A un paso de la recta final, la boricua Vanessa De Roide se encuentra embriagada de la emoción por haber sido seleccionada para permanecer en Nuestra belleza latina (NBL) de Univisión, tanto así que siente que va a ganar el próximo domingo.

La joven de 24 años de edad es consciente de que, más allá de su talento y entrega, su triunfo dependerá de la decisión del público al que siente que ha conquistado. Sin embargo, a través de esta entrevista exhorta a todas las personas a que voten por ella.

“Estoy contenta y emocionada porque ya luché por casi tres meses y trabajé duro para estar entre las cuatro finalistas y ahora resta que el público vote por mí porque es el que elige a la reina. Mi corona está en manos del público; por eso pido el apoyo y todos los votos posibles”, dice con simpatía la estudiante, que cursa su cuarto año de publicidad en la Universidad del Sagrado Corazón, en Santurce.

Vanessa De Roide competirá el próximo domingo por la corona y por los $250,000 en premios, junto con la dominicana Nataliz Jiménez, la venezolana Karol Scott y la mexicana Setareh Kahtibi.

Como en este tipo de competencia hay que llevar los dos sacos, uno para ganar y otro para perder, la candidata carolinense revela a Primera Hora que, de no salir airosa,“voy a seguir luchando hasta lograr lo que quiero que es trabajar en televisión”.


Recalca que “no he ido a los certámenes para estar en bikini y verme linda, sino por la exposición, y eso es lo que he tenido en Nuestra belleza latina, que ha sido una gran oportunidad, y para eso vine, para la exposición. Además, me he llevado una gran experiencia”.

Cabe destacar que la modelo ha participado en otros certámenes como Miss Earth en 2005, Miss Fox Sports en 2010 y en 2012 resultó primera finalista en Miss Universe Puerto Rico. Dicha posición le mereció la corona de Miss Intercontinental.

Debido a lo fuerte que ha sido la competencia a través de la que dice ha realizado un excelente trabajo con esfuerzo y valentía, ha aprendido a dejar escapar sus emociones, como evitar llorar cuando así lo siente frente a otras personas.

“Yo era muy fuerte en el sentido que no me gustaba que me vieran llorar y aquí lo estoy haciendo y he podido hablar de mi papá (quien falleció hace 14 años de un ataque al corazón) que me afectaba mucho y he crecido y madurado bastante en este tiempo. He podio vencer mis miedos y he hecho los retos”, acota.