Los Antonetti tienen muchas razones para celebrar en grande el Día de los Padres
Ossie Antonetti y su hijo Leandro ven los frutos de un sacrificio que asumieron para perseguir un sueño en el fútbol.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Son pocos los padres con un hijo activo en alguna de cualquiera de las Selecciones Nacional adultas de Puerto Rico. Son menos, cuidado si solo uno, los que tiene a un hijo jugando fútbol a nivel profesional en España.
Ossie Antonetti, el dirigente de la Selección Nacional de Voleibol de Puerto Rico y otrora jugador de ese mismo equipo, es posiblemente ese único padre de un jugado nacional que juega fútbol profesional en Europa.
También es uno de esos que estará celebrando en grande el Día de los Padres por ver a su hijo Leandro crecer en el fútbol español y nacional gracias a que como padre apretó los botones correctos, en el momento preciso, para lograr darle alas a los sueños de su hijo.
“Es un día especial porque al final, todos los pasos hay que celebrarlo”, dijo el también exjugador profesional en Europa, en su caso, en el deporte de la malla alta.
“También hay que profundizar. El que me conoce sabe que el final, el cielo, es alto. Lo disfrutaremos, pero sabemos que hay una responsabilidad mayor, que hay que servir de modelo para otros jóvenes”, agregó.
Antonetti fue un estrella en Puerto Rico. Fue estrella en el voleibol escolar con el colegio Calasanz de Carolina. Fue reclutado por la Universidad Brigham Young de Utah y terminó siendo Jugador Más Valioso del campeonato NCAA 1999. Fue múltiple campeón con los Changos de Naranjito en el Voleibol Superior e integrante de la Selección Nacional, así como refuerzo a nivel de clubes en Europa.
Leandro salió atleta desde pequeño, específicamente jugador de clubes de fútbol en Puerto Rico. También le salió determinado, comprometido y enfocado en su futuro. Hoy día, a los 19 años, es parte del club CD Lugo, que ve acción en la segunda división de España.
“Lo tenía bastante claro, con un grado de madurez sobre nivel para su edad. Además respiraba deportes en nuestra casa. Era un paso lógico para él”, dijo Antonetti.
A los 12 años del muchacho, Antonetti tuvo que tomar una determinación trascendental como padre junto a su esposa Rosaura, una que afectaría a todos en la familia. La decisión: mudarse a España para exponer a su hijo a esa cultura del fútbol, propiciar su desarrollo y exponerlo a caza talentos.
“La verdad es que todo se remonta a una decisión familiar, amparado en Rosaura y su mamá, para venir acá“, dijo Antonetti desde España, en donde reside y trabaja. “Leandro vino a los 12 años. Un movimiento difícil. Estaba en sus manos concretarlo, pero lo que nos propusimos es que tuviera la misma oportunidad que otros jóvenes”.
De ese viaje también surgió el proyecto que Antonetti fundó en España para importar a atletas boricuas de varios deportes, como fútbol y voleibol, para exponerlos al nivel español. El proyecto se llama Jóvenes Deportistas Boricuas (JDB) y tiene base en Santiago de Compostela. Allí los jóvenes completan sus estudios de escuela superior ya sea en el programa español y algunos en programas de Puerto Rico vía remoto, al tiempo que se desarrollan en sus deportes.
Leandro también reconoce que este Día de los Padres es especial y se remonta a la decisión que tomaron sus padres de llevarlo a España.
“Mi padres se tomaron un riesgo”, recordó.
Leandro es atlético. Mide 6′3 de estatura. Y tiene el referente presente de su padre, no porque lo vio jugar, sino porque lo lleva en el ADN.
“No lo vi jugando a su máximo nivel. Pero las cualidades buenas que tuvo las llevo a mi deporte”, dijo.
“Papi jugaba con el corazón en la mano, tenía el compañerismo con sus teammates. Tenía una genética muy atlética. Salí más alto y fuerte que él”, detalló. “Es una figura paternal que significó tanto. Dejó un legado a una corta edad y tengo mucho que darle a Puerto Rico”.