Llega “Sinners” con un terror sobrenatural
Estrena el jueves en las salas de cine de Puerto Rico.

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A través del tiempo, las historias de vampiros se han convertido en un género narrative propio en Hollywood. Tantas películas y series acerca de estas criaturas mitológicas han sido producidas en la industria que muchos dirían que es casi imposible inventarse algo nuevo o explorar nuevos ángulos. ¿Quién iba a saber que para resolver este dilema tan sólo había que darle una llamada al director Ryan Coogler y a Michael B. Jordan?
“Sinners”, cinta de Warner Bros. Pictures que estrena hoy en la Isla, nos lleva al sur de los Estados Unidos para el año 1932 en donde conocemos a los hermanos gemelos “Smoke” y “Stack”, quienes en un intent de escapar de sus vidas problemáticas regresan a su pueblo natal para establecer un club de música en su comunidad. Pero lo que no esperaban era tener que enfrentarse a un mal sobrenatural lleno de odio que aterroriza su propio hogar.
Encontré este proyecto sumamente fascinante: siento que su director y escritor Ryan Coogler (“Creed”, “Black Panther”) tomó inspiración de artistas como Jordan Peele (“Us”, “Nope”) para contar una historia que comienza como una celebración de la cultura, música, esfuerzo y resiliencia de la raza negra para luego torcerse y convertirse en una pesadilla que los personajes deben sobrevivir.
La trama de “Sinners” se percibe como una sutil pero excelente metáfora de la lucha por superación de la población negra en Estados Unidos, específicamente durante esa época de “Jim Crow” (leyes que propiciaban la segregación racial), que provocó una batalla económica y social en muchas ocasiones imposible de ganar y que causó que muchas personas se rindieran y tomaran decisiones que tal vez no eran las adecuadas. Este dilema lo podemos ver reflejado en el filme a través del enfrentamiento entre los gemelos -ambos interpretados excelentemente por Michael B. Jordan-, siendo uno de ellos infectado por el virus del vampirismo (y esto no es un spoiler pues se revela en los avances) y haciéndolo considerar que esa es la solución para alcanzar la superación que muchos buscaban.
La situación los convierte en algo como las dos caras de una misma moneda, lo que resulta superingenioso.
Por otro lado, conocemos a “Sammie” (interpretado por el joven Miles Caton), quien es primo de los hermanos y quien se convierte en el pilar de esperanza de la cinta. Lo único que desea “Sammie” es tocar música blues, pero debe enfrentar su propia batalla personal por la oposición de su padre, quien es pastor de una pequeña iglesia. La interpretación de Caton es mi favorita de la película, ya que este actor tiene una presencia en pantalla que es de ver para creer. Es incuestionable su futuro en la industria y con la dirección correcta prontamente tendremos a una nueva estrella de Hollywood.
El resto del elenco hace un trabajo estelar. Hailee Steinfeld realiza una de las mejores actuaciones de su carrera con un personaje seductor pero peligroso. Delroy Lindo, quien interpreta a Delta Slim, debería aceptar más papeles como éste pues podría tener un excelente futuro en la comedia. Mientras que Jack O’Connell se roba el show como el villano principal de la historia con su carismática y tenebrosa actuación.
Obviamente no se puede dejar de mencionar el trabajo de Ryan Coogler, quien dirige su mejor proyecto hasta la fecha. “Sinners” es tan visualmente hermosa como impactante en términos narrativos. La escena que más impresiona de la cinta es una toma seguida (“one-shot”) que nos lleva a través del pasado, presente y futuro de la música negra, demostrando su influencia en la historia de la humanidad. Coogler monta una secuencia utilizando inteligentemente un espacio tan pequeño con el que consigue llevar un mensaje de gran impacto.
Por último, pero no menos importante, la banda sonora del ganador del Oscar Ludwig Göransson es hermosa. Como su trabajo en “Oppenheimer”, Göransson creó una sinfonía que podría escuchar de una manera casual sin problema, algo a lo que toda banda sonora debería aspirar.
No hay excusa para no ver “Sinners” pues es una experiencia que hay que vivir frente a la pantalla grande.