Tras siete años en la televisión, “True Blood” concluyó anoche con el capítulo titulado “Thank You”, cerrando así su séptima temporada y dejando a su paso un giro inesperado para sus protagonistas.  

La serie producida por Alan Ball -basada en las novelas “The Sourthern Vampire Mysteries”, de Charlaine Harris-, que se dio a conocer por su humor sombrío y el balance que lograba establecer entre el drama y el suspenso, optó por presentar una faceta desigual a lo que se muestra comúnmente de los vampiros contemporáneos, cerrando su argumento con la muerte de varios de sus personajes protagónicos, entre estos, uno de los grandes favoritos durante las pasadas temporadas. 

Lo que comenzó en el 2008 como amor desenfrenado entre la protagonista Sookie Stackhouse (Anna Paquin) y el vampiro Bill Compton (Stephen Moyer), el episodio de anoche le expuso a Sookie la invariable realidad que tuvo que enfrentar ante la decisión de Compton de confrontar la muerte real, obligándola no solo a aceptar dicha voluntad sino a ser quien lo ayudara a cumplir su deseo de alcanzar la muerte eterna.

Pese a que Sookie no lograba entender el por qué de la determinación de Bill, este le explicó desde su perspectiva la aflicción por la que pasó desde que se contagió con el virus hepatitis V, incluso señalándole que en esos momentos era cuando más cerca se sentía a ser un humano. 

Mientras tanto, en Fangtasia, Eric Northman (Alexander Skarsgård) y Pam Swynford De Beaufort (Kristin Bauer van Straten) planificaban cómo asesinar al señor Gus (Will Yun Lee), ejecutivo de la compañía Yakonomo, la cual formulaba el alimento de los vampiros, ‘true blood’, para apropiarse de la idea de formular el antídoto para los vampiros que habían contraído el hepatitis V.

El dúo -conocido desde su primera aparición en la serie como dos de los vampiros más peligros del pueblo de Bon Temps- liberó a Sarah Newlin (Anna Camp), cuya sangre contenía el antídoto a la hepatitis V, y luego atacó con fuego su propio establecimiento para acabar con Gus. Fue así como Eric y Pam lograron patentizar el antídoto elaborado a partir de la sangre de Newlin y distribuirla alrededor del mundo para “curar” el virus.  

Por otra parte, Jessica Hamby (Deborah Ann Woll), la progenie de Bill, se casó con su expareja, Hoyt Fortenberry (Jim Parrack), logrando que su creador la llevara al altar. Este fue el último acontecimiento colectivo del cual Bill participó. 

Sookie hace un pacto objetivo 

Luego de considerar la petición de Bill y de haber escuchado los pensamientos que él tuvo durante la boda de Jessica, Sookie lo llama para dejarle saber que ha aceptado ayudarlo a cometer el acto de muerte real. El vampiro le pide que se encuentre con él en un cementerio y, al llegar allí, Sookie se topa con una fosa en cuyo interior hay un ataúd. En su interior, Bill revela una foto de él junto a su hija que le entregó a esta antes de pelear en la Guerra Civil. El vampiro abraza el retrato y se prepara para morir.

Sookie, sin embargo, no encuentra la valentía para matarlo. Aunque en un principio se arma de sus poderes de “luz” para matarlo, Sookie titubea y le pregunta una vez más si en verdad está decidido a morir. Bill responde que sí. Sookie, resignada, rompe una pala, toma en sus manos el palo que quedó convertido en estaca y baja a la fosa. Ahí, encima de Bill, sostiene la estaca sobre el pecho del vampiro, pero aun así no halla la fortaleza para clavarla en el pecho de su amado, por lo que este pone sus manos sobre las de ella y la ayuda a poner fin a su “vida”. El cuerpo de Bill estalla en un baño de sangre, dejando a Sookie llorando y desconsolada sobre sus licuados restos.

La busqueda de la felicidad

Aunque el final de “True Blood” no necesariamente buscaba una moraleja específica, la partida de Bill Compton posiblemente invite a la audiencia a reflexionar ante los temas de la muerte y el amor.

El final de la serie presenta a Sookie embarazada. Aunque no se revela la identidad del esposo ni se logra apreciar su rostro, aparentemente la protagonista se percibía feliz. Sookie cumplió la promesa que le hizo en su lecho de muerte a Bill, pues él deseaba que ella viviera una vida plena y llena de la estabilidad que él, según le expresó, nunca hubiese podido brindarle.

Además de esa última toma en la que la protagonista se muestra airosa en su nueva vida, Sookie junto al resto de los protagonistas se reúnen frente su casa en lo que parece ser, y al fin es, una velada normal en el pueblo de Bon Temps. 

“True Blood”, que debutó en la cadena de televisión HBO en el 2008, recurría a mofarse de su libreto sencillo y de sus personajes ordinarios con poderes extraordinarios. El programa se valía de pequeños momentos que, aunque eran interpretados por seres mágicos y pese a la ficción del mundo vampiresco, no se alejaban de lo común y cotidiano de la vida en donde las decisiones, el amor y la muerte reinan, y todo lo demás es presente.