Ubicado en una butaca en medio del pasillo del Teatro Braulio Castillo, en Bayamón, y ya con el micrófono debidamente colocado, el actor Adrián García hace un alto para advertir: “No quiero más entrevistas en la vida, así que esta es la última. ¡Tú sabes todas las que ya me han hecho!”.

Lo dijo tan serio que por un momento hizo dudar, pero seguido se le invitó a divertirse un rato y comenzó el juego, pues es así como ha asumido la carrera que todavía lo mantiene activo en las artes escénicas. Es una trayectoria que comenzó -estima él- a los 15 años y, si las biografías no fallan, ya suma 65 años en el quehacer artístico.

La vida que ha formado en el teatro, la televisión y el cine es motivo suficiente para celebrarla con la dedicatoria de la tercera edición del Festival de la Comedia del Teatro Braulio Castillo. Es un honor que recibe reconociendo la importancia de ese taller para los actores y actrices que se abren paso en la escena local.

“Van a decirme que soy un malagradecido, pero he sido un malagradecido toda la vida, porque no me han gustado los homenajes nunca en la vida. La filosofía mía es, ‘yo trabajo en lo que me gusta, por lo tanto no es trabajo, es juego’. ¿Cómo me vas a premiar por jugar? Que me den dinero, eso es otra cosa”, dijo. Pero, “yo sé lo que trabajan los jóvenes luchando por hacer algo en la vida, luchando por hacer algo en este ambiente, y si la presencia mía es ayudarlos, pues voy a ir”, continuó el artista, de 80 años.

Yo quisiera que este festival, que estoy seguro que lo hacen con mucho amor, con mucho interés, con muchos grupos jóvenes, dure toda la vida. Ojalá y ellos les enseñen a los jóvenes nuevos a que sigan haciendo teatro, porque si ellos no lo hacen, quién lo va a hacer”

-Adrián García, actor

A él también le tocó participar de estos talleres en su etapa de formación, y como estudioso que ha sido “toda la vida” del arte escénico, particularmente de la comedia, que es su género natural, no faltará este viernes en el homenaje que se le rendirá como parte de la apertura del Festival de la Comedia.

“El actor necesita aprender haciéndolo, porque la actuación envuelve el organismo entero: tu voz, tu mente, tu manera de ser, tu manera de trabajar, tu manera de envolverte en un ser humano que no eres tú, eres otro, y eso es taller”.

García, además, tomará parte en la cartelera del festival como parte de la obra “Sweet & Spicy”, que se presentará del 20 al 22 de octubre, con Eyra Agüero y Maurim Chiclena en escena, y la dirección de Kiko Blade.

Para el comediante es importante estar disponible para las generaciones jóvenes que se abren camino en las artes escénicas.
Para el comediante es importante estar disponible para las generaciones jóvenes que se abren camino en las artes escénicas. (Alexis Cedeño)

Para un estudiante de grandes maestros del teatro puertorriqueño, como Leopoldo Santiago Lavandero (1912-2003) y Victoria Espinosa (1922-2019), ser comediante no es una ligereza. Al contrario, el mayagüezano habla de la comedia con una seriedad y compromiso que es difícil que no se despierte la admiración mientras se le escucha.

“Para ser un buen comediante hay que educarse”, puntualizó. “Yo creo en la educación, porque hoy día hay educación para todo. No hay una universidad de cómicos, no hay una escuela de cómicos, no la hay, pero hay escuelas de arte dramático, hay escuelas de actores. Ser comediante es una derivación de un actor, o sea, eres actor, pero mi especialidad es la comedia, porque es lo que me gusta, es en lo que me muevo fácil en el escenario: brinco, salto; me gusta la comedia, veo comedias, no con el interés de reírme, la veo con otro enfoque”.

Yo fui discípulo de don Leopoldo Santiago Lavandero. Yo no he visto un maestro de teatro tan amplio, tan extraordinario como maestro. Lavandero era fuera de ley y vine a estar con él 12 años de mi vida y aprendí de él lo que no tienes una idea”

-Adrián García, comediante

Víctor Adrián García Roche identificó su pasión por la actuación desde muy temprana edad. Tan así que siendo un niño de cinco a seis años le advertía a la mamá que tenía que hacer una pausa en las radionovelas para que lo dejara escuchar el programa “El tremendo hotel”, interpretado por su “ídolo original”, Ramón Rivero “Diplo”.

Compartió que más o menos para esa edad de la infancia, el papá lo llevó al Teatro Yagüez (vivían justo detrás) a ver al legendario comediante (1909-1956). Recordó que se sentaron en un palco y él hasta trepó una pierna en la baranda, y se ganó un regaño del padre. “Voy allí y lo primero que hago es mirar desde el escenario hacia el palco donde yo estaba a los seis años; yo me acuerdo, yo me veo allí”, comentó con la nostalgia desbordándosele por los ojos.

Si el intérprete de “Pastor Menta”, “Toribio” y “Solitaria”, entre tantos otros personajes, le ha dado vida a la comedia, es porque para él eso ha significado vivir. “He vivido de la comedia toda la vida”, afirmó, quien además se desarrolló como actor de drama e integrante de un grupo de baile, The Rockers Boys.

Ser tartamudo nunca fue una traba a lo largo de la carrera de actor.

“He sido feliz toda mi vida conmigo mismo. Si soy feliz conmigo mismo, con lo que he hecho, como me he portado, pues vivo una vida alegre. El que esté al lado mío tiene que ser feliz también”, concluyó.

El Festival de la Comedia del Teatro Braulio Castillo comienza este viernes con la dedicatoria al artista.
El Festival de la Comedia del Teatro Braulio Castillo comienza este viernes con la dedicatoria al artista. (Alexis Cedeño)