Poncho de Anda no solo se encuentra recuperado completamente de su operación de la columna vertebral, sino que también regresa a la televisión al timón del reality El Factor X, de Mundo Fox, que estrena este lunes en Estados Unidos y Puerto Rico.

A un año de su salida de la televisión tras formar parte del elenco del programa Despierta América (Univisión), el conductor mexicano se siente contento porque esta oportunidad representa “el proyecto perfecto para mi regreso a la televisión”.

“Hace 12 años llegué como emigrante a Estados Unidos, con una maleta cargada de sueños, y 12 años después mi sueño americano se está realizando. El Factor X es una parte de eso y el que Mundo Fox haya creído en mi talento me hace sentir más preparado que nunca y con las herramientas para no defraudar al público”, revela a Primera Hora.

El Factor X es una producción de FremantleMedia bajo la dirección de Simon Cowell, basada en una competencia de talento vocal para menores entre las edades de ocho a 15 años. Los jueces son Belinda, el dúo venezolano Chino & Nacho y Angélica María, con quienes De Anda ha logrado una excelente química.

Lo operaron de la columna vertebral

Poncho de Anda, de 38 años de edad, revela que se sometió a una operación de la columna vertebral en la que le removieron dos discos herniados que le fueron sustituidos por silicón y no tornillos, como parte de un nuevo proceso poco invasivo que se hace en México y que aún no se ha aprobado en Estados Unidos.

Su lesión se debió a un accidente que provocó se le afectaran dos discos de su columna vertebral. Tanto era el dolor que no lo pensó dos veces para operarse y apartarse de la televisión, que tanto le apasiona.

“Cuando me puse muy mal, los médicos en Estados Unidos no resolvían mi problema y busqué ayuda de un profesional que me dijo que me quedaría sin caminar, y tomé cartas en el asunto. Elías Hermida fue el que me hizo la cirugía y es uno de los mejores ortopedas”, sostiene.

Agrega que “me retiraron dos discos por completo a través de un sistema de estabilización en el que te colocan silicón en las vértebras y no tornillos, y le da flexibilidad, y luego de un año el dolor desaparece por completo (que ya lo cumplió)”.

Describe el proceso quirúrgico como “una cirugía de invasión mínima que está transformando el mundo porque el resultado es positivo y es permanente. Es tan moderna que cuando llegué a Estados Unidos los médicos no entendían lo que me habían hecho”.