Todo el mundo es un escenario y los hombres y mujeres simplemente actores - All The World’s a Starge, William Shakespeare

El escenario del Teatro de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras, recibió por última vez a uno de sus más férreos defensores, el actor, profesor y director Dean Zayas, cuya vida entera dedicó a las artes escénicas. En honor a ese legado, declaró la actriz Idalia Pérez Garay, se debe mantener viva para las nuevas generaciones la defensa por la UPR, el Departamento de Drama, el teatro y las bellas artes en general.

La ceremonia de despedida comenzó este miércoles cerca de las 10:00 a.m. Al entrar al teatro, saltaba a la vista una imagen de este maestro de las tablas nacionales, sentado en una de las butacas de la misma sala, que colgada desde el fondo del escenario donde también fue ubicada la urna con sus cenizas. Fue una ceremonia dirigida por las autoridades académicas, incluidos la decana de Asuntos Académicos, Nivia Fernández, el rector Luis A. Ferrao Delgado, la presidenta interina Mayra Olavarria Cruz, y la decana de Humanidades, Agnes Bosch Irizarry.

Hubo, asimismo, representación de la familia en la voz de la profesora Frances Arroyo, quien alternó en su mensaje algunas de las frases que comúnmente utilizaba Dean Zayas, lo que provocó la risa entre los egresados del Departamento de Drama que fácilmente entendieron lo que ella decía desde el podio. Entre ese grupo destacó la presencia de las actrices Cristina Sesto, Anamín Santiago, Idalia Pérez Garay, Carola García, Blanca Lissette Cruz, Cordelia González, Lusiann Iturbe, así como del cantante Waldemar Volmar Méndez, el director del Programa Artes Escénico Musicales del Instituto de Cultura Puertorriqueña, Marcos Carlos Cintrón, el director de televisión Carlos Maldonado, y el productor de teatro y televisión, Jhosean Calderas, entre otros.

La representación teatral no faltó en la despedida. Desde la segunda fila de la sala, se fueron poniendo de pie los actores y actrices que alguna vez tuvieron el privilegio de recibir las directrices de Dean Zayas, y así iban pronunciando las líneas de la poesía de William Shakespeare, All The World’s a Stage. Al final, todos exclamaron: “¡Gracias Dean!”, cerrando el emotivo acto con un sonoro aplauso.

Tras cuatro guardias de honor, Coralia -agrupación adscrita al Departamento de Música de la UPR- se integró con varias interpretaciones que se sumaron a la solemnidad que imperó durante la ceremonia.

Un grupo de mujeres, representando a las coéforas, entró en escena para trasladar la urna con las cenizas hasta la rotonda ubicada en la Torre del mismo recinto. Desde allí los estudiantes, profesores y demás personal universitario, igualmente, pudieron despedirlo.

De esa manera el Teatro de la Universidad bajó el telón a quien por cinco décadas utilizó ese espacio y sus alrededores para encaminar y dirigir a los estudiantes que han pasado a ser los protagonistas de las tablas nacionales.

Estudiantes, profesores y demás personal universitario despidieron al director teatral desde la rotonda de la Torre de Recinto Riopedrense de la UPR.
Estudiantes, profesores y demás personal universitario despidieron al director teatral desde la rotonda de la Torre de Recinto Riopedrense de la UPR. (VANESSA SERRA DIAZ)

Tres actrices amigas lo recuerdan

La actriz Cordelia González lo llevará en su memoria como el maestro que inició y dio forma a su carrera. “Recuerdo como hoy el día que fui a su oficina, yo prepa en la universidad, a pedirle que si por favor podía ser extra en la obra que él estaba presentando, ‘Divinas palabras’, aquí en el escenario de la universidad y me aceptó y de ahí en adelante, todo fue bajo la tutela de Dean Zayas y del extraordinario grupo de profesores que había en la universidad”, compartió.

La mayor lección que tuvo de él fue el estudio profundo de los personajes. “Otra de las cosas que atesoro de lo que me dio Dean fue ese conocimiento amplio del teatro, no solo del Siglo de Oro, sino Shakespeare, Tennessee Williams, los clásicos, que son la base perfecta para uno poder seguir en esta carerra. También el humor de Dean, que era un humor sarcástico; realmente te preparaba para el mundo profesional y eso fue algo que muchos de nosotros lo descubrimos mucho después en el camino”.

Luz María Rondón siempre lo vio como hijo que se transformó en su mentor. “Fue mi maestro, lo admiré hasta el corazón y como éramos de diferentes edades, le decía, ‘Yo soy como tu mamá', y él, ‘No me digas eso’, pero siempre trabajamos juntos con mucha armonía, con mucho profesionalismo. Estuve en el grupo que organizamos Teatro del Sesenta. Él era mi consejero teatral para todo, porque aunque estuviera trabajando en otros proyectos, con otros directores, siempre consultaba a Dean”. Esa confianza y complicidad entre ellos la hizo sentir segura durante toda su actividad artística, que aún sigue activa.

Cordelia González y Luz María Rondón, ambas discípulas de Dean Zayas,  asistieron a la ceremonia póstuma celebrada en el Teatro de la UPR en Río Piedras.
Cordelia González y Luz María Rondón, ambas discípulas de Dean Zayas, asistieron a la ceremonia póstuma celebrada en el Teatro de la UPR en Río Piedras. (Rosalina Marrero-Rodríguez)

“A pesar de que era mayor que él, reconocía ese talento que tenía, esa paciencia, ese cariño, y le tenía mucha confianza más que con otros directores y compañeros de experiencia, porque la vida me dictó eso y siempre lo quise como si fuera un hijo”, sostuvo.

Dean Zayas, fallecido el 3 de febrero, a la edad de 83 años, dedicó medio siglo al Departamento de Drama de la UPR. Desde ese espacio tocó tantas vidas, que parece incontable su labor como actor, profesor y director.

“A Dean le debemos tanto en el teatro puertorriqueño, que realmente es una gran pérdida, porque nosotros pensábamos en el fondo que Dean era como eterno”, lamentó la actriz y también profesora Idalia Pérez Garay.

El vacío profundo que deja en tablas puertorriqueñas, destacó la artista, debería servir de modelo de vida y estímulo para las generaciones jóvenes, así también figuras como Victoria Espinosa, Gilda Navarro, Leopoldo Santiago Lavandero, Sandra Rivera y Luz Odilia Font, entre otros. “Para que esa nueva generación, no se decaiga, porque hay una tendencia a la depresión, a que ya no se puede hacer nada, no, hay que seguir hacia adelante, defendiendo esta universidad, santuario de la cultura y del saber del País, defendiendo el Departamento de Drama, defendiendo el teatro, las artes y la música del País, y ese es el legado que nos deja Dean”, subrayó.