Hubo una etapa en su vida en que el cantante Roberto ‘Bobby’ Cruz Ramos vivió más ‘aguzado’; estaba ‘mosca por dondequiera’ y no creía en nadie. Siempre a la defensiva.

Hubo una época en su vida en que el pianista, compositor y arreglista salsero, Ricardo ‘Richie’ Maldonado Morales vivió sumergido en un mundo de drogas, alcohol, bohemias, sexo, mujeres y un estilo de vida que casi lo llevó al suicidio.

Ambos, luego de una longeva trayectoria de usted y tenga en la salsa, han escrito libros sobre sus vidas. El más reciente de Bobby es Contra viento y marea y el que acaba de salir de Richie es El rey de la salsa. Ambas obras recogen el devenir de los dos, juntos y por separado, de tantos años en la música, con lo bueno y lo malo que enfrentaron.

Pero, sepa, que desde hoy jueves, Los Durísimos, contarán su historia en la pantalla grande a través de la película Los Reyes de la Salsa, que se exhibe en los cines del País.

“Esta es una película muy real. Todo lo que nos pasó y verán en la película es cierto. La vida de Richie y Bobby es una de drama y no tenemos que inventar nada que no sea verdad. Es una película familiar, y por eso se tocaron unos temas solapados de situaciones que vivimos, nada muy crudo. Para mí es un referente de la historia de la salsa, será un documento histórico”, dijo Cruz, quien personalmente estuvo presente todo el tiempo en el set de filmación de la película.

En su caso, veremos su pasado, su vida en plena adolescencia, ya siendo un juvenil y luego en su vida de adulto.

“Tuve que sobrevivir en una selva”, aseguró el afamado cantante boricua en referencia a su tren de vida en la ciudad de Nueva York, a donde llegó a vivir con su madre a los 12 años de edad.

Criado en una zona rural en el pequeño pueblo de Hormigueros, en donde su madre se desempeñaba como ama de casa y su padre se buscaba la vida como obrero de la caña, Bobby llegó a Nueva York a inicios de la década del 50, igual como hicieron cientos de familias puertorriqueñas que fueron en busca de una mejor calidad de vida.

“Pero, desde que llegue allí me sentí que vivía en una depresión continua”, recordó.

Un nuevo ambiente, un idioma que no dominaba, una escuela y compañeros nuevos, y un espacio llamado hogar que le hacía sentir como si estuviera viviendo en una celda.

“Mis padres se separaron y mi mamá fue a vivir a Nueva York (barrio latino de Harlem). Me quedé con mi padre un tiempo en la finca en Hormigueros. Teníamos una casa amplia, grande, con un gran balcón y cinco cuartos. Entonces, llegar a Nueva York a vivir en un cuarto que a su vez era todo... eso era la casa”, dijo Cruz, quien se crió con su madre y una hermana.

Bobby no pudo escapar en su adolescencia a la vida de las calles de Nueva York.

“Había gangas de todo tipo y los jóvenes puertorriqueños también se organizaron. Fui parte de eso. Tuve que hacerlo, de lo contrario era difícil sobrevivir”, indicó Cruz, quien estudió el oficio de joyero y lo ejerció en Nueva York por algún corto tiempo antes de dedicarse de lleno a al salsa.

Desde jovencito, tuvo gustos y habilidades musicales, sin haber estudiado formalmente música. Tocaba la guitarra, la percusión y le gustaba hacer coros, tanto así que finalizando la década del 50 ya tenía su propia agrupación.

Bobby y Richie se conocieron cuando éste tenía nueve años de edad y fue a tocar el piano a la escuela intermedia en donde estudiaba Cruz. Allí quedó impresionado con el talento demostrado por Richie.

Bobby le contó a su mamá sobre el habilidoso niño que había visto tocar en su escuela y su madre le dijo que ella conocía a la mamá del jovencito ya que trabajaban juntas en una fábrica. De inmediato le dejó saber a su madre que quería conocer más a Richie.

Richie comenzó tocando el bajo con Bobby y su grupo en 1957, pero para el 1963 fue el primero, junto a su hermano y trompetista Ray, quienes crearon la orquesta de Richie y Ray. Bobby se unió al siguiente año, como vocalista. El padre de los Maldonado no apoyaba el que su hijo dejara los estudios formales de piano para tocar música tropical, y esa presión lo persiguió toda su carrera como salsero.

Esa vida, que no ha escapado de triunfos y pesares, bohemias, viajes, drogas y muchos problemas familiares y personales, su conversión al cristianismo... todo ese repaso de vida se aprecia en el filme.

“Y tiene el aval de nosotros”, dijo Bobby. “Lo que verán es una parte real de nuestras vidas”.

Hoy día, Bobby plantea que no se puede quejar de la vida.

“Para nada”, sostuvo.

Las batallas dentro y fuera del escenario por parte de Richie y Bobby, sus conflictos familiares y su lucha por llegar a ser los mejores en el género de la salsa, entre otras cosas, son el marco del proyecto fílmico.

Producida por Carlos Nido e Ivanna Victoria Villanueva para Piñolywood Studios, la película es dirigida por Raúl García. En el elenco se destacan Omar Torres Molina, que personifica a Bobby Cruz, y Alfredo Quesada, que hace de Richie Ray. Además participan, entre otros, Yaiza Figueroa, Linette Torres, Carlitos Ramírez, Modesto Lacen, Yamil Collazo, Manolo Castro, Jorge Castro y Tito Puente, Jr.

“Los espectadores podrán disfrutar de una historia muy bien contada (...). Tenemos un elenco increíble, unas localidades espectaculares. Fue mucho tiempo de trabajo buscando y cuidando cada detalle, ahora sólo esperamos que la gente se la disfrute”, explicó García.