El monstruo está adentro
La homofobia internalizada puede derivar en crímenes de odio, por eso es necesario buscar ayuda profesional.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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¿Odio irracional hacia los gays? Cuidado: la persona que se siente así podría ser víctima de la homofobia internalizada.
Este término se refiere a la incapacidad para aceptar que es normal ser homosexual, lesbiana, bisexual, transexual, pansexual o asexual. A primera vista, parece una condición inofensiva en tanto la persona solo se haga daño a sí misma; sin embargo, si no se atiende a tiempo, podría derivar en crímenes de odio.
Así pasó anoche cuando “Jiovani” amenazó con una pistola a “Nicolás” en la serie No me compares, que se emite por Univisión Puerto Rico y el servicio “on demand” de Primerahora.com. Al no aceptar que es gay, el joven interpretado por Luis Omar O’farrill se ofuscó en una persecución al que encarna Luis Raúl Santiago. Según Amnistía Internacional, este cuadro es común: acumular resentimiento por ocultar la identidad sexual genera una bomba que, tarde o temprano, detonará con consecuencias nefastas.
Para evitar que la situación llegue a ese nivel, es importante hacer lo posible por no ser un “bully”. Asimismo, si sospechas que tienes homofobia internalizada, te planteamos los siguientes consejos derivados del libro Stigma and Sexual Orientation: Understanding Prejudice against Lesbians, Gay Men, and Bisexuals, del psicólogo Gregory M. Herek.
1. Sé libre - Para cancelar la homofobia, realiza actividades que habías evitado porque pensabas que se asocian con ser gay. Por ejemplo, si eres fashion, comienza a demostrarlo poco a poco hasta que te sientas cómodo.
2. Haz afirmaciones diarias - Aunque suene clichoso y cursi, un método que científicamente ha demostrado ser efectivo es mirarse al espejo y repetirse frases de amor propio. “Soy único”, “Soy especial”, “Te amo” son algunas de estas.
3. Evita fuentes de homofobia - ¿Tienes amigos que hacen chistes o comentarios homofóbicos? Habla con ellos e intenta educarlos. Sugiéreles, por ejemplo, el contenido web de Amnistía Internacional. Si su reacción es negativa o se niegan a tocar el tema, es momento de evaluar si realmente vale la pena compartir con gente así.
4. “Janguea” con personas de la comunidad LGBTTIQ - ¿Eres de los que pensabas que tener un amigo gay te obliga a estar íntimamente con él? ¡Sorpresa! Esa es otra falacia. Si eres gay y aún no lo aceptas, compartir con miembros de tu comunidad te ayudará a no sentirte solo. Si eres heterosexual, pero vives con homofobia internalizada, observar de cerca los sentimientos de estas personas contribuirá a sensibilizarte y derribar mitos.
5. Busca ayuda profesional - Por supuesto, los profesionales de la salud están dispuestos a ayudarte en tu proceso de aceptación o sensibilización. Sin embargo, es importante asegurarte de que, por ejemplo, si buscas un psicólogo, este no sea homofóbico. Lamentablemente, todavía existen actitudes así entre los especialistas de salud mental.