Almodóvar estrena "Los amantes pasajeros" en España
El filme marca el regreso del cineasta español al género de la comedia.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Madrid.- Aunque todas sus películas, hasta la oscura "La piel que habito", transitan zonas de humor insuperable, el Pedro Almodóvar más comediante, el de "Mujeres al borde de un ataque de nervios", ha vuelto al cine "más joven, efervescente, predispuesto y divertido" que nunca con "Los amantes pasajeros".
La definición del Almodóvar de 2013 la aporta hoy en una entrevista con Efe uno de sus actores "repetidores" ("nunca apruebo", dice, gracioso), Javier Cámara, protagonista de esta comedia coral, que se desarrolla en un avión en pleno vuelo a ninguna parte y que se estrena el próximo viernes.
"Le he visto efervescente, muy joven, muy predispuesto, participativo y nervioso para que no nos desmadráramos; muy creativo y muy divertido, muy chispeante; de La mala educación o Hable con ella, que eran mucho más serias, a esta, puedo decir que le he visto muy extrovertido", explica el actor.
La comedia cuenta cómo la tripulación de un Airbus que vuela a Cancún decide dormir al pasaje turista tras saber que una avería les alejará de su destino mientras los pasajeros de "business" no sólo permanecen despiertos y conscientes del peligro, sino que les acompaña una vidente virgen, capaz de reconocer la muerte cuando la huele.
Un argumento en el que muchos han querido ver una metáfora de la España actual, con la clase media adormecida y los dirigentes tomando decisiones a sus espaldas, pero que Cámara y las nuevas "chicas" Almodóvar, Carlos Areces y Raúl Arévalo (el género lo ponen ellos) niegan en una entrevista con Efe.
"Nunca tuvimos ese referente, estábamos muy alejados de afrontar esta película con connotaciones políticas o sociales, la disfrutamos como una comedia divertida y punto", afirma Javier Cámara, a lo que Arévalo añade que "es cierto que se le pueden buscar los tres pies al gato en la película pero mientras rodábamos, ni nosotros pensábamos en ello ni Pedro nos transmitía nada de eso".
Son los tres azafatos sobre los que recae la responsabilidad de hacer más llevadero el accidentado viaje, tres gais disparatados que cantan, bailan, beben, se drogan y comparten hasta sus más íntimos pensamientos con el pasaje.
Joserra (Cámara), traumatizado por un incidente del pasado, no puede mentir (como aquella deliciosa portera de "Mujeres...", Chus Lampreave, "testiga" de Jehová); Fajas (Areces), que reza para que sus compañeros dejen los vicios, y Ulloa, la "marica mala".
Almodóvar, ironiza Cámara, "se asustó al ver cómo se estaba desarrollando este monstruo de tres cabezas que éramos nosotros, y decidió cortar toda pluma, toda exageración y toda barrabasada".
Para componer a estas tres "locas", Arévalo, más serio, devela que el propio Almodóvar les presentó amigos suyos a los que copiar cosas concretas:
"Pero más nos hemos fijado en televisión", añade Cámara, "y en Francia", apunta Areces, ya encarrilando los derroteros que iba a llevar la conversación promocional, que deriva de "la cantidad de azafatos" que les atienden ahora en los aviones, hasta entonar a trío "Dentro de ti hay una estrella".
"El lenguaje más chabacano que hay en cualquier tipo de medio supera con mucho el que podamos tener aquí que es frívolo y ligero", opina Cámara; "es bastante sutil", en opinión de Areces.
Hugo Silva, copiloto del comandante Antonio de la Torre, cree que ahora "nos cuesta mucho ser libres" y no nos "permitimos ser lo que en realidad somos en esencia"; por eso, dice, "Los amantes pasajeros" es "un grito de libertad, de disfrutar el momento, la vida, de nosotros mismos", a lo que la "diva" argentina Cecilia Roth, pasajera de preferente apunta "que se acaba, esto se acaba".
También está Miguel ngel Silvestre, un "camello" que viaja en primera porque acaba de casarse y tira la casa por la ventana, explica a Efe, recupera su vis cómica nada más despertarse en este avión junto a su flamante (y resacosa) esposa, Laya Martí.
Aunque, para sorprendente, la transmutación de "La terremoto de Alcorcón", Pepa Charro, en Piluca, la azafata de la que parte la idea de dormir al pasaje para evitarles sufrimientos "y para que no me den mucho la murga. Es una decisión de perturbada total, soy la superpertur", dice provocando las risas de sus compañeros.
"Yo me he quedado dormida, como este país, y me voy a despertar para aterrizar forzosamente, y así estamos todos", dice La Terremoto, la única que "entra" a la metáfora del avión y España.
La promoción de la película ha querido devolver a Pedro Almodóvar al lugar donde empezó su vida laboral: el edificio que hoy ocupa la Fundación Telefónica, en el centro de Madrid, el mismo desde donde "enviaban a Pedro a Getafe o Leganés a hacer recados", confirma su hermano Agustín tras recordar que, "como esto era un monopolio, Pedro tuvo que sacar su plaza por oposición".