Como si se tratara del reflejo de su propia comunidad, el barrio Palo Seco de Toa Baja celebrará el resurgir, luego de una restauración, de su iglesia Nuestra Señora del Carmen.

“Para la gente de Palo Seco es algo grande, porque es parte de su orgullo como ‘palosequenses’. Y son quienes custodian y cuidan la capilla, lo que hacen con un celo impresionante, como que es parte de ellos, y así lo viven”, dijo el padre Milton A. Rivera Vigo, acerca de la centenaria  estructura que,  actualmente, pertenece a su Parroquia Espíritu Santo de Levittown.

Según el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) esta edificación que data del siglo XVIII (1840) fue la iglesia del otrora Municipio de La Trinidad de Palo Seco. 

(Para El Norte / Alvin J. Báez)

El templo es de línea arquitectónica sencilla, evocando el estilo misionero. La construcción original del cuerpo es en mampostería, mientras que el techo es de ladrillo con vigas de madera. A la estructura se le realizaron añadiduras de concreto a principios del siglo XX.

Su valor histórico fue certificado por el ICP, organización que instó a conservar este ejemplo de arquitectura  religiosa.

Sobre la obra de restauración, que tardó cerca de un año en completarse, la sacristana de la capilla Edna Morales, quien es nacida y criada en Palo Seco, describió que “esta iglesia se restauró porque estaba  muy deteriorada,  todas las vigas originales del techo, que aunque eran de ausubo, se tuvieron que cambiar, porque la polilla y el comején se las comieron. El arreglo principal fue el de las vigas de madera y como parte de la obra de restauración se trabajó, también,  con las paredes de ladrillo y arcilla,  que datan del tiempo español. Y, precisamente,  hace un año se culminó la restauración”.

Completar dichos trabajos, que iniciaron en el 2012, conllevó la recolección de datos y adquisición de documentos, permisos y labores artesanales, todo bajo la supervisión del ICP.

(Para El Norte / Alvin J. Báez)

“Para ese año comenzamos a trabajar con la situación del proyecto, y pues, empezar a ver  cuánto era el costo y demás. Básicamente,  la obra, a octubre del 2016, basado en el informe de auditoría, conllevó  alrededor de unos $144 mil”, destacó Rivera Vigo, de las labores que se costearon gracias a modestas aportaciones de la comunidad, de empresas y un donativo de $100 mil del Municipio de Toa Baja “que fue aprobado de manera unánime por la Asamblea Municipal de Toa Baja, porque entendían el valor histórico de la iglesia”.

“Obviamente la comunidad no tenía los recursos económicos para hacer un proyecto tan grande por lo tanto se contó con  donativos municipales  y también la compañía  Bacardí hizo un donativo grande  para la comunidad”, añadió.

Cabe señalar que el techo se reinstaló con vigas de Capá Prieto que fueron confeccionadas, artesanalmente, en el aserradero del ebanista Juan R. Alvarado en Orocovis.

(Para El Norte / Alvin J. Báez)

“Una anécdota fue que cuando se fue a remover un abanico una de las viga se fue completa abajo y el ingeniero a cargo me dijo ‘acabo de darme cuenta que la oración aguanta techos’”, relató Rivera Vigo.

Aunque la iglesa ofrece sus servicios religiosos desde hace cerca de un año, cuando culminaron los trabajos mayores de la restauración, la celebración de reapertura será este próximo sábado, 18 de febrero. 

Según explicó Rivera Vigo, se hará “la misa regular a las 5:00 p.m. en agradecimiento a Dios por la bendición. Luego habrá música, en la cancha detrás de la iglesia para una celebración de pueblo”. La fiesta contará además con música del cantante Quique López y comida donada por el contratista Fortis Construction.

Patrona de los pescadores

Como parte de un pueblo costero la capilla en sus inicios fue dedicada a la Virgen del Carmen, patrona de Palo Seco y de los pescadores por lo que alberga en su altar principal una centenaria  imagen de la virgen.

Pero esto no siempre fue así,  ya que, según contó la sacristana Morales,  por una orden papal del 1962 la imagen fue removida de ese lugar, reubicada en el lado izquierdo del altar  y sustituida por el Cristo en la cruz.

(Para El Norte / Alvin J. Báez)

Sin embargo, por otra orden papal reciente, fue devuelta al centro.

“Así que cuando inicia la restauración, se le solicitó al arquitecto del ICP, Héctor Balvanera, que revisara el espacio central y se dio cuenta de que había una bóveda tapiada. Y se abrió para devolver a la Virgen a su lugar; el Cristo se colocó colgante al centro”, describió.