CIUDAD DE MÉXICO.Como agua para chocolate” (“Like Water for Chocolate”) está lista para presentar su historia de amor imposible y sabores milagrosos a una nueva generación.

La serie, que se estrena el domingo en el servicio de streaming Max, es la más reciente adaptación de la popular novela de la escritora mexicana Laura Esquivel sobre una joven con habilidades extraordinarias para transmitir sus sentimientos a través de la cocina en el México rural de principios del siglo XX.

Es protagonizada por Azul Guaita en el papel de la joven cocinera Tita de la Garza, Andrea Chaparro como su hermana Gertrudis, Ana Valeria Becerril como su hermana Rosaura, Ángeles Cruz como su querida nana y maestra cocinera Nacha, e Irene Azuela como la temible Mamá Elena de las Garza que, siguiendo la tradición familiar, impide que Tita se case, pues su destino es cuidar de ella.

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Mamá Elena tiene unos cuarenta años, es viuda y debe enfrentar sola la Revolución Mexicana como la jefa de una hacienda. Es famosa por tener un carácter estricto e implacable.

“Nosotros queríamos entender el porqué de mamá Elena”, dijo Azuela el martes en conferencia de prensa en la Ciudad de México. “Conoció el fuego de la pasión, se sintió amada, se sintió que era correspondida, se sintió que era dueña de su vida y le fue arrebatada”.

Salma Hayek es una de las productoras ejecutivas de la serie, dirigida por Ana Lorena Pérez Ríos y Julián de Tavira, cuyo elenco lo completan Andrés Baida como Pedro Muzquiz, el amor imposible de Tita, y Louis David Horné, como el revolucionario Juan Alejandrez.

Las actrices se asesoraron con historiadores para retratar fielmente la época.

“Ésta es una historia de cambios, son cambios políticos dentro del país, pero también los cambios adentro de las casas y cómo las mujeres siempre hemos tenido que luchar para poder tener una voz o control de nuestro destino”, dijo Hayek, en una videollamada en vivo desde Nueva York durante la conferencia.

Desde su publicación en 1989, “Como agua para chocolate” ha cautivado al público mexicano e internacional. Su adaptación cinematográfica se estrenó en 1992, dirigida por Alfonso Arau y protagonizada por Lumi Cavazos, Marco Leonardi y Regina Torné convirtiéndose en un éxito de taquilla.

“Hay una gran fuerza en estas historias y la maravilla es que podamos voltear desde el 2024″, dijo Azuela. “A mí me gusta también pensar en el equipo de gente que hizo la película hace 30 años, era un México distinto… La posibilidad a regresar a esta historia desde donde estamos es un regalo”.

Hayek celebró la obra de Esquivel como un clásico.

“Nunca va a pasar de moda, porque siempre habla de la verdad y de cosas que nos impactan y que nos mueven a todos; y lo que es súper interesante, es la interpretación de las nuevas generaciones”, señaló.

Celebró que exista un furor por la cocina mexicana en el mundo.

“Para mí, también ésta es una oportunidad de romper muchos estereotipos; somos unos artistas de la comida, desde que la sembramos”, dijo Hayek. “Tenemos la tierra mágica que le da un sabor diferente, tenemos la creatividad, la imaginación, para crear platillos sofisticados”.

Contó que su madre, quien es de origen oaxaqueño, no le quiso enseñar a cocinar, pues sabía que preparaba cosas demasiado deliciosas y la gente la iba a tener todo el tiempo en la cocina. A su hija Valentina, dijo, le gusta su caldo de pollo en fideo. Chaparro señaló que el pollo también es una de las recetas favoritas de su familia, sólo que en salsa de tomate.

Guaita aprendió a moler en metate para la serie.

“Para nosotros, la comida es un vehículo a la evocación, a llenar todos los sentidos y es el poder de la alquimia. Estar en la cocina es darte ese poder de la alquimia, es ser hechicera, ser bruja, ser científica, es crear para compartir, es crear para alimentar, no nada más el cuerpo, sino también, el alma”, dijo Cruz, quien es originaria del estado de Oaxaca.