Hasta el fin del mundo se va para seguir regalando risas a los boricuas. Eso asegura el “payamago” Tatín, quien continúa disfrutando y poniendo a gozar con sus trucos y ocurrencias a la audiencia de “Puerto Rico Ggana”.

A meses de que el programa de juegos de Telemundo celebre seis años en la pantalla nacional, Tatín expresó que llegar cada día al Estudio Eddie Miró para encender las tardes en la compañía de Alex DJ y sus compañeros de piso se siente como estar en casa, ya que continúa haciendo lo que lleva haciendo hace más de 50 años: regalar sonrisas.

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“Es maravilloso ver cómo varias generaciones han visto este personaje. Yo me quedo asombrado muchas veces, porque en la calle, jóvenes me ven y se me tiran encima a llorar literalmente, algo que yo me quedo pasma’o, y es que me dicen que están evocando cuando eran chiquitos y sus abuelitas les daban leche y galleta cuando veían televisión, y acordarse de sus abuelitas les llenaba de emoción”, compartió el payaso, quien se dio a conocer de la mano de Tío Nobel en la década de 1980 y marcó a una generación con su icónica frase: “china mondada, mantecado frostisiado, 1-2-3, pan, chocolate y café”.

El artista manifestó su satisfacción de formar parte del proyecto de Adolfo Ontivero, con quien trabajó en pasadas producciones como “El tiempo es oro” y “Gana con ganas”, y tener así nuevamente la misión de llevar diversión a jóvenes y adultos tanto en sus hogares, como en el estudio.

“Desde el primer día que Adolfo me dijo cuando salimos del canal 4: ‘Mira, yo no pierdo la fe de que volveremos a televisión, ¿te vas conmigo?’. A eso le dije: ‘¡Muchacho, hasta el fin del mundo!’. Él se portó muy maravilloso allá y le dije que sí”, resaltó el boricua, quien recordó ese primer día en que trabajaron el episodio piloto del programa de juego.

“Él me llamó para que le hiciera un piloto en un parque. Allí fuimos y tratamos de hacerlo, pero era difícil, habíamos pasado el huracán María y había mucho revolú”, indicó el cómico, exponiendo que tanto Ontivero como Alex Colón -nombre de pila de Alex DJ- consiguieron finalmente un estudio para trabajar ese proyecto, que recibió la bendición del canal 2.

“Hemos pasado vicisitudes, mucho trabajo, pero nada, Adolfo es un guerrero incansable. Él no le tiene miedo a este tipo de actividad. Aquí estamos y seguiremos por ahí pa’bajo, a ver dónde llegamos”, sostuvo. “En estos casi seis años esto ha sido fabuloso. Te anima más a continuar en el proyecto, a seguir con más ganas. Yo me maquillo todos los días como si fuese el primer día”.

¿Pero cuál es el secreto para mantenerse relevante en la cultura puertorriqueña, tanto así que ha sido inmortalizado con la expresión “te comiste un Tatín” para referirse a quien se hace el gracioso?

“Uno es honesto con los niños, con los adultos. Tú me verás siempre saludando a todo el mundo, dándole un abrazo con una sonrisa. Por más mal que me sienta, eso no quita que tenga una cara sonriente para el público, porque eso es lo que el público espera de mí. Sentirse mal puede afectar un poco, pero hay que seguir adelante”, compartió Miguel Restos Solís, nombre real de Tatín.

Sigue su compromiso social

El talento de “Puerto Rico gana” también asegura que su compromiso social con la niñez sigue firme, así como lo hizo hace más de 14 años cuando convocó a otros colegas para unirse a una caminata contra el abuso que realizó bajo la Fundación del Payamago Tatín.

“No me paso proclamando lo que hemos hecho en ese aspecto, pero yo he convocado cuatro marchas contra la violencia infantil; e hice otras cuatro convenciones con la Liga Atlética Policiaca. De hecho, me nombraron en un momento dado teniente honorario de la Policía de Puerto Rico en una dedicatoria que me hicieron en la Academia de la Policía en Gurabo”, destacó.

De hecho, su acto de devolver a la comunidad no se quedará en la Isla del Encanto, ya que el próximo 10 de marzo, el también empresario regresará a la Residencia Geriátrica Carl Georg, en República Dominicana, para entregar artículos de primera necesidad como pañales, sillas de ruedas, así como otros misceláneos para los participantes de dicho asilo, al tiempo que visitará comunidades empobrecidas para entregar juguetes para los niños y luego celebrar un cumpleaños gigante con la comunidad.

“No me alardeo mucho, pero ya esto es una costumbre de más de 20 años”, sostuvo.

Apuesta por más payasos

El “payamago” también dejó claro que su deber por compartir su arte continúa más vivo que nunca desde su escuela y tienda El Zapatón Rojo Club de la Amistad, espacio que fundó en el año 1989 para educar a los boricuas a sacar su lado más colorido por el bien común.

“La gente piensa que el payaso es alguien que pone tres colores, un traje raro, y vamonos. ¡No! Hay que estudiar, hay que aprender y hay que desarrollar el personaje que vas a realizar, porque esto se puede dividir en varias facetas”, sostuvo Tatín. “Aquí no había escuela, no había nada, para aprender de eso teníamos que brincar el charco allá, a Estados Unidos, y ahora lo pueden hacer aquí”, agregó el artista, quien sostiene que mediante su integración a la organización Clowns of America llegó a visitar ciudades estadounidenses como Denver, San Luis, Misuri, Chicago y Washington, DC para conocer más de este negocio.

“Muchos compañeros hoy día no saben de dónde llegaron esos conocimientos y todo lo que han aprendido porque nadie les ha explicado. A lo mejor algún día me siento a escribir un libro para dejarlo de legado”, manifestó.

Y hablando de legado, Tatín asegura que luego de más de cinco décadas en la industria, y sobre 35 años desde la pantalla chica, solo anhela ser reconocido como “alguien que supo apreciar lo vivido, y que lo pudo compartir”.

“Cuando empecé hace 50 años nunca pensé que los iba a recorrer. Quiero que me recuerden como alguien afable, alguien que comunicaba a los nenes y adultos, que dejamos una trayectoria bonita y que nunca le dijimos que no al que quería aprender, al que quería descollar en este medio”, sostuvo.