NUEVA YORK.- Es el siguiente paso en la historia del año en el mundo de las celebridades. Es el muy anticipado estreno de la serie documental de Caitlyn Jenner sobre su nueva vida como una mujer transgénero.

Muy a modo, "I Am Cait" (que se estrena el domingo a las 8 p.m. hora del este en E!) abre con la otrora Bruce Jenner, con el cabello enrollado en enormes rulos, siendo peinada y maquillada en casa mientras sostiene una ampliación de la explosiva portada de Vanity Fair que le siguió a su entrevista de abril con la periodista Diane Sawyer.

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Sí, la transición de Bruce a Caitlyn ha sido un espectáculo altamente orquestado, y la más reciente fase de la campaña es "I Am Cait". Y, como es típico de los reality shows, no hay una escena en este primero de ocho episodios que no parezca montada para impulsar una narrativa brillante.

Aun así, hay algo más sustancial aquí. Una gratificante cantidad de autenticidad que logra superar las trampas de la celebridad.

La madre de Jenner y sus dos hermanas contribuyen a esto. Al llegar a la casa de Jenner en la costa de California para verla por primera vez como una mujer, parecen personas comunes genuinamente enfocadas en un miembro de su familia al que aman y apoyan, sin hacer caso alguno a las luces y las cámaras que están ahí para capturar cada momento.

"Me va a ser tan difícil pensar en ti como 'ella' y decir 'Caitlyn' cuando quiero hablar contigo", le dice su madre. "Me va a tomar un poco acostumbrarme, pero quiero hacer lo que tú desees".

Al otro lado de la báscula de autenticidad están la hijastra Kim Kardashian y su marido, Kanye West. Aparecen en un cameo que funciona como un interludio de humor accidental: Kardashian nunca se quita un abrigo hasta el suelo (lo adjudica a su modestia por el embarazo, pero se siente más como un "no enseño mi cuerpo excepto en mis propios proyectos") y West explica que lleva las cintas de los zapatos desamarradas porque son innecesarias, pues en realidad sus zapatos son pantuflas.

Kardashian se toma su tiempo para examinar el clóset de Jenner, lleno de ropa nueva de mujer. Y entonces ella y West salen apresuradamente de la casa.

Tales interludios debilitan la dignidad de los desafíos de Jenner y podría hacer que el público se sienta menos identificado con lo que está atravesando.

Por otro lado, la fama reclama su atención, y la maquinaria de Caitlyn Jenner, incluyendo "I Am Cait", ha sido imposible de pasar por alto. Con "Cait", tendrá semanalmente un púlpito y a una multitud garantizada a la que sabe dar su mensaje fuerte y claro.

"La tremenda cantidad de apoyo que he recibido ha sido apabullante, pero también hay que estar conscientes de que las cosas no son así para todos", se esfuerza por decir Jenner.

Más de una vez Caitlyn menciona la falta de apoyo de familiares, amigos y hasta desconocidos que vive la gran mayoría de la comunidad transgénero, así como la alta tasa de homicidios y suicidios en esta comunidad.

Jenner dice sentirse identificada: "He tenido momentos muy oscuros en mi vida, he estado en casa con una pistola y he dicho 'acabemos de una vez'''.

"La gente se mata por esto", dijo. "Siento una gran responsabilidad porque tengo una voz, y hay mucha gente trans que no tiene voz".

Hacia el final del capítulo, Jenner se dirige a San Diego (cambia de autos dos veces para escaparse de los paparazzi), donde se reúne con la madre de Kyler Prescott, un adolescente transgénero que se suicidó en mayo.

"Incluso con el apoyo total de la familia puede ser un camino difícil", dice la madre de Kyler sobre los jóvenes transgénero.

La visita a la casa de los Prescott es presentada como una sorpresa de Jenner, pero incluso si fue calculada, es una evidencia poderosa de lo mucho que se ha involucrado en el tema.

"Lo que quiero hacer es poder ayudar a que haya mayor comprensión, para que la próxima persona no tenga que ser como yo", dijo Jenner.

A pesar de las interrupciones por celebridad de las Kardashian, "I Am Cait", por lo menos en su primer capítulo, se mantiene fiel al propósito más importante de Jenner.