Luego de conocer la línea de sangre de la acomodadora de Corozal, Tori Dilfer, es fácil entender por qué juega esa posición.

La colocadora es hija del ex quarterback de la NFL, Trent Dilfer, cuya función era tener el balón en sus manos, mover la ofensiva y liderar a los jugadores en el campo, muy similar al trabajo de una acomodadora.

La armadora dice que no le vino naturalmente lo de acomodar porque jugó todas las posiciones antes de establecerse en la colocación. Pero sí dijo que le vino natural lo de manejar el juego, que es parte vital de una acomodadora, así como del quarterback.

“Tenerlo a él y su experiencia manejando el juego, conociendo las personalidades, los altos y bajas del juego y todo eso para correr una ofensiva fue algo que aprendí de él. Y es algo de lo que hablamos mucho desde que estoy en el alto nivel”, dijo la acomodadora egresada en el 2021 de la Universidad de Louisville, en donde acomodaba la carolinense Wilmarie Rivera.

“Hay muchas similitudes entre el trabajo de una acomodadora y el de un quarterback. Aprendí mucho de él sobre el liderato y de manejo de juego, que son lo más similar en ambas posiciones. Soy afortunada de tener su ejemplo”, agregó.

Dilfer está jugando la serie final del Voleibol Superior con las Pinkin luego de ser reconocida como Acomodadora del Año, además de que recibió votos para el premio Jugadora Más Valiosa. Su dirigente en Corozal, Ángel Pérez, considera que sin Dilfer no estarían en donde están.

Su padre fue campeón del Super Bowl del 2001 con los Ravens de Baltimore, equipo que lideraba el defensa Ray Lewis. Totalizó 14 temporadas en la NFL jugando para cinco equipos. Tuvo dos temporadas de 21 pases de anotación para los Buccaneers de Tampa Bay. Cerró su carrera en el 2007 con 20,518 yardas completadas y 113 pases de anotación.

Posterior a su carrera como jugador, Dilfer inició una carrera como comentarista para ESPN. Actualmente dirige football universitario.

Su padre no es el único que influenció a la acomodadora. Dos de las cinco hermanas del pasador y tías de la acomodadora jugaron voleibol y una de ellas fue la primera que le colocó a la armadora de Corozal un balón en sus manos, contó Dilfer.

La hermana mayor de la colocadora también la influenció, dijo. De hecho, el pasador Dilfer tuvo tres hijas, siendo Tori la del medio, y las tres fueron o son colocadoras también.

“Mi hermana mayor era acomodadora también cuando yo empezaba, y quería ser como ella”, dijo. “Amé el voleibol desde entonces porque la posición te permite estar siempre involucrada en el juego, tocando el balón todo el tiempo”.

Por tanto, en las reuniones familiares de Acción de Gracia, de Navidad, el tema del manejo del juego y liderazgo se pone sobre la mesa en la casa de los Dilfers.

“Hablamos comúnmente sobre el tema, aunque no sé de qué hablamos más; si de liderazgo o de manejo de juego. De ser una presencia, de ser consistente. De lo que es grande. De ser una compañera de equipo confiable, en la que pueden depender y saber que todo va a estar bien aunque estemos abajo en el marcador. Aprendí eso de ver a mi hermana y a mi papá. Mi hermana pequeña también lo está aprendiendo”, dijo.