Más obstáculos para las Pinkin de Corozal
Revelan que la histórica franquicia del voleibol puertorriqueño está suspendida por Norceca por una deuda de sobre $90,000
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
PUBLICIDAD
Las Pinkin de Corozal tal vez se queden sin jugar en el 2020, aún después del esfuerzo del Comité Olímpico de Puerto Rico, que nombró una comisión que atenderá hoy una reunión conciliadora para revertir el receso que decretó el Voleibol Superior Femenino para su temporada 2020.
Dos cartas circuladas a la Federación Puertorriqueña de Voleibol (FPV) entre 2014 y 2015 revelan que las Pinkin permanecen en una suspensión desde entonces por la Confederación Norceca hasta tanto paguen los $90,000 que le adeudan a dos jugadoras refuerzos que participaron con el equipo en su última temporada, la del 2013.
La apoderada de las Pinkin, Lily Rojas, dijo ayer que la FPV nunca le informó sobre esas cartas, la suspensión y la cantidad de las deudas durante su proceso de aprobación, que concluyó en septiembre.
“Siguen sacando cosas para poner presión para que no participe”, dijo Rojas.
Mientras, el presidente de la FPV, César Trabanco, admitió la existencia de las cartas y dejó entender ayer que el Copur o la comisión desconocen sobre éstas. Dijo que, seguramente, se mencionará en la reunión, que sería a la 5:00 p.m. en la Casa Olímpica.
La suspensión a Corozal, impuesta por la Confederación Norceca, que rige el voleibol en América del Norte y el Caribe, seguiría vigente aún cuando las Pinkin y la FPV lleguen, ante el Copur, a unos acuerdos que solucionarían la controversia, que gira alrededor de las agentes libres que las Pinkin podrían firmar previo al sorteo y que degeneró el miércoles en la cancelación del torneo 2020, que iba comenzar el 24 de enero.
Trabanco dijo que, pese a la situación de las cartas y las deudas, impulsará hoy la participación de Corozal ante el Copur porque entiende que la deuda puede ser negociada con Norceca.
Una de las cartas la circuló la Confederación Norceca en octubre del 2014. En esa misiva, Norceca suspende a las Pinkin hasta tanto salden sus deudas con las refuerzos y pasa la responsabilidad de las deudas a la FPV tras la desaparición de las Pinkin como franquicia, lo que ocurrió en el 2016. La carta está firmada por el presidente de Norceca, Cristóbal Marte, y está dirigida al entonces presidente de la FPV, Nelson Pérez.
La otra carta circuló desde la FPV a Norceca en enero del 2015. La misma detalla el compromiso de pago de la FPV con las dos refuerzos ($49,000 y $41,600) y devuelve a las Pinkin o al grupo que reactive la franquicia la responsabilidad de pagar unos intereses ($13, 232.80). La carta está firmada por Pérez.
Trabanco dijo ayer que la deuda de las refuerzos fue pagada casi en su totalidad por él y por el resto de los apoderados que abonaron $5,000 anuales a la deuda.
“Tenemos la evidencia”, dijo.
Pero agregó que la cantidad de la deuda que se quedó sin pagar generó, desde el 2015, intereses que suman $90,000.
El presidente de la FPV dijo que supo por Marte entre agosto y septiembre pasado que los intereses había alcanzado esa elevada cifra.
Esos intereses le corresponderían a las Pinkin y su nueva apoderada, Rojas, según el acuerdo al que llegó Pérez con Norceca en la segunda carta.
Como dato histórico, todas esas deudas e intereses contralas Pinkin fueron responsabilidad de sus administradores de entonces, Erio Quiñones y José Albino. Ambos entregaron la franquicia a la FPV en el 2013 y le pasaron la responsabilidad a la FPV.
De esas deudas, Rojas acordó pagar a
la FPV $70,000 para saldar con las jugadoras nativas y abonar un dinero para la deuda de las refuerzos. Ese abono, que se ha dicho que es de $20,000, está en manos de la FPV.