Nicolas Cage regresa a la gran pantalla en una versión “tóxica” de Drácula
La película Renfield estrena esta semana en las salas de cine.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Miami. Nicolas Cage no dudó en interpretar a Drácula en la película Renfield cuando descubrió la “relevancia” de esta nueva aproximación al Príncipe de las Tinieblas, un filme que aborda las relaciones tóxicas y abusivas, y además en tono de comedia.
“Este Drácula, a pesar de monstruoso, tiene sus sentimientos”, dijo el intérprete sobre el demandante vampiro que encarna en el filme en el que comparte cartel con Nicholas Hoult como el leal sirviente que da nombre a la película y que, entre sus principales tareas, está la de conseguir presas para su amo.
“Hay algo aquí que está hecho con gran compasión y cuidado al tratar una relación tóxica”, explicó a EFE el actor sobre la relación de codependencia que Drácula mantiene con Renfield en esta moderna versión del chupasangre.
En la película, que cuenta con guión de Ryan Ridley y que parte de una idea original de Robert Kirkman, el cerebro detrás de la franquicia de The Walking Dead, el piadoso Renfield está listo para descubrir si hay vida fuera de la sombra del seductor vampiro tras siglos de servidumbre.
El joven ayudante, que gracias a su amo cuenta con capacidad de adquirir poderes cuando come insectos, empieza a ir a terapia de grupo para personas que están en medio de relaciones abusivas y decide posteriormente ayudar a la oficial de policía Rebecca, interpretada por la actriz y comediante Awkwafina, también víctima de un entorno tóxico.
“(El tema) es relevante porque está pasando ahora, está en las mentes de las personas, en las oficinas, casas, en las relaciones de pareja”, ahonda el actor, quien agregó que la película refleja cómo de algo encantador y cariñoso, las relaciones luego se pueden transformar en una situación en la que afloran sentimientos de “propiedad, posesión y celos”.
Su Drácula favorito
El actor estadounidense, con una amplia carrera que comenzó en la década de 1980, recuerda como una de sus películas favoritas en la adolescencia la cinta de John Landis An American Werewolf In London (1981), que tenía la dosis perfecta de comedia y sintió que el guión de Renfield y la visión del director Chris McKay se acercaban a ese espíritu.
“Estaba cómodo con el pape”, dijo sobre el rol que le tocó encarnar, de gran arraigo en la cultura popular y en la cinematografía mundial, desde aquella obra maestra del expresionismo alemán que fue Nosferatu (1922), de F.W. Murnau y que el actor vio con apenas cinco años de edad y le dejó una marcada huella.
Confesó que a la hora de abordar el personaje tenía clara su intención de evitar un “disparatado acento de Transilvania, que eso se ha hecho mucho ya”, y tomó como referentes las interpretaciones hechas por actores como Bela Lugosi, Gary Oldman o Christopher Lee, éste último su Drácula favorito.
Incluso, una influencia fue la “depredadora” señora Robinson que hizo Anne Bancroft en The Graduate (1967), de quien tomó algo de la voz seductora del famoso personaje que se enfrasca en una relación tóxica con el joven Benjamin Braddock (Dustin Hoffman).
Pero la voz que también resonó a la hora de crear su personaje fue la de su propio padre, August Coppola, quien solía proyectar películas artísticas y de vanguardia en la sala de su casa y que a la larga influyó en la dirección que daría a su carrera como actor.
Ganador del Óscar al mejor actor por Leaving Las Vegas (1995), Nicolas Cage fue una de las mayores estrellas de Hollywood en los 1990 y en la primera década del siglo XX.
En los últimos años ha rodado multitud de películas de bajo presupuesto, modesta factura -algunas con resultados regulares-, sin que ello le haya impedido mantenerse como una figura de culto y muy reivindicada sobre todo en las redes sociales.
Tras estos años, el actor porta un bagaje interpretativo que, considera, le ha dado las herramientas para ponerse en la piel de un personaje tan icónico como Drácula, el cual, dijo, no se sintió intimidado de encarnar.