Nervioso, pero confiado. Así asegura sentirse Johnny Lozada ante lo que será su debut el próximo domingo, 15 de septiembre, en el reality Mira quién baila (MQB).

“Me siento confiado de que voy a aprender mucho”, revela con entusiasmo el ex Menudo, quien añade que también está “nervioso, pero el día en que eso no suceda, me retiro”.

Revela que su mayor reto será “gustarle al público y convencerlo para que me pueda quedar en la competencia y poder ayudar a la entidad que escogí, que es Hábitat para la Humanidad”. Esta organización sin fines de lucro dirige sus esfuerzos a ayudar a través de la construcción, rehabilitación y reparación de viviendas.

Y es que aunque muchos pensarían en su habilidad en el baile por los años que estuvo en Menudo, el también cantante expresa entre risas que “no es lo mismo bailar Súbete a mi moto, o una salsa delante de tus amigos, que hacer una coreografía para un jurado”. Por el contrario, “ellos van a estar juzgándome y va a haber gente mirando. Aquí tienes un compromiso fuerte con una entidad, y quiero que la gente vote porque les gusta lo que hago”.

Por otro lado, con relación a la participación de sus compatriotas Yolandita Monge y Manny Manuel en lo que será la cuarta temporada de la competencia, el ex Menudo entiende que “el pueblo de Puerto Rico ha salido ganando porque son tres exponentes de su país bailando para ellos y por su causa”.

Lamenta lo del avión

Si bien en días recientes se ha divulgado el interés por la realización de El Parque de los Menudos, el también presentador de Despierta América comentó que “hay tanta controversia que no me atrevo a opinar sobre eso”. Sin embargo, fue enfático en aclarar que “me siento muy honrado de haber formado parte de la agrupación y haber aportado mi grano de arena”.

Sobre el estado deteriorado de lo que fuera el avión de Menudo, y cuya foto fue publicada en las redes sociales, el animador confiesa que “lo había visto hace un tiempo y es lamentable, pero cuando uno sale de Menudo, uno no sabe qué pasa con lo que uno deja”. Pero entiende que “pasa como con cualquier carro, que se desgasta con el tiempo y se venden en piezas y ya lo que queda es el caparazón, como en los junkers”.