"Before the Devil Knows Youre Dead", de Sidney Lumet, "Lust, Caution", de Ang Lee, las interpretaciones de Keira Knightley y James McAvoy en "Atonement" y dos veteranos como Ridley Scott y Mike Nichols asumen en esta edición el inevitable rol de ignorados por los óscar.

Aunque veinticuatro categorías dan para mucho, lo cierto es que cada año hay grandes películas que quedan excluidas del anuncio del selecto grupo de candidatos, así como títulos cuya participación en los óscar se queda por debajo de sus expectativas.

"Before the Devil Knows Youre Dead", el clamoroso regreso de Sidney Lumet al cine de primera categoría, con unas interpretaciones memorables de Albert Finney y Philip Seymour Hoffman y un granítico guión, ha pasado inadvertida para los académicos.

El director de "12 Angry Men" (1957) -cuya nueva versión a cargo de Nikita Mijalkov es candidata a la mejor película de habla no inglesa- es un perdedor tradicional de estos premios, pues sólo consiguió el óscar a título honorífico en 2004 tras cinco infructuosas candidaturas.

Sí ganó el premio por "Brokeback Mountain" (2005) Ang Lee, que este año, sin embargo, no figura como candidato en ninguna categoría por "Se, jie" (en inglés "Lust, Caution"), un film que, por su calidad temática -ganó el León de Oro en Venecia-, su altísimo nivel interpretativo y su virtuosismo estética merecía reconocimiento.

Como consuelo, a los filmes de Lee y de Lumet les queda el hecho de que clásicos indiscutibles del cine como "Gilda" (1946), "Paths of Glory" (1957) y "Touch of Evil" (1958) no vieron reducida su popularidad ni su prestigio a pesar de no haber recibido ninguna candidatura en los óscar de su año.

Ridley Scott, cuyo "American Ganster" reunía los requisitos de superproducción favorita para los académicos y contenía un duelo de estrellas como Denzel Washington y Russell Crowe, finalmente se tendrá que conformar, como mucho, con dos óscar, para la actriz secundaria Ruby Dee y para su dirección artística.

Otro veterano de Hollywood, Mike Nichols -ganador del óscar en 1967 por "The Graduate"- ha visto volar sus opciones de colocarse entre los títulos más importantes de Hollywood con "Charlie Wilsons War", que defiende en solitario y como secundario Philip Seymour Hoffman.

La sofisticada comedia, que tenía en sus filas a nombres tan propensos a figurar en las listas de los óscar como Julia Roberts y Tom Hanks, sonaba fuerte tras haber optado a cinco Globos de Oro, pero la decepción ha sido muy parecida a la que sufrió con su anterior filme, "Closer", hace tres años.

Y es que este año la llamada "antesala de los óscar" ha sido poco fiable, como demuestra el hecho de que la ganadora a la mejor película en los Globos de Oro, "Atonement", no parte como favorita y ni siquiera figura en la categoría de mejor director, actor y actriz, los publicitados Keira Knightley y James McAvoy.

Por otra parte, "Sweeney Todd", de Tim Burton, ganadora de los Globos a la mejor película y actor en registro cómico o musical, ha sufrido, como sucedió con "Evita" en 1996, una notoria reducción de posibilidades al optar sólo en dos categorías técnicas y en la de mejor actor, Johnny Depp.

Otro de los títulos sobresalientes del año, "Eastern Promises", aunque siempre perteneció a la categoría del cine minoritario, había inflado sus expectativas tras filtrarse entre las categorías principales en los Globos de Oro, aunque finalmente Viggo Mortensen es el único que opta al eunuco dorado.

Además, este año han sido muy ninguneadas las voces críticas con la política exterior de Estados Unidos. Cumplida la dosis de cine comprometido con la más personalista "Michael Clayton", han sido ignorados títulos como "Lions for Lambs", de Robert Redford, o "In The Valley of Elah", dirigida por Paul Haggis -uno de los hijos predilectos del óscar-, que sólo puede recibir el premio por su protagonista, Tommy Lee Jones.