Ticketera.

Elogian su talento y su compañerismo

Los artistas René Monclova, Sara Jarque y Raymond Gerena, quienes la acompañan para la comedia teatral “Como coco”, expresaron a Primera Hora el valor de trabajar junto a la legendaria actriz.

Desde la izquierda, junto a Raymond Gerena, Sara Jarque y René Monclova, quienes la acompañan en el elenco de “Como coco”.
Desde la izquierda, junto a Raymond Gerena, Sara Jarque y René Monclova, quienes la acompañan en el elenco de “Como coco”. (Wanda Liz Vega)

Siempre es un placer trabajar con Ángela”, expuso enfático René Monclova, quien le da vida a “Leandro” en la obra. “Tú entras seguro de que estás con alguien más que capaz en escena, y siempre como actriz, como amiga, ha sido siempre la persona correcta. Como productora he tenido problemas con ella porque es fuerte como el diablo y se le suben los humos…”, dijo mientras Meyer le reclamaba de fondo, provocando las risas de sus compañeros. “Pero cuando se le olvida que es solo Ángela… Maravillas”.

Sara Jarque confesó cuánto disfruta compartir el escenario con la actriz. “Siempre es un placer, es un lujo. Me pesa mucho que ella hable de un retiro en el teatro porque siempre el proceso de trabajo con ella, siempre es un gustazo”, afirmó. “En los ensayos la pasamos bien porque son ensayos dedicados únicamente a hacer brillar un texto. Ahí no hay egos, ni ‘ñoñetas’ que la gente tiene de que ‘no me quites una línea’. No. Con Ángela, de verdad, es trabajar con una compañera actriz, y es un deleite”.

Raymond Gerena, quien personifica al “Doctor Bolt” en la pieza teatral, evocó su calidad humana. “Para mí es un gusto trabajar con Ángela. Llevo muchos años haciéndolo”, destacó orgulloso. “Muchos de nosotros del medio le decimos madre, precisamente porque en la época dorada, como digo yo, cuando las telenovelas, cuando se hacía teatro de martes a domingo, funciones dobles y todo eso, muchas veces nos topábamos que no teníamos empleo, y Ángela siempre estaba ahí para todos nosotros. ‘Búscamele un personaje inmediatamente a tal persona’. Ángela en ese aspecto, como productora y como ser humano, siempre ha velado por toda la clase artística de alguna forma u otra, y por eso estamos eternamente agradecidos”.