El coanimador del programa Paparazzi magazine de Mega TV, Javier Ceriani, quien lamenta el despido de su amiga Gricel Mamery, asegura que ni él ni ella estaban borrachos el día que fueron captados en unas controvertibles fotografías mientras se divertían en las Fiestas de la Calle San Sebastián.

Javier Ceriani explica a Primera Hora que la razón por la que aparece en las fotos alambrado con un micrófono al igual que Gricel Mamery y Ana María Canseco, no es porque se trate de un montaje su efusivo compartir, sino a que los tres, como amigos y por su buena química, grababan un proyecto piloto utilizando las tradicionales Fiestas como escenario.

“Nosotros estábamos alambrados porque estábamos haciendo un vídeo como parte de un proyecto con la gente abajo, saludando a la gente, entrevistamos a la gente en los chinchorros y decidimos hacer un stop en la suite de Raymond Arrieta. En ese momento apagamos los micrófonos”, cuenta.

Agrega que “somos muy buenos amigos Ana María, yo y Gricel, y quisimos probar eso y en un buen ambiente. No había pedido de un canal en específico (para ese vídeo), cada uno tiene su trabajo, yo estoy en la Mega, Gricel estaba en el canal 6 y Ana María tiene contrato todavía con Univisión. ¡La pasamos bien!”.

En cuanto a si consumieron alcohol en las fiestas, sostiene que no, porque las filas en las barras eran tan largas que no podían perder el tiempo. Además, indica que en la suite que alquiló el comediante Raymond Arrieta no había casi bebidas.

“En la suite de Arrieta no había ni una gota de alcohol y se lo dije que era un miserable (ríe). Destapó un champán para 10 personas, porque nosotros éramos cinco y ellos eran otros cinco”, detalla.

El también locutor argentino recalca que “no soy un santo y todo el mundo lo sabe. Yo cuando estoy borracho lo digo, pero cuando no lo estoy, no lo estoy, porque no nos dio tiempo de beber. El público nos veía y no nos dejaba caminar, no pudimos parar a beber . Lo único es que estábamos contentos en ese balcón del hotel”.

“Gricel está tranquila”

Según Javier Ceriani, se ha mantenido en comunicación con su amiga Gricel Mamery, quien “está tranquila porque ella sabe quién es y toda su familia, sabe quién es ella y sabe quien soy yo”.

Respecto a la acción del presidente de WIPR, Pedro Rúa, de cancelarle el contrato a Gricel Mamery del programa Qué noche, le sorprendió mucho, por lo que dice que estará pendiente de cómo es la moral del ejecutivo y de las personas que han criticado a la presentadora.

“Quedarse sin trabajo duele y eso nos deja con un sabor amargo como profesionales que somos todos que tenemos una carrera muy larga, aunque yo puedo ser un poco más liberal”, precisa.

El comunicador asegura que no fue una estrategia de su parte que fueran captados mientras se divertían en el balcón de la habitación de la hospedería en el Viejo San Juan.

“No es un montaje mío para nada, estábamos alambrados y esa parte de estar compartiendo en el VIP de Arrieta no iba a salir y nosotros nos fuimos luego a seguir ese trabajo. Yo no hago montaje de ningún tipo y mi trabajo periodístico no permite que haga eso, por eso tengo credibilidad, y cuando digo que es verdad es verdad. Yo vivo de mi credibilidad, mi programa no es faranduleo es investigación periodística. Digo lo que nadie se atreve a decir porque no estoy comprometido con nadie”, sostiene.

Reconoce, sin embargo, que “se me va la mano muchas veces y es parte de mi vida y de mi personalidad, y soy así y moriré así. Si hay alguien responsable fui yo ni Gricel se subió la blusa ni me dio un beso a mí, el artífice de eso fui yo. Gricel es mi amiga y yo soy amigo de ella y en esa confianza y amistad no hubo resistencia porque soy su amigo y ella me acepta así como soy, y el hecho de que ella tenga un amigo liberal no significa que ella sea liberal”.

“Yo la adoro como amiga y no le haría daño ni a ella ni a su esposo, que lo conozco muy bien. Ella es una artista que es del pueblo y la gente la adora”, anota.