Los lazos humanos que tira el Día del Amor a veces se quedan cortos para poder ser contados.

La historia del matrimonio de voleibolistas que forman Michelle Maltés y Ángel ‘Wichel’ González tiene lazos de unión para regalar en el Día del Amor.

El matrimonio se conoció en el voleibol. Ambos jugaron la misma posición y llegaron becados a la misma universidad. Participaron en la Liga Superior y terminaron sus carreras en el primer lugar de máximos bloqueadores en sus respectivas ramas. Y fueron parte de las selecciones nacionales, coincidiendo incluso como atletas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Ponce 1993.

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Como si fuera poco, ambos entraran juntos al Salón de la Fama del Voleibol de Puerto Rico, que los exaltara en abril junto a otras 27 personas del voleibol boricua.

“La entrada al Salón de la Fama es lo único que faltaba en nuestras vidas, y va a pasar ahora”, dijo González.

El voleibol es el común denominador en este matrimonio que también comparte sus cercanos orígenes; Maltés es de Ponce y González de Adjuntas.

Cuenta Maltés que una amiga en común los presentó en un torneo invitacional escolar. Maltés jugaba en el Colegio Sagrado Corazón de Ponce y González en la escuela superior Emilio Lugo de Adjuntas.

Y González agrega que ambos tenían sus propias relaciones mientras jugaban voleibol, ya fuera en la Pontificia Universidad Católica de Ponce o en la Liga Superior, en donde Maltés fue jugadora de las Leonas de Ponce y González de los Gigantes de Adjuntas.

Lo curioso del caso es que, cuando estaban en las postrimerías de sus carreras de voleibol, fue que se acercaron y comenzaron una relación cuyo fruto presenta hoy a una voleibolista de 16 años, Angélica, y a un jugador de 12, Luis. El matrimonio contrajo nupcias en el 2000.

“Cuando (el voleibol) se acabó fue que empezamos a salir”, recordó Maltés. “Parece que estábamos disfrutando mucho del voleibol”, agregó González.

Maltés se retiró en el 2006, en el uniforme de las Leonas de Ponce. Al momento de su retiro, ocupaba el primer lugar entre las máximas bloqueadoras del Voleibol Superior con 916 ‘muros’. Fue exaltada al Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño en el 2016.

González jugó con los Gigantes de su natal Adjuntas, así como de los Rebeldes de Moca. Al retirarse en el 2006, González ocupaba el primer lugar entre los máximos bloqueadores del Voleibol Superior con 864 detenciones. Además fue un bloqueador ofensivo que concluyó su carrera con 2,551 puntos.

La familia González-Maltés sigue en el voleibol con la participación de Angélica, de 16 años, y Luis, de 12.
La familia González-Maltés sigue en el voleibol con la participación de Angélica, de 16 años, y Luis, de 12. (Suministrada)

El voleibol no se ha ido del sistema de ambos, sobre todo porque sus dos hijos están jugando. Además, González es entrenador en el club A5 Mizuno Volleyball en Estados Unidos, en donde residen.

El ciclo de vida de se está cumpliendo por ahora. La joven de 16 años tiene algunos acercamientos de universidades y el niño de 12 años va por los 6′'1 de estatura.

“Hasta ahora están encaminados. Creo que van a ser grandes jugadores. Esperamos que salga de ellos y nosotros lo apoyamos en lo que que ellos decidan”, dijo González.