Con él, nadie perdía. Había ganadores y casi ganadores. Pero el premio mayor lo cargaba el escogido como el “copiloto de hoy”.

El “Tío Nobel”, como artísticamente se dio a conocer Nobel Vega, mantuvo a toda una generación a la expectativa de sus ejercicios musicales y de sus juegos infantiles.

Muchos y muchas se habrán quedado esperando que sus nombres aparecieran en su famoso libro de oro.

Desde la pantalla de Telemundo, el artista, quien reside en la ciudad de Miami en Florida, cautivó a la grey infantil en los años 80 apoyado en la fantasía de su travesía marítima.

Junto con el copiloto del día, abordaba aquello que para entonces parecía un gran barco rumbo a puerto seguro.

Pasado el tiempo, el Tío Nobel se hizo acompañar del payaso “Tatín”, quien asimismo logró “hipnotizar” con sus palabras mágicas.

Del Tío Nobel es poca la información que circula en la Internet. En la red social Facebook, existe una página denominada Se busca el Tío Nobel, en la que su creador ofrece una descripción de esta figura de la televisión local desde su mirada de espectador.

Al igual que a sus colegas “Titi Chagua” (Rosaura Andreu), “Titi Sandra” (Sandra Zaiter) y “Pacheco” (Joaquín Monserrat), el recuerdo del Tío Nobel es un viaje a la inocencia, a una ingenuidad que es casi inexistente en la televisión moderna.