El pueblo de Guánica es conocido por sus hermosas playas paradisíacas, su Bosque Seco y sus paisajes maravillosos al igual que por su impresionante historia, pero quién se iba a imaginar que sus alrededores serían escenarios de un cortometraje de influencias.

En el mes de marzo de 2024 se filmó el cortometraje “Diez segundos”, escrito y dirigido por la actriz hollywoodense Gloria Laino, de descendencia guaniqueña y quien nos presenta un drama basado en hechos reales. La historia que da pie a la trama ocurrió en el pueblo de Guánica, su pueblo natal donde pasó su infancia y su juventud, al igual que el 90% de los personajes de la película.

La película está protagonizada por Gabriel McRoberts como “Fredi”, Marcello Dominicci (“Fredi de niño”), Gian Siso como “Pablito”, Daniel V. Graulau (“oficial Martínez”), Denise Blasor (“Mamá Guela) y Gloria Laino como ”Doña Lola”. La música es de Raymond Torres-Santos. La dirección fotográfica y edición estuvo a cargo de Ian Tilson; producción de Michael E. Hull. Productores asociados fueron Denise Blasor y Carlos Carlos Jr. y Stephanie Morales; mientras el asistente del director fue Carlos Carlos Jr.; el diseñador de producción, Wilbert Pagán Ayala; y los productores ejecutivos fueron Gloria Laino, y Wilbert Pagán Ayala.

Afiche del cortometraje "Diez segundos".
Afiche del cortometraje "Diez segundos". (Suministrada)

El tema de la película en primera instancia es uno de los más recurrentes en el cine: el asunto de la muerte, creado para abordar emociones de sentimientos como la ira, la negación, la angustia, el dolor, la culpa, y sobre todo la superación, que a la vez nos sirven como lección o reflexión. En ella se recrean la historia de dos niños, en la que el hilo conductor es la muerte de uno de ellos, las relaciones con el sobreviviente, que, a partir de la muerte, cambia el curso de la trama. Sin embargo, ese proceso se hace más agobiante cuando se establecen dudas sobre lo realmente ocurrido.

En el transcurso vemos cómo varios personajes intentan reconstruir sus vidas nuevamente, especialmente “Fredi” (el sobreviviente) al explorar la posibilidad de encontrar paz. La trama recurre muy hábilmente al uso constante del “flashback”, uno de los aciertos fundamentales de la directora.

Probablemente, uno de los momentos más memorable y dramático del filme, sea el ritual del velatorio de “Pablito” (el niño que fallece), el duelo y el proceso del luto. La muerte de un niño suele representar un duro impacto para el espectador, el cine de Laino nos muestra la fragilidad y la vulnerabilidad sin reserva.

El drama se rodó íntegramente en locaciones icónicas del casco urbano de Guánica, el 80% de las escenas al aire libre se rodaron en sus inmediaciones. Los escenarios elegidos fueron diversos, como por ejemplo su río Loco, rodeado de un espectacular paisaje de un verdor natural, importante locación para reproducir el ecosistema real.

Para asemejar la historia, se hizo un estudio minucioso y valioso de la época (finales de la década de 1960 y mediados de la del 1970), tanto en la vestimenta como la utilización de localizaciones inalteradas del pueblo de Guánica, la gran parte de ellas, responden a valiosos ejemplos arquitectónicos de estilo vernáculo, típico del pueblo. Por ejemplo, la escuela, la plaza Juan Manuel Jiménez, el cuartel de policía, la casa de doña Lola y la casa de Mama Guela en la que habitan parte de los personajes.

Se emplazó locaciones idóneas para simular otros lugares (Corea), donde se utilizó la antigua central azucarera del barrio de Ensenada, estas formaron parte de la escenografía, testigos de las proezas de “Diez segundos” que le dieron vida a la película.

Este drama significa una importante promoción turística para este pueblo, que, como dirían sus habitantes, nunca había visto tanta gente como en el tiempo que duró el rodaje. El cortometraje comenzará a exhibirse en festivales internacionales del mundo, luego EE. UU., para culminar en la Isla.