Tokio. Cuando Jordan Larson y Foluke Akinradewo Gunderson se comprometieron a participar en sus terceros Juegos Olímpicos, lo hicieron pensando en este momento.

Dos de las mejores jugadoras de voleibol de Estados Unidos de su generación pondrán fin a sus trayectorias olímpicas con la oportunidad de darle al país la primera medalla de oro en la disciplina en su historia.

Después de colgarse dos medallas de plata y un bronce en sus últimas tres justas olímpicas, las estadounidenses se medirán el domingo a Brasil en el partido por el oro. Estados Unidos cayó en la final ante Brasil en 2008 y 2012.

“No hemos acabado”, dijo Akinradewo Gunderson tras la semifinal ante Serbia. “Estamos emocionadas de tener una oportunidad de ir por nuestra medalla de oro. Solo demuestra que cuando lo das todo, cuando nos preocupamos la una por la otra, cuando pones a los demás por delante tuyo, suceden buenas cosas”.

El camino hasta este momento ha sido uno muy largo para el equipo femenino de Estados Unidos e inició hace más de 40 años, cuando la selección que participaría en Moscú 1980 tomó la decisión de entrenar durante todo el año. Sin embargo, no pudieron participar en la justa por el boicot estadounidense.

Pero se sentaron las bases y las estadounidenses ahora tienen garantizada su sexta presea en sus últimas 10 participaciones, empatando a China con la mayor cantidad en ese lapso. Tienen tres platas y dos bronces. Lo único que les falta es el oro.

“Alguien dijo alguna vez que era mucha presión porque Estados Unidos nunca había ganado, pero no existe la presión”, declaró Larson. “Nunca lo hemos hecho. Así ¿por qué no salir con todo? Creo que vamos a salir e intentar hacer todo lo posible, golpear lo más fuerte posible, ir por esa victoria y quedarnos con ella”.