“La pecera” debuta en los Goya con una historia medioambiental y colonialista
Es la primera cinta de Puerto Rico nominada a la mejor película iberoamericana en este galardón de España.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Madrid. ‘La pecera’, primera cinta de Puerto Rico nominada a la mejor película iberoamericana de los premios Goya -los principales galardones cinematográficos de España-, es la historia de una mujer enferma, pero también es un alegato medioambientalista y una denuncia de los destrozos provocados por el colonialismo de Estados Unidos, como señala a EFE su directora, Glorimar Marrero.
La historia se desarrolla en la isla de Vieques, situada a diez kilómetros al sureste de Puerto Rico, un paraíso en apariencia, pero que “representa el síntoma de lo más grave ocurrido por el lazo colonial entre Puerto Rico y Estados Unidos”.
La colonización en Vieques y las prácticas de la Marina de los Estados Unidos allí durante 60 años han provocado una enorme contaminación que no se ha solucionado pese a las promesas de las autoridades norteamericanas de que limpiarían la zona tras parar su actividad en 2003.
Lo que provocó esa presencia militar “es como un cáncer” y por eso la película habla de la colonización a través de esa enfermedad que padece la protagonista.
‘La pecera’ cuenta cómo Noelia (Isel Rodríguez) decide dejar de tratarse el cáncer que padece y regresa a su Vieques natal para pasar sus últimos días luchando con un grupo medioambientalista para mejorar la vida en la isla.
Activismo y la inspiración de su madre
Marrero (Barranquitas, 1978) fue activista por Vieques durante sus años universitarios porque viene de una familia con una fuerte conciencia política y muy preocupada por las desigualdades sociales en su país. A eso se unió que en 2013 su madre murió de cáncer colorrectal (el mismo que padece la protagonista del filme).
Esas dos ideas se plasmaron en unos cortometrajes y la realizadora decidió que serían el germen de su primer largometraje, que aunque tiene muchos elementos de su vida, no tiene nada de autobiográfico.
“Construí un personaje que es mucho más joven que mi mamá, que tiene otro recorrido, porque también para mí era importante hablar del colonialismo. Y como boricua que soy, que habito una colonia, la enfermedad me ayudaba a conectar la colonización del cuerpo” con la territorial.
De esa forma construyó una película con la que quiere dar a conocer a los más jóvenes este problema “porque hay una generación completa que no conoce la historia de Vieques”.
A los problemas causados por la actividad militar estadounidense se añadieron los graves daños provocados por el huracán María en 2017, que destruyó el único hospital de la isla.
Eso es algo que se ve en el filme con la enfermedad de la protagonista, que se muestra de forma cruda, sin ocultar las complicaciones derivadas de la colostomía, con imágenes reales para las que utilizaron a una persona con ese problema.
Decidió no usar una prótesis porque “esa tripa por fuera es la tripa por fuera de un país”, afirma Marrero, para quien la enfermedad visible de Noelia “es como el abdomen abierto de un país”.
Estar en los Goya tiene un significado especial
Todo eso se denuncia en una película que ha estado 20 semanas en la cartelera puertorriqueña y cuya presencia en los Goya le ha dado nuevas alas.
“Las nominaciones nos ayudan a divulgar el trabajo y también a aumentar el interés de la audiencia”, asegura Marrero, que además destaca que su película es una de las diez dirigidas por mujeres en la historia de la cinematografía puertorriqueña.
Además, el Goya tiene un significado especial en Puerto Rico, donde esta primera nominación al premio del cine español se ha recibido casi como si fuera una victoria de fútbol.
“Es que es la primera vez y los boricuas son muy orgullosos de estas cosas. Es como el deporte; cuando un equipo de Puerto Rico llega a la final, pues el país completo está ahí esperando la final. Pues lo mismo pasa aquí con esta película”, resalta la realizadora.
Nuevo proyecto en el barrio madrileño de Usera
Para acompañar la película, Marrero está en España, pero después de la gala de los Goya del próximo 10 de febrero en Valladolid se quedará en Madrid, porque su próximo proyecto se desarrollará en un barrio popular de la capital española.
Es un proyecto que se desarrolla en Usera, porque la cineasta vivió allí mientras hacía la postproducción de ‘La pecera’. “Me pude relacionar con la comunidad de la República Dominicana, que es parte del entorno caribeño, con lo cual yo estoy relacionada”.
En el barrio también hay una gran presencia de chinos y de madrileños, una mezcla que quiere reflejar en su proyecto, que trata de la convivencia de “una gata madrileña y a una inmigrante dominicana”, que comparten piso.