¡Sonic lo hace de nuevo!
El personaje que cambió el mundo de los videojuegos en 1991 llega al cine en una aventura tan fascinante visualmente como divertida.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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El estreno de Sonic The Hedgehog, la película de Paramount basada en la popular serie de videojuegos de Sega ha dejado a pocos fanáticos indiferentes.
Pero la película es tan buena excusa como cualquiera para recordar los orígenes de un personaje que, aunque suene a cliché, transformó el paisaje de los videojuegos.
El “borrón azul” apareció por primera vez en el juego que lleva su nombre, Sonic the Hedgehog. Era 1991 y para entonces, los juegos eran necesariamente lentos, con personajes desplazándose en dos ejes (horizontal y vertical) por paisajes compuestos de bloques. Sega cambió todo al presentarnos un juego en el que el personaje principal podía correr a un ritmo frenético y en el que escenarios y música aumentaban la sensación de velocidad.
Pero nada de eso funcionaría sin los elementos que le daban personalidad a “Sonic”: su sonrisa y su actitud. Estos son obra de Hirokazu Yasuhara y Naoto Oshima que eligieron hacerlo un erizo para que, en sus palabras, fuera posible imaginar el daño que causaría si se volviera una bola y arremetiera contra sus enemigos. En cuanto al color, la decisión fue simple: “Sonic” es azul porque el logo de Sega es azul.
En comparación, “Mario”, un plomero italiano que por entonces llevaba diez años reinando las pantallas para Nintendo, era relativamente lento y moderado. En el juego de Sega, si el jugador dejaba de accionar los controles, el erizo volteaba a mirarlo con el ceño fruncido y golpeteaba con un pie en un gesto de impaciencia.
La comparación viene a lugar porque así como Nintendo es la casa que “Mario” construyó, a “Sonic” puede atribuírsele haber elevado al nombre de Sega de desconocido a mundialmente famoso. Esto se debió en gran medida al éxito instantáneo de Sonic The Hedgehog y su continuación, Sonic The Hedgehog 2, que vendieron más de 21 millones de unidades.
Pero nada dura y malas decisiones de mercadeo, así como títulos que fueron puestos en venta sin haber sido terminados llevaron a un declive de la marca.
Nuevos intentos como la consola Genesis de 16 bits y la apuesta por el 3D con Sonic 3D Blast resultaron en más fracasos hasta que con la consola Dreamcast (1999), Sega volvió a acariciar el éxito gracias a títulos como Sonic Adventure y Sonic Adventure 2. Pero el mercado era distinto y nada anticiparía el éxito de un enemigo como la PlayStation 2, que se comió al mundo y Dreamcast terminó siendo la última consola que Sega llevó produjo.
Pasaron los años y a la franquicia le fue peor con títulos como Shadow of the Hedgehog y Sonich the Hedgehog. Pero “Sonic” nunca dejó de correr. Juegos como Sonic Generations y Sonic Colors, este último considerado como el mejor “Sonic” en más de 15 años, le inyectaron vida a la propiedad, que luego tuvo también acogida en el naciente mercado de los juegos móviles.
Y ahora, la película...
Poco es lo que se sabía de la trama antes de su estreno, aparte de lo que se había visto en los avances.
Pero resulta que el filme logra dar en el clavo y estamos ante un logro en lo que a adaptaciones de videojuegos se refiere. Se trata de una historia entretenida para toda la familia, desde los niños hasta los adultos seguidores de la franquicia de “Sonic”.
El diseño original de “Sonic” generó reacciones negativas, por lo que el director Jeff Fowler y el estudio se comprometieron a mejorar el diseño del erizo azul. Y lo lograron. De hecho, hay quienes comparan las escenas de velocidad con las de Quicksilver en X-Men: Days of Future Past.
La historia es básica, pero muy divertida. Cuando el veloz erizo azul viaja a nuestro mundo para salvar el suyo es detectado por alguien con no muy buenas intenciones: el malévolo “Dr. Robotnik” (Jim Carrey). “Sonic” (cuya voz pone Ben Schwartz) hace amistad con “Tom Wachowski” (James Marsden), quien lo ayudará a escapar del gobierno y de Robotnik, quien quiere estudiarlo para extraer sus poderes y, qué más, dominar el mundo.
Marsden comprueba una vez más su habilidad para la comedia y Carrey está tan divertido como en sus buenos tiempos.
Uno de los grandes éxitos en cuanto a adaptaciones de videojuegos se refiere fue Pokémon: Detective Pikachu, cinta que adaptó fielmente a los pokémon en versiones generadas por computadora mientras daba al espectador promedio una aventura llena de diversión ligera. Sonic parece estar destinada a dar el mismo placer al público.