Desde que aparecieron por primera vez en la película original “Despicable Me” en 2010, los minions han merodeado por las salas de cine con impunidad, absorbiendo unos $4,600 millones en ventas de entradas y generando una franquicia que, con su última entrega, “Despicable Me 4″, y contando la multiplicación de las películas derivadas de “Minions”, suma ya seis filmes... que podrían ser más.

A lo largo del camino, han acumulado un vocabulario ininteligible con fragmentos de palabras reconocibles como “antipasti” o “bazuca”.

Así que los minions siguen evolucionando, aunque las películas se mantengan “tontas”.

Y eso no es del todo malo. Gran parte de lo que hace que las películas de “Despicable Me” sean divertidas es que evitan cualquier atisbo de seriedad. Se destacan con orgullo en el reino de la animación de los Looney Tunes, sin otro objetivo que el de unir una secuencia de payasadas tras otra.

En “Despicable Me 4″, que se estrenó hoy en las salas de cine, los cineastas decidieron mezclar varias tramas para darle una buena dosis de pique a la historia.

La película comienza con una reunión escolar, la Escuela de Villanía Lycée Pas Bon con la Clase del 85, donde Gru se encuentra con un viejo rival, Maxime le Mal, un villano con acento francés obsesionado con las cucarachas.

Sin embargo, Gru asiste como agente de la Liga Anti-Villanos y atrapa a Maxime y lo arresta, pero en poco tiempo se escapa de la prisión y jura vengarse de Gru y de su familia, que incluye a su esposa Lucy y sus tres hijas adoptivas, Margo, Edith y Agnes, por lo que deben quedar bajo protección de testigos.

Esto le da a la película algunos chistes sobre Gru, que ahora puede ser un hombre de familia ahora, pero que todavía tiene el porte de supervillano.

También hay un nuevo personaje en casa: Gru, Jr. el hijo de Gru y Lucy, que le da un vuelco caótico a sus vidas y asegura una buena cantidad de chistes absurdos. Sólo imaginen a dos padres tratando de criar a un bebé en una casa llena de armas y esquemas malvados. Su introducción permite algunos chistes decentes (como los minions uniformados como un equipo de pits de autos de carreras que ayudan a cambiar pañales sucios con una bazuca para lanzar camisetas).

Pero no son los retos de la paternidad lo que persigue existencialmente a Gru. Son las amenazas de su pasado que emergen nuevamente como una amenaza a su nueva vida y lo que da forma a conflictos que llevan la trama a nuevos niveles de locura.

Y todo esto mientras Gru intenta impresionar a su vecino, un miembro esnob del club de campo llamado Perry Prescott. Como si fuera poco, la hija de ese vecino chantajea a Gru para que robe una especie de ardilla de su antigua escuela, mientras los minions, de vuelta en el cuartel general, son utilizados como conejillos de Indias para un nuevo suero.

Cinco de ellos se convierten en Mega Minions, un conjunto de superhéroes minionizados al estilo de los Cuatro Fantásticos que tienen poderes (vuelo, elasticidad, ojos que disparan rayos) que predeciblemente no pueden controlar. Un minion con forma de roca está dispuesto a tragarse una bomba antes de que detone, pero no puede evitar causar daños similares cuando eructa.

Así que sí, lo que pueden esperar en esta nueva película es un nuevo nivel de risas y alocadas aventuras que divertirán a todos en la familia.