En Fast & Furious Presents: Hobbs & Shaw, la nueva entrega de la serie de los rápidos y furiosos, los productores optaron por hacer el primer spinoff de la franquicia combinando a los dos actores de apoyo más relevantes de la serie, Dwayne Johnson como el agente federal “Luke Hobbs” y a Jason Statham como el exagente británico “Deckard Shaw”, en otra sinfonía de carros y balas. Probablemente una sabia decisión. 

Y es que cuando se trata de espectáculos de alto octanaje, pocos están mejor preparados para la tarea que Statham y The Rock, quienes compensan en musculatura y carisma lo que les falta de pelo.

En la franquicia Fast & Furious, que ya suma ocho películas y más de $5 mil millones por concepto de taquilla, el dúo ha encontrado un espacio cómodo, sin considerar cualquier dolor de cabeza que le hubiera causado a Vin Diesel.

Las fricciones entre Johnson y Diesel son parte de la razón de ser de este intermedio -sin el resto del corillo- de las aventuras de  Fast & Furious.

Pero hay un camino difícil de recorrer para Fast & Furious Presents: Hobbs & Shaw es el constante incremento  en el nivel de  acrobacias de  actores y  carros de esta franquicia. Si ha existido un placer derivado de estas películas en los pasados años ha sido ver cómo Fast & Furious han evolucionado de la simple historia de una “fiebre” en las calles de  Los Ángeles a una creciente extravagancia de carros y músculos que ha viajado por el mundo y en la que los carros, literalmente, vuelan entre edificios o descienden en paracaídas. 

El problema es que en este punto, los fanáticos esperamos -en realidad exigimos- ver Lamborghinis en la Luna. Sin embargo, el entretenimiento de la cinta, dirigida por David Leitch (Deadpool 2, John Wick), descansa más en el elenco. Que no deja de ser una buena decisión porque es un gran grupo de actores. Sobre todo cuando se considera dos de las nuevas adiciones: Idris Elba como el villano, un cyborg mercenario  llamado “Brixton”, y Vanessa Kirby  (Mission Impossible: Fallout, The Crown) como la hermana de Shaw, “Hattie”, una agente del MI6 que al robarle a Brixton un supervirus  pone en movimiento una trama de alcance mundial.

Entonces, Hobbs y Shaw son llamados para que salven el mundo, un trabajo que están más que dispuestos a realizar, aunque se trata de una asociación que ambos detestan. Si Hobbs & Shaw carece de acrobacias memorables, hace el contrapeso con la dinámica entre Statham y The Rock, dos actores que sobresalen a la hora de transitar entre acción y comedia.

 Y aquí tienen refuerzos: cada vez que Elba aparece en pantalla, la cinta cobra un nuevo aire. Con dos titanes como Elba y Johnson en el filme es una sorpresa la tranquilidad con la que Kirby reclama su espacio en el filme. 

La actriz es una sorpresa feliz y un soplo de aire fresco que demuestra su capacidad de cubrir un amplio registro histriónico.

Fast & Furious Presents: Hobbs & Shaw deriva de la serie cinematográfica The Fast & the Furious, que antes de ésta nos ha dado ocho películas. El año próximo estrenará el noveno, Fast & Furious 9, y en 2021, en el 20mo aniversario, estrenarán Fast & Furious: Final Chapter.