El terror del bueno invade la pantalla grande
El director Edgar Wright está de vuelta con “Last Night in Soho”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Para los que conocen de su filmografía, Edgar Wright es un “nerd” del cine y la música. Sus filmes están llenos de referencias a la gran pantalla y la cultura popular, desde elegir actores de algunas de sus producciones favoritas para algún papel en sus películas, hasta incluir efectos de sonidos del filme Flash Gordon en Scott Pilgrim vs. The World. Por ello no debería sorprender que el cineasta británico iba, tarde o temprano, a querer hacer un filme de horror, y “Last Night in Soho” es el resultado: un tributo a cintas como “Repulsion” y el género del giallo (thriller).
“Last Night in Soho” nos pone en los zapatos de “Eloise Turner”, una chica de campo, que luego de ser aceptada en el London College of Fashion, se muda a la ciudad de Londres para cumplir su sueño de ser diseñadora de moda. “Eloise”, quien tiene la habilidad sobrenatural de ver espíritus, a través de sus sueños y visiones se transporta a un Londres en los 1960s, donde se convierte en “Sandie”, una chica que también estaba en búsqueda de cumplir sus sueños, pero tenía que pagar un precio muy caro para ello.
El elenco de la cinta está encabezado por Thomasin McKenzie, y una hipnotizante Anya-Taylor Joy, en una de sus mejores actuaciones en la pantalla grande hasta el momento. En las escenas de Londres en los 60s, McKenzie y Taylor Joy interpretan a, básicamente, el mismo personaje. Edgar Wright dijo que dirigir esto era casi como una coreografía porque McKenzie tenía que imitar los movimientos de Taylor Joy como un espejo. La química entre las dos es palpable, y aunque McKenzie es la que más tiempo está en pantalla, Taylor Joy se roba el show. Diana Rigg, quien falleció el año pasado luego de filmar esta película, también está espectacular, cerrando su carrera con broche de oro, interpretando a “Miss Collins”, la dueña del apartamento de “Eloise” en Londres.
Mi mayor problema con “Last Night in Soho” es que, aunque sí hay momentos que indudablemente salen de la cabeza de Edgar Wright, este filme es el que menos tiene el estilo peculiar del cineasta británico.
La cinematografía de Chung-hoon Chung, que ha trabajado con directores como Park-Chan Wook y será el DP de la serie de “Obi-Wan Kenobi” de Disney+, está genial, capturando lo hermoso – y lo horrendo – de Londres de los 60s. El diseño de producción y vestuario de la cinta también son increíbles, y me sorprendería no verlos nominados en los Oscar del próximo año. Igualmente, el guion de Edgar Wright y Krysty Wilson-Cairns es muy bueno.
Aún con sus fallas, “Last Night in Soho” sigue siendo, indudablemente, una película de Edgar Wright, y una muy buena. Una película de horror que no se aleja mucho de la realidad, y que tiene algo que decir, no solamente asustar por asustar. Con una cinematografía hermosa, unas actuaciones fenomenales, y una banda sonora que sonará en mis audífonos por el resto del año, Edgar Wright está de vuelta en la pantalla grande.
“Last Night In Soho” se exhibe actualmente solo en cines.