Nueva York. - “Perfume de Gardenias”, que se estrena este domingo en el Festival de Cine de Tribeca, es el debut cinematográfico de Macha Colón, una comedia protagonizada casi completamente por mujeres, inspirada en la divertida cultura funeraria de Puerto Rico y que muestra “comunidades invisibilizadas”, según comentó a Efe.

El elenco está encabezado por Luz María Rondón, que a sus 88 años ocupa por primera vez el papel principal de un largometraje, junto a Sharon Riley, Katira María, Carmen Nydia Velázquez, Blanca Rovira, Milagros Ortiz, Abner Rivera, Flor Joglar -madre del rapero Residente- y el pintor Antonio Martorell.

Rondón interpreta a Isabel, una mujer que enviuda después de años cuidando a su esposo y, sin nada que hacer en su tiempo libre, organiza unos originales funerales dignos de una galería de arte junto a un grupo de vecinas lideradas por Toña (Riley), quienes guardan un secreto que la obligará a replantearse sus creencias.

“Isabel es un personaje muy pintoresco, se dedica a arreglar funerales y cosas curiosas, no tiene límite. Creo que el público se va a divertir y lo va a disfrutar bien”, dijo la veterana actriz a Efe. Aseguró, además, “tenerle cariño” al personaje y que está “entusiasmada de la producción y de la vida”.

“Yo estoy feliz, a mi edad que yo pueda protagonizar una película me da mucha alegría y entusiasmo, que la producción me haya elegido para hacerlo es como un premio”, agregó.

Macha Colón, nombre artístico de Gisela Ramos, por su parte, expresó su admiración y reconoció que aprendió mucho de su manera de trabajar: “Ella fue increíble, físicamente ella misma no sabía en lo que se estaba metiendo, fue un reto, pero lo dio todo”.

Otra protagonista es Julia (Rovira), una vecina homosexual de la que cuida Isabel y que -reveló la directora- iba a ser un hombre hasta que pensó: “¿Cómo no voy a tener representación de una mujer lesbiana mayor? No se ve en casi ningún sitio, y a mí me gusta en mi trabajo presentar a comunidades invisibilizadas”.

Y es que, sobre las personas “queer”, apostilla: “Piensas que son jóvenes na’ más, pero hay gente gay de todas las edades”.

Homenaje a las cuidadoras

La cineasta reflexionó sobre el papel de las mujeres en las familias puertorriqueñas y las expectativas de género: “Mientras crecía, empezaba a darme cuenta de ciertas cosas: más y más mi familia esperaba que, como mujer, me encargara de mis padres, que pasara más tiempo con ellos. Miraba alrededor y lo mismo veía con otras mujeres”.

“Yo quería reflejar este mundo, que es lo que veo a mi alrededor: las mujeres tienden a vivir más tiempo y crean estas redes de apoyo, se involucran en el cuidado de las personas”, señaló Ramos.

Para la historia, se inspiró en una anécdota personal en la que su madre, dedicada a cuidar de su marido que había enfermado, un día le preguntó si le podía dar un relevo para ir a un funeral con sus amigas y se sorprendió de la emoción que tenían por la reunión social.

También tuvo que ver la tradición del “muerto parao” (de pie) que desde hace años genera un gran debate en Puerto Rico sobre la manera de honrar a los fallecidos y que nació cuando un joven que sabía que pronto iba a ser asesinado acudió a una funeraria a diseñar la presentación de su velatorio.

“Este chamaco no tuvo control de nada en su vida, lo único fue cómo iba a ser su funeral. Me pareció hermoso y poderoso, y dije: ¿y si le doy ese poder a este personaje? Es el momento en que ella (Isabel) también pueda encontrar oportunidad de expresar su creatividad. Y así nace esta historia”, contó Ramos.

La directora, anfitriona

Colón relató que, como directora, le gusta ser como una “anfitriona de fiesta” que brinda lo necesario para que sus invitados estén cómodos, sobre todo después de experiencias negativas en los “sets tradicionales de películas”.

“No era un ambiente en el que yo quisiera estar, era súper machista, tradicional, había microagresiones constantemente normalizadas y no se hacía ningún cuestionamiento, era parte del lenguaje”, explicó.

El filme, grabado a principios de 2020, es además una cápsula de tiempo entre acontecimientos: el primer día de rodaje se produjo uno de los mayores temblores en años en la isla -”no hay terremoto que me pare, lo siento”, apostilló- y el día después de terminar se declaró el estado de emergencia por el coronavirus.

La directora, que hasta ahora había producido y dirigido varios proyectos de lo que considera “soul documentary” (documentales con alma), prepara una obra sobre una familia de mujeres, una de ellas con distrofia muscular, que resisten en la única casa en pie en un barrio de San Juan desahuciado “forzosamente” para construir edificios de lujo.