Voleibolistas boricuas invaden la NCAA
Según un reportaje de Volleyball Magazine, un total de 59 jugadoras provenientes de programas en la Isla están activas en dichos programas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
Un total de 59 jugadoras boricuas están activas en la División I del voleibol universitario NCAA de Estados Unidos, revela un estudio publicado la pasada semana por la revista Volleyball Magazine.
La cifra surge de un listado de sobre 500 jugadoras internacionales que están activas en algunos de los más de 400 programas de voleibol de División I que hay en la NCAA.
Turquía es el país que más jugadoras provee con 73, revela Volleyball Magazine. Le sigue Puerto Rico.
Dicha cantidad de boricuas es una cifra nunca antes vista, de acuerdo a dos entrenadores boricuas en la NCAA, Manolo Concepción y José ‘Keno’ Gándara.
Relacionadas
“Diría que antes no habían 59 ni juntando la División I con la División II y la NAIA o la NJCAA”, dijo Manolo Concepción, quien debutó en el voleibol NCAA en el 2008 y quien actualmente es asistente en la Universidad Eastern Illinois en Chicago.
La NCAA ha sido desde la década del 1980 un destino para los voleibolistas de Puerto Rico. Desde esos años los programas han mirado a Puerto Rico para darle a sus programas un acento internacional con jugadoras que ya tienen millaje y calidad competitiva a los 17 años de edad.
Pero al nivel al que ha llegado el reclutamiento en el 2022 ha hecho una norma que los técnicos boricuas casi siempre se encuentran con mucha frecuencia a una jugadora boricua otro lado de la malla.
“Los números no me sorprenden porque es notable que en nuestro calendario nos hemos encontrado más equipos que antes con jugadoras puertorriqueñas que yo desconocía”, dijo Gándara, dirige a las Hurricanes de Miami y quien tiene en su equipo a dos boricuas.
VVG is your ACC POW
— Pitt Volleyball (@Pitt_VB) October 10, 2022
Congratulations to @valevazque for earning her first #ACCVB Player of the Week honor!!
🔗 https://t.co/aOUFaj2FKq#H2P pic.twitter.com/w7WtCB1CEs
El listado menciona los pueblos en Puerto Rico de donde proceden las jugadoras, lo que incidan que son jugadoras desarrolladas en clubes y escuelas de la Isla. Aparecen representados pueblo de la zona metropolitana y de todos los hemisferios de 100x35, incluida la montaña. En el listado no están incluidas las jugadoras de ascendencia boricua o nacidas en Puerto Rico que residen en Estados Unidos.
Del grupo proveniente de Puerto Rico, éstas aparecen jugando por todas partes en los Estados Unidos, desde Florida a las Carolinas y otros estados del Sur como Texas, Tennesseee y Mississippi. También juegan en Virginia, Pennsylvania, Baltimore, Nueva York, Nueva Jersey, Indiana, Chicago, Ohio, Kansas, Missouri.
Los estados donde menos aparecen son los del Oeste, según se desprende del listado.
Sobre salen en el listado jugadoras como las esquinas Valería Vázquez Gómez en Pittsburgh (Maristas de Manatí) y Sofía Victoriá en Florida (Notre Dame de Caguas), la acomodadora Andrea Fuentes en Wake Forest y Paula Cerame (Indiana). Esas cuatro ya han jugado en ediciones de la Selección Nacional adulta.
Hay universidades que tienen hasta cinco boricuas activas, como St. Francis en Brooklyn, Nueva York. Allí están Alasha Colón (Academia Presbiteriana de Villa Carolina), Penélope Rivera (Marista de Guaynabo), Rocío Meléndez (Academia Discípulos de Cristo), Cristal Paulino (Nueva Jersey vía Puerto Rico), Camelia Meléndez (Notre Dame de Caguas).
Esa cantidad de jugadoras boricuas en una misma institución de División I no es común. Sí era común en instituciones de División II o III, tanto en femenino como en masculino. Está el caso de Springfield, en Massachussetts, en la División II de varones que ha sido un bastión boricua por años.
El dirigente de St. Francis en Brooklyn, el dominicano Amable Martínez, dijo que tuvo a múltiples boricuas cuando dirigió División II en el pasado en la Universidad de St. Peter’s. Agregó que siempre ha buscado boricuas porque están más adelantadas en el juego que las estadounidenses cuando entran a universidad.
“Ya vienen con el control de balón versus las estadounidenses que comienzan a jugar más tarde”, dijo.
Pero el incremento en jugadoras boricuas en la NCAA se debe, según la perspectiva de Martínez, a que la estatura de las escolares de Puerto Rico ha aumentado, lo que es vital en el voleibol.
“Las destrezas siguen estando. La base está ahí. Lo que ahora hay es más estatura. Se están viendo más jugadora de 5′'11 y 6′′0 pies y están jugando en la División I”, dijo Martínez.
Dos datos apoyan el anáisis de Martínez. El primero está en su propia universidad. De las cinco boricuas, tres miden entre 5′11 y 6′0 de estatura y dos de ellas son atacantes.
El otro dato está en la lista de Volleyball Magazine. De las 59 jugadoras, 22 son atacantes, ya sean esquinas u opuestos.
NCAA vs LAI
La líbero de St. Francis, Alasha Colón tiene su propio análisis para explicar el alza de boricua en la División I.
Colón mencionó el aprendizaje del inglés por las prospectos y la exposición que logran conseguir en Estados Unidos para posibles oportunidades como atletas profesionales en el futuro como otras razones por el alza en la salida.
Pero también mencionó, a preguntas de este diario, un motivo involuntario que fue parte de su decisión de escoger jugar en la NCAA versus en la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI). Colón dijo que las Jerezanas de la UPR en Río Piedras se interesaron en ella.
“Lo decidí por tener mejores oportunidades. En Puerto Rico, el voleibol universitario se está limitando porque las universidades se están fusionando y hay menos equipos, menos oportunidades. Cuando uno ama un deporte, no lo quiere dejar y busca donde hay más oportunidades”, dijo.
En la LAI hay instituciones como la Ana G. Méndez que fusionó en un equipo sus tres sextetos que antes tenía entre la Universidad del Este, la UMet y El Turabo. Una institución, la UPR de Utuado, cerró su programa de voleibol. Pero todavía hay 17 equipos de voleibol femenino LAI entre las 18 instituciones que pertenecen a la LAI.