Instagram censura cartel de película de Almodóvar por mostrar un pezón
Jaén diseñó ese contenido basándose en una película que es “un gran drama sobre la maternidad, y de ahí nace esa idea “del ojo que llora”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Madrid. A Javier Jaén, autor del cartel de la película aún no estrenada de Pedro Almodóvar “Madres paralelas”, le cuesta creer que un pezón de mujer del que gotea leche sea ofensivo, aunque así lo consideró Instagram (IG). La red social se ha retractado, pero el diseñador agradece haber “puesto sobre la mesa la nueva censura”.
De escotes tapados en carteles, cortes de metraje, cambios en los diálogos o directamente la prohibición del estreno decretados por humanos por motivos religiosos, políticos o que aludían a una defensa de la moral, se ha pasado a un sistema de censura en el que son algoritmos los que determinan qué es adecuado para el público de redes sociales.
La polémica en torno al cartel de “Madres paralelas”, que se estrenará en cines el 10 de septiembre tras inaugurar la próxima edición del Festival de Venecia, comenzó cuando se publicó ayer martes en varias cuentas de Instagram (IG) y la red social la eliminó de algunas, entre ellas la de su autor, por “contenido erótico o pornográfico”.
“El problema es que no puedes apelar de ninguna manera, ni a través de teléfono ni de una web, así que lo volví a colgar y pedí que me echaran una mano. La respuesta ha sido increíble y la gente lo ha hecho suyo”, indica a Efe Javier Jaén.
El diseñador sintió una especie de doble “indignación”: ante que una red social considerase su trabajo “peligroso” para sus usuarios pero también que se señalase que “está mal” mostrar el cuerpo -en este caso un pezón goteando leche materna enmarcado en un ojo-.
“Pensé que probablemente ese pezón con una gota de leche fue la primera imagen que vi en mi vida y ahora resulta que está mal y es peligroso. Hoy me han llamado de Facebook (propietaria de IG) para disculparse y decir que entienden que es un contexto artístico y no nos van a molestar más. Pero ¿y si no hubiese sido Almodóvar? ¿Y si hubieses sido tú en la playa o la película de otro cineasta?”, lamenta.
En este caso asume que su protesta ha servido para “poner sobre la mesa temas sobre esta nueva censura” porque, recalca, “si la tecnología no entiende el contexto, pues cambia tu tecnología”.
Niega rotundamente que se trate de “una campaña de mercadotecnia ni nada orquestado” en favor de “Madres paralelas”, aunque admite que sería “ingenuo” descartar que algo así podría ocurrir.
“Cuando uno hace un cartel de una película o de una obra teatro o la portada de un libro lo que quiere es que aparezca en la mayor parte de plataformas posibles, y que no esté en Instagram es un problema porque es una de las más populares. Pensamos que podría ser complejo y mejor congelarlo, pero eso me dejó mal cuerpo porque lo más peligroso es la autocensura”, explica.
Al día siguiente le llamó Pedro Almodóvar para argumentar que “él lleva haciendo películas toda la vida, mucho antes de Instagram, y siempre con libertad e integridad artística”. Así que le dijo: “Adelante con él. Si no le parece bien a una red social, ellos sabrán”.
También recibió el respaldo de la productora de la película, El Deseo, así que se lanzó en redes sociales la campaña de presentación de un cartel que el 9 de agosto se había difundido a través de los medios de comunicación sin mayores contratiempos.
Jaén diseñó ese contenido basándose en una película que es “un gran drama sobre la maternidad, y de ahí nace esa idea “del ojo que llora”. Con guion de Almodóvar, está protagonizada por un reparto encabezado por Penélope Cruz, Milena Smit, Israel Elejalde, Aitana Sánchez-Gijón, Rossy de Palma y Julieta Serrano.
Cuenta la historia de dos mujeres, Janis y Ana (Cruz y Smit) que coinciden en la habitación de un hospital donde van a dar a luz.Las dos son solteras y quedaron embarazadas accidentalmente. Janis, de mediana edad, no se arrepiente y en las horas previas al parto está pletórica; la otra, Ana, es una adolescente y está asustada, arrepentida y traumatizada.
“Todavía estoy procesando todo esto, me cuesta pensar que sea un cartel polémico”, admite el diseñador e ilustrador nacido en Barcelona en 1983 y que ha trabajado para The New York Times, The New Yorker, The Washington Post, Time, La Vanguardia, El País, Penguin Random House y la Unesco, entre otros proyectos.
En su trayectoria no es la primera vez que sufre esta censura algorítmica. Cuando recopiló su obra en un libro retrospectivo y se anunció que contenía temas como historia, deporte, gastronomía, vino y sexo la aparición de estas dos últimas obras también hizo que le borraran la publicación.
“Lo vas viendo como anecdótico pero no es normal. Alguien en Twitter me ha dicho: ‘Que nos parezca polémico el cartel es que los censores han ganado’. Y me parece un buen resumen de todo lo ocurrido”, afirma.
Por Pilar Salas
Madrid, 11 ago (EFE).- Aunque el control del contenido es una norma que todo el mundo acepta al abrir una cuenta en una red social, las críticas a los gigantes tecnológicos por haberse convertido en los nuevos censores no paran. El último suceso que ha resucitado la polémica, la eliminación (y seguida readmisión) de Instagram del cartel de la próxima película de Pedro Almodóvar.
Un pezón goteando leche enmarcado en la silueta de un ojo, creación del diseñador Javier Jaén, ofendió al algoritmo de la red social perteneciente a Facebook y este martes decidió suprimir la imagen publicada por diversas cuentas por “contenido erótico o pornográfico”.
El autor de la misma hizo pública su queja y las redes estallaron. ¿A quién puede ofender una imagen tan natural, totalmente contextualizada con la trama de la cinta?, se preguntaban usuarios de redes sociales.
“Madres paralelas”, que se estrenará en cines el 10 de septiembre tras inaugurar la próxima edición del Festival de Venecia, versa sobre la historia de dos mujeres que dan a luz en el mismo hospital.
Ante la avalancha de críticas, Facebook se retractó y las fotografías están siendo restauradas, según han explicado a Efe fuentes de la compañía.
“Inicialmente eliminamos varias muestras de esta imagen por romper nuestras reglas contra la desnudez. Sin embargo, hacemos excepciones para permitir la desnudez en determinadas circunstancias, que incluyen la existencia de un contexto artístico claro. Por lo tanto, hemos restaurado las publicaciones que comparten el póster de la película de Almodóvar en Instagram y lamentamos mucho la confusión causada”, ha apuntado la empresa presidida por Mark Zuckerberg en un texto público.
Sin embargo, en opinión de Javier Jaén, el borrado de la imagen “ha puesto sobre la mesa la nueva censura”. “Pensé que probablemente ese pezón con una gota de leche fue la primera imagen que vi en mi vida y ahora resulta que está mal y es peligroso”, ha apuntado el diseñador a Efe.
Jaén ha recibido también una llamada de Facebook para disculparse y explicarle que la imagen se puede publicar, ya que está dentro de un contexto artístico.
¿QUÉ CENSURAN LAS REDES?
Dentro de sus “normas comunitarias” publicadas por Facebook, que afectan también a Instagram y que todo usuario acepta al abrir una cuenta, hay un apartado destinado a los “Desnudos y actividad sexual de adultos” en el que se especifican detalladamente cuáles son los elementos prohibidos.
La red social asegura que, aunque antaño era más restrictiva, tras la sucesión de polémicas como la eliminación de instantáneas de mujeres dando de mamar, las políticas relativas a los desnudos se han matizado con el paso del tiempo. Hoy en día “se pueden compartir desnudos por muchos motivos, incluso como forma de protesta, para concienciar sobre una causa o con fines educativos o médicos”, apuntan las normas comunitarias de la red.
“Cuando esa intención queda clara, permitimos ese contenido”, asegura la red social, que explica: “aunque restringimos algunas imágenes de pechos femeninos que incluyen el pezón, permitimos otras, incluidas aquellas que representan actos de protesta, mujeres dando el pecho y fotos de cicatrices de mastectomías”.
También aseguran que están permitidos los “anuncios e imágenes de ficción reconocidas o con indicadores de ficción”, como sería el caso aplicado finalmente para admitir el cartel de “Madres paralelas”.
Así como las fotografías de pinturas, esculturas y otras obras de arte donde se muestren figuras desnudas, algo que deja en el pasado la polémica surgida en 2018 después de que la red social bloqueara cuadros de históricos pintores como Rubens y sus famosos desnudos.
Lo que sigue sin cambiar en la red es la clara distinción por sexos al especificar la prohibición de “pezones femeninos al descubierto” excepto en los mencionados contextos, el “estrujamiento de pechos femeninos” o la muestra de “menstruación”.
REVISIÓN Y PROTESTA
Según explican a Efe fuentes de la compañía, la revisión de contenido se hace mediante una combinación de inteligencia artificial e informes de personas para identificar publicaciones, imágenes u otros contenidos que infrinjan las normas.
Aunque el gigante tecnológico estadounidense utiliza cada vez más los algoritmos para control de contenido, todavía se sigue realizando la revisión humana porque el algoritmo no siempre acierta.
Además, señalan en la compañía, todo usuario que no esté de acuerdo cuando una foto se elimina puede solicitar la revisión de una decisión a Facebook e Instagram y si, tras la revisión, el usuario sigue sin estar de acuerdo con la decisión tiene la posibilidad de presentar una apelación ante el Consejo asesor de Contenido, un órgano externo e independiente que decide si una foto censurada puede volver a salir a la luz.