Cómo surgió “Deadpool & Wolverine”
El director Shawn Levy explica las circunstancias que se unieron para dar origen a una de las películas más esperadas del verano.
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El estreno hoy en Puerto Rico de “Deadpool & Wolverine” trae a la pantalla grande una nueva colaboración entre el cineasta Shawn Levy y el actor Ryan Reynolds. El director de filmes como “Free Guy”, “The Adam Project” o “The Arrival” conversó sobre qué lo motivó a dirigir esta nueva película, que se adentra a las entrañas del Universo Cinematográfico de Marvel y de los X-Men.
¿Qué le atrajo del proyecto? ¿Cómo se involucró?
Estaba filmando “The Adam Project” con Ryan (Reynolds) en Vancouver y él me dice: “Sé que me vas a decir que no, pero solamente voy a hacer Deadpool otra vez si tú la diriges”.
Y le dije que me encantaría dirigir esa película, porque la verdad es que si trabajas en ese espacio cinematográfico monumental, como lo hice desde las películas “A Night at the Museum”, es un sueño poder contar una historia en esa especie de lienzo fabuloso e imponente. Siempre fui fan de las películas de Marvel, y ya era fan de Deadpool y un gran fan de Wolverine, de modo que la oportunidad de unirme a la franquicia “Deadpool” y hacer algo notablemente diferente me resultó apasionante.
¿Cómo pudo encontrar un equilibrio entre tantos tonos diferentes, especialmente con la comedia y la emoción en esta película?
Creo que muy deliberadamente hice mi carrera tratando de no encasillarme en nada. Me hice conocido como el director de comedias para toda la familia y me encantó ese espacio, pero no quería quedar definido por eso. La razón por la que fundé mi compañía, 12 Laps, fue para poder ser creativo de maneras diversas y eso condujo a “The Arrival” y “Stranger Things”. De pronto, me encuentro dirigiendo cosas como “Free Guy”, que es una comedia de acción, pero también cosas como “The Adam Project”, que es de ciencia ficción, pero también es emotiva.
Creo que lo que nos unió a Ryan y a mí al principio -y que todavía nos une- es que compartimos el ejercicio de la comedia. Trabajamos en ese género la mayor parte de nuestras carreras. Los dos somos graciosos. Los dos pensamos mucho en cuáles son los ingredientes de la comedia. Pero eso no es lo único que nos interesa. Lo que quizás nos interesa más es lo emocional, y espero que tanto “Free Guy” como “The Adam Project” hayan demostrado que nos interesa el calor humano y esa conmoción que hay detrás de las risas. Y esa fue la clave en el caso de “Deadpool & Woolverine”. Va a ser divertido, pero con esta idea del agua y el aceite como Logan y Wade, dos personas que están hechas para odiarse mutuamente, hay otro elemento. Desde luego, Wade está hecho para fastidiar a Logan. Y lo hace, pero ¿cómo es esa historia de animosidad y cómo evoluciona en algo que tal vez se parezca a algo fraternal? Esa es la historia que queríamos contar.
¿La química de los actores está relacionada con el regreso de estos personajes originales o fue el hecho de que haya creado una gran historia que los incluya?
Cuando comenzamos a trabajar en el guion estábamos pensando en la arquitectura de la historia. Sé que probablemente sonará pretensioso, pero estábamos pensando en cuál sería la estructura adecuada para que esta película no se sintiera como una secuela más o como una repetición derivada de las otras dos. Pero sabíamos que queríamos a estos dos personajes originales en la película, y sabíamos que irían bien y que nos darían material para que hubiera emoción. No para salvar el universo otra vez, sino para salvar a las personas que Deadpool ama.
Sabíamos que iría bien, pero la película no tenía una verdadera razón para existir hasta el día en el que Hugh Jackman llamó a Ryan y le preguntó si los tres podríamos hacer esto juntos. Y a partir de ese día entendimos la película. La vimos instantáneamente.
¿Piensa en los resultados y en la reacción del público cuando hace una película?
Digámoslo así: Si estás trabajando en algo que tiene este amor cultural, eso es algo muy potente. Es realmente potente y sé que habrá momentos que al público le van a encantar, pero también diré que hay momentos en que van a perder la cabeza, como a la diez mil millonésima, que no es un número, pero lo digo hiperbólicamente. Hay momentos en esta película que, si se puede escuchar el diálogo por sobre las risas, hemos fracasado.
Lo vimos en la sala de edición, cuando le señalo a Ryan que cada vez que mostramos una escena en particular no se pueden escuchar las tres líneas de diálogo porque el público todavía se está riendo de la línea anterior. Todas las veces que tuvimos esta discusión, Ryan generalmente ganó diciéndome algo como: “Genial. Pues tendrán que ver la película otra vez”.
¿Cuál espera que sea la experiencia del público?
Al fin de cuentas, esta película es cálida como cualquiera de las demás películas que hice. Tiene una emoción humana más sincera que casi cualquier película de “X-Men” o “Deadpool” que haya visto. Y sí, es divertida, es truculenta, es un desmadre y es cruenta, pero también es profundamente emotiva y espero que esa combinación de elementos la convierta en una experiencia interesante.